Capítulo 12. Luto.

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Estimado lector,

Las noticias que traigo hoy no tienen nada que ver con el baile de los Cowper. Principalmente porque no hubo ninguna noticia notable salvo el desmayo fingido de la Señorita Cowper para llamar la atención de algún caballero.

Esta noticia es mucho más trascendental: ha llegado a mis oídos que hace unos días desgraciadamente falleció Henry Dashwood, Duque de Grafton y primo del Rey Jorge III.

Desde esta humilde publicación, le doy mis más sinceras condolencias tanto a su Majestad el Rey, como a su esposa Lady Dashwood y su hijastra Mary Bingley.

Sin embargo, estoy segura de que todos nosotros nos estamos haciendo la misma pregunta: Si Lord Dashwood nunca tuvo descendencia propia, ¿quién será ahora el nuevo heredero del Ducado de Grafton?

No se preocupen, está escritora lo descubrirá.


REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN

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Habían pasado 10 días desde que Lady Danbury había ido a la casa de Diana y Thomas para comunicarle a la violinista la fatal noticia de su padre. Durante todo este tiempo la artista no había salido de su habitación. Por ello, Thomas tuvo que escribir en su nombre varios mensajes para cancelar todos los compromisos que tenía, poniendo como excusa que la artista estaba padeciendo unas fuertes migrañas que le impedían salir de casa.

Al llegar un nuevo día, el músico se levantó con la intención de desayunar. Cuando llegó al comedor, Julia ya tenía la mesa preparada. Se sentó y empezó a leer la prensa. Al ver el contenido de la revista de Lady Whistledown, rápidamente la rompió. No quería que la revista pudiera llegar a manos de su prima.

A los pocos minutos llegó Julia para servirle una taza de té.

-Muchas gracias, Julia. -Dijo Thomas con una sonrisa. -¿Le ha llevado el desayuno a Diana? -Preguntó.

-Sí, señor. -Respondió la criada seria y algo triste. -Pero no he conseguido que comiera nada. Ni siquiera se levantó de la cama.

El artista respiró con una gran frustración. Durante todo este tiempo, su prima apenas había comido y estaba muy preocupado. Como siguiera así, estaba convencido de que iba a acabar gravemente enferma. -Julia, tráeme la bandeja del desayuno de Diana, por favor. -Pidió amablemente. -Intentaré que coma algo.

La criada le dio la bandeja y Thomas entró en la habitación de su prima sin llamar a la puerta. Toda la estancia se encontraba prácticamente a oscuras, salvo unos rayos de luz que se colaban en las rendijas de las cortinas. El artista dejó la bandeja de la comida en la mesilla, y se sentó en la cama donde se encontraba su prima tumbada, con la mirada fija a la nada.

-Ey, Diana. -Dijo casi susurrando mirando a su prima. -Me ha dicho Julia que no quieres desayunar.

Pero su prima no contestó. Es más, ni siquiera le miró. Seguía perdida en sus pensamientos.

-Julia ha preparado las galletas que te gustan. -Insistió Thomas intentando que su prima reaccionara. -No le puedes hacer el feo de no probarlas.

No obstante, Diana siguió sin contestar. Ante eso, Thomas se empezó a tensar aún más. Necesitaba que la violinista reaccionara de algún modo. En un momento posó su mano en el brazo de su prima para zarandearla levemente. Sin embargo, lo único que consiguió es que su prima le diera la espalda y se metiera debajo de las mantas. Tras eso, el artista simplemente salió de la habitación. Al llegar al pasillo, cerró la puerta y se apoyó en la pared, llevándose las manos a la cabeza por la gran frustración que le generaba toda esta situación.

APPEARANCES || BENEDICT BRIDGERTON ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora