Capítulo 16. Invitación.

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Estimados lectores,

Creo que todos ustedes pensaran lo mismo que una servidora: Esta temporada está siendo bastante decepcionante.

La Señorita Green, el diamante de la temporada, sigue sin recibir ninguna propuesta interesante. Parece que los caballeros no tienen un gran interés por ella. Cada vez estoy más segura de que la Reina se ha equivocado con su gran elección.

¿Estará perdiendo facultades Su Majestad?

Por otra parte, la temporada está llegando a su ecuador y aún no sabemos si los Bridgerton harán su baile anual en Aubrey Hall. ¿La nueva Vizcondesa no se sentirá preparada para celebrarlo? ¿O es que está ocupada en asuntos más importantes con el Vizconde?


REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN

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Tras el concierto donde debutó Thomas, Diana se encerró en el apartamento con el objetivo de ponerse al día en todos los asuntos del Ducado. Solamente salía para darle clases a Francesca Bridgerton, pues no quería abandonar por ahora a su alumna. Para ello, todos los días el abogado de su padre, el Señor Morris, se reunía con la heredera para ayudarla en lo que necesitara.

Ambos se encontraban en el despacho del piano, que Diana había adaptado para poder trabajar ahí. El Señor Morris no paraba de entregarle papeles llenos de facturas, escrituras y balances sobre las propiedades del Ducado.

-¿Estas facturas de donde son? -Preguntó angustiada la artista señalando unas hojas.

-Estas pertenecen a Euston Hall, pero por ahora está todo pagado y en orden. -Le explicó el abogado. -Luego están las facturas de la Casa Dashwood, aquí en Londres. -Siguió hablando mientras sacaba más papeles. -En principio tampoco tienen ninguna deuda, pero debe saber que prácticamente no tiene personal. Desde que conoció a su madre, su padre dejó de utilizarla.

-Entiendo. -Respondió Diana. -¿Y en Londres hay algo más? -Preguntó.

-Hay una pequeña casa a las afueras de Myfair. -Contestó el Señor Morris. -Tengo entendido que su padre nunca la usó como su residencia, y no le puedo decir el propósito que tuvo Lord Dashwood al adquirirla.

-¿Pero está en buenas condiciones? -Cuestionó Diana.

-Si, por supuesto. -Respondió el abogado. -Necesitaría alguna pequeña reforma, pero nada importante.

Ante esa respuesta, Diana no volvió a hablar y siguió comprobando más facturas. Por su parte, el abogado tenía que comunicarle algo que todavía no había sido capaz de decirle a la Duquesa ya que no sabía cómo se lo podía llegar a tomar.

-Lady Dashwood. -Dijo finalmente el señor Morris.

Diana dejó las facturas a un lado y miró a su acompañante. -No me llame así. -Pidió. -Llámeme Diana, por favor.

-Lo siento, Milady. -Respondió el abogado. -Pero debo dirigirme a usted de ese modo. Tiene que acostumbrarse a partir de ahora a que todo el mundo la trate así.

La violinista simplemente respiró profundamente, sin decir nada más. -Milady, debo hablarle de un asunto. -Volvió a intervenir el abogado. -Es sobre su madre, Lady Dashwood...

APPEARANCES || BENEDICT BRIDGERTON ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora