Capitulo 24

18 4 0
                                    

Lunes, 19 de julio de 2010.

Solo tres días me separaban de aquella contienda, la organización Hellsing era de las más antiguas en la caza y aniquilación de los vampiros, sus hombres estaban bien preparados y contaban con las mejores armas para acabar con los de mi raza, también sabían valorar el potencial de aquellos que tenían claro sus dos ideas fundamentales, buscar y exterminar; en estas dos palabras se encontraban toda la filosofía y motivaciones de la organización, con este lema pocos se atrevían a desafiarlos y a estas alturas solo un estúpido los provocaría, pero en mi mente mis intenciones no eran estúpidas ni necias, mi sangre ardía por aquella batalla, no todos los días y tal vez desde hacía muchos siglos podría batirme en duelo con los mejores caza vampiros de la tierra.

Pasó un día y Seras seguía a mi lado indiferente, mirando su marca en la mano y dudo que pensara en mis enemigos, pero sabía que ella estaría segura, la organización Hellsing se regía por el honor y jamás asesinaría a una mujer que no fuera vampiro, su principal y único objetivo era mi persona. Haciendo memoria podía recordar cómo me uní a esta organización o más bien como me encontraron y consiguieron motivarme con su causa. Me retiré siglos atrás asqueado del mundo que me rodeaba, los vampiros ya solo eran sombras de lo que antaño fueron, aniquilarlos era demasiado fácil y aburrido, todos los caballeros vampiros que merecían la pena para luchar eran ahora esclavos del vicio y la "mala vida" (algo irónico para un ser que no está vivo realmente), los castillos que guardaban fueron convirtiéndose poco a poco en cloacas, y ante aquella situación yo me refugié durante varios siglos en un castillo alejado de la mano del hombre para algún día despertar y poder encontrar algo digno que aniquilar.
Pero algo sucedió, la organización Hellsing me encontró, sabían de mis artes y mi destreza, también de mi odio visceral por los de mi raza, aunque su política no contemplaba el dar asilo a un vampiro hicieron una excepción y me acogieron como uno más de ellos, me enseñaron que los vampiros habían evolucionado, tras siglos oscuros para la raza, algunos lograron sobrevivir al holocausto de la organización, estos vampiros eran fuertes y habilidosos, rechazan los placeres de la vida y buscaban la sangre, las raíces de nuestra raza.

Así me uní a la organización con el solo propósito de encontrar duelos que me hicieran hervir la sangre con la ira de la lucha, de devorar su sangre y adquirir sus poderes, así convertirme en el vampiro más poderoso sobre la tierra y volver a fundar un reino digno para los de mi raza.
Hacía tiempo de aquellos ideales, nunca pensé que podría sentir algo por una mujer humana y tal vez ahora solo desee aniquilar a mis enemigos para poder estar con ella, pero no es momento de sentimentalismos, los tres días han pasado y en el camino nos ha parado un caballero de la orden de Hellsing, ha sacado una carta y la ha tirado a mis pies, después de leer la carta estaba claro que la batalla acababa de comenzar ya que en aquella carta solo había una línea de palabras, solo dos palabras: "Buscar y exterminar", seguidamente el caballero de Hellsing a desenvainado su espada y su mirada desafiante me reta, no puedo.

El diario de Lord AlucardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora