Capítulo 18. Amanecer.

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Había llegado un nuevo día en Aubrey Hall. Después de su conversación con Benedict, Diana había podido dormir mucho más tranquila. Se levantó mucho más animada, dispuesta a disfrutar de todo lo que Aubrey Hall y los Bridgerton le podían ofrecer.

Al llegar al desayuno se encontró ya con toda la familia, aunque los encontró ligeramente nerviosos. Por ello, la artista simplemente se sentó y empezó a desayunar en silencio.

-¿Qué tal ha dormido, Diana? -Preguntó de pronto Benedict.

-Muy bien, gracias. -Respondió la violinista con una ligera sonrisa.

Ante esa pequeña conversación, Lady Bridgerton hizo una leve mueca sonriendo. Se dio cuenta de que su hijo y la violinista estaban más relajados y felices. Además, era la primera vez que veía como su hijo llamaba por su nombre a la violinista. A pesar de que no era consciente de las razones, estaba segura que Benedict y Diana volvían a tener una buena relación entre ellos.

-Diana, ¿podemos dar la clase por la mañana esta vez? -Intervino esta vez Francesca.

-Si, claro. -Respondió algo extrañada. -Pero... ¿por qué quiere cambiar el horario, Señorita Francesca? ¿Ocurre algo? -Preguntó.

-Bueno, es que esta tarde viene mi hija Daphne con su marido y su hijo. -Explicó Lady Bridgerton.

-Entiendo. -Habló la artista. Entonces miró a su alumna. -Si quiere podemos dar la clase en cuanto termine el desayuno.

Al terminar, la artista y su alumna se separaron de la familia para ensayar la obra que Francesca tocaría ante el público. No pararon de tocar durante horas hasta que Eloise las interrumpió para avisar de que era la hora del almuerzo. Tras el mismo, toda la familia se fue a uno de los salones esperando a que llegara Daphne para recibirla.

Finalmente, alrededor de las cuatro de la tarde un carruaje paró en la puerta de Aubrey Hall. Ante eso, toda la familia y Lady Danbury salieron para recibir a los nuevos invitados. Sin embargo, Diana se quedó en el salón algo inquieta. No sabía muy bien cómo actuar ante esa situación. Minutos después, su soledad finalizó debido a que toda la familia entró sin dejar de hablar. Ante eso, la violinista rápidamente se levantó mientras veía entrar a la pareja.

-Daphne, te presento a nuestra amiga Diana. -Habló Lady Bridgerton mientras guiaba a su hija hacia la artista.

-Duquesa. -Dijo Diana mientras hacia una leve reverencia. -Es un placer conocerla. -Entonces se dio cuenta que la dama estaba embarazada. -Y enhorabuena. -Volvió a hablar con una sonrisa.

-Gracias, Señorita Diana. -Respondió Daphne sonriendo y acariciando su vientre. -Yo también me alegro de conocerla al fin. -Volvió a hablar. -Mi familia no para de hablar de usted y ya tenía mucha curiosidad.

-Espero que sean cosas buenas, Milady. -Comentó la violinista.

-Desde luego. -Contestó la Duquesa. -Tengo mucha curiosidad por verla tocar. -Entonces hizo un gesto para que su marido se acercara tambien. -Y Simón tambien quiere escucharla.

-Duque. -Volvió a saludar Diana haciendo una reverencia. -Espero estar a la altura entonces.

-Seguro que sí. -Habló esta vez Simon. -Tengo entendido que toda la sociedad londinense se ha peleado por contratarla para sus eventos. Eso no lo consiguen muchos.

La artista simplemente sonrió y toda la familia se sentó en el gran salón mientras se ponían al día. Después todos fueron directamente al comedor para cenar. Tras una larga cena, Diana decidió irse a su habitación para dejar a la familia a solas. Finalmente llegó a su cuarto, se puso cómoda y empezó a repasar algunos documentos que le había dado el Señor Morris para que revisara. Quería estar totalmente preparada ahora que quedaban pocas semanas para que se descubriera la verdad.

APPEARANCES || BENEDICT BRIDGERTON ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora