Capítulo 27. Bienvenida.

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Habían pasado dos días desde que Diana pisó por primera vez la Casa Dashwood. En esos días todo fue un caos. La Duquesa por fin se instalaba de manera oficial en su hogar. Por ello, los criados, bajo las directrices del Señor Farnon, colocaron todas las pertenencias de la joven que procedían de la casa de Lady Danbury y de su antiguo apartamento.

Por su parte, la dueña de la casa se pasaba las horas en el despacho estudiando todas las facturas y gastos de personal que iba a tener ahora. Era el único aspecto que no había podido comprobar desde que conocía el testamento de su padre. Esa misma mañana se encontraba en su despacho, cuando alguien llamó a la puerta.

-Duquesa... -Dijo el Señor Farnon.

-¿Sí, Farnon? -Preguntó la joven sin dejar de mirar la documentación.

-Tiene la visita de un caballero. -Explicó el mayordomo, dejando entrar al invitado.

En ese instante, Diana levantó la cabeza viendo a su primo. -¡Thomas! -Gritó mientras fue corriendo a abrazarle.

-¡Me alegro de verla, Duquesa! -Comentó divertido el artista.

-Señor Farnon. -Habló Diana mientras se separaban del abrazo. -Quiero presentarle a mi gran amigo Thomas.

-¿Es usted el violinista? -Cuestionó el mayordomo algo sorprendido, mientras le tendía la mano.

-Sí, soy yo. -Respondió con una sonrisa.

-Quiero darle las gracias por haber acompañado a la Duquesa en todos estos años. -Siguió hablando el Señor Farnon.

-Ella también ha sido una gran compañera. -Comentó el músico.

-Y seguiré siéndolo. -Intervino Diana. -No vas a poder deshacerte de mí. -Bromeó mirando a su amigo, para después mirar al mayordomo. -Thomas siempre será recibido en esta casa, y no será necesario tanta formalidad. Es alguien más de la familia.

-Entiendo, Duquesa. -Respondió el mayordomo con una gran sonrisa. -¿Les traigo algo?-Preguntó

-Yo estoy bien. -Contestó Thomas.

-Entonces no es necesario, Farnon. -Comentó Diana.

-Les dejo solos, entonces. -Respondió el Señor Farnon mientras se iba.

-Muchas gracias. -Dijo finalmente la Duquesa, para después conducir a su primo al sofá que había en el despacho.

-Reconozco que se me hace raro verte rodeada de tantos criados y en una casa tan grande. -Comentó el músico divertido mientras se sentaba en el sofá.

-A mí también me está costando acostumbrarme, la verdad. -Respondió Diana en el mismo tono. -¿Y qué tal todo? ¿Cómo te va en la orquesta?

-Muy bien. -Contestó Thomas. -Estoy preparando el siguiente recital donde volveré a ser solista.

- ¿Y cuándo será? -Cuestionó Diana.

-¿Me estás queriendo decir que la gran Duquesa de Grafton va a venir al recital? -Cuestionó en un tono teatral.

-Por supuesto. -Respondió la Duquesa con el mismo tono. -Debo comprobar si el nuevo violinista del diablo está a la altura.

Tras esas palabras ambos rieron. -Aún no hay fecha, pero te prometo que te avisaré. -Contestó el músico.

-¿Y en el apartamento todo bien? -Preguntó la joven. -¿Julia está bien?

-Sí, está todo como siempre. -Respondió Thomas.

-Thomas... -Habló otra vez Diana. -No he dicho nada porque necesitaba tener la situación bajo control. Pero Julia y tú os podeis venir a vivir aquí si lo deseáis. Ya has visto que la casa es grande y tendríais todas las comodidades.

APPEARANCES || BENEDICT BRIDGERTON ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora