Capítulo 30. Hyde Park

2.1K 132 119
                                    


En los siguientes días, Diana estuvo centrada en ayudar a la dirección de la Academia de Artes para poder comenzar a impartir clases de música. Fue la intermediaria entre el Señor Lloyd y el director de la Ópera de Londres. Además, había hablado con algunos de sus compañeros para ofrecerles la posibilidad de ser profesores, consiguiendo que algunos aceptaran.

Precisamente ambos primos se encontraban en la sala de música de la Casa Dashwood ensayando varios dúos que a Diana le encantaban.

-Como extrañaba esto, Thomas. -Comentó la Duquesa con una gran sonrisa tras acabar la obra.

-Lo imaginaba. -Respondió el violinista. -Por eso traje estos libretos que te dejaste en el apartamento.

-Y te lo agradezco. -Dijo Diana.

-La verdad es que esta sala de estudio te ha quedado muy bien. -Volvió a hablar el artista cambiando de tema. -Es muy espaciosa y cómoda, y no se escuchan ruidos externos.

-Gracias. -Respondió la joven. -Precisamente escogí esta parte de la casa para el estudio porque es la zona más silenciosa, ya que los ventanales dan a los jardines y está algo escondida. Antes era el antiguo despacho del mayordomo. -Hizo una pausa. -Pero adapté una sala más grande en la planta de abajo para que Farnon estuviera cómodo, y yo me quedé con esta.

Ante esa explicación, Thomas no puedo evitar reírse. -Aún no me acostumbro a escucharte de esta manera. -Empezó a hablar. -En todos los años que nos conocimos, nunca te importó nada de esto. Simplemente te dedicabas a tocar en cualquier lugar donde te dejaran, hasta en la calle. Y ahí te daban igual los ruidos externos.

-Bueno, mi vida ha cambiado mucho. -Intentó explicar Diana contagiándose de la risa de su primo. -Ahora tengo estar atenta a todo lo que ocurra en esta casa. Hasta de los arreglos florales que adornan las habitaciones. -Hizo una pausa. -Creo que la Diana de hace unos años se asustaría al verme así.

-No lo dudo. -Comentó divertido el primo. -¿Y has hecho alguna reforma más?

-Reformé una habitación de invitados para crearle un estudio de pintura a Benedict. -Respondió la joven con una gran sonrisa.

-¿Puede ser que esté escuchando campanas de boda? -Comentó divertido el artista.

-Todavía no. -Contestó Diana. -Necesito algo más de tiempo para terminar de conseguir adaptarme. Pero si todo sigue como hasta ahora... Te recomiendo que vayas preparando el cuarteto de cuerda que tocará en la iglesia.

-Quizá el cuarteto pueda estar formado por mis nuevos alumnos de la Academia de Artes. -Comentó Thomas consiguiendo que su prima se sorprendiera.

-¿Has aceptado el puesto al final? -Preguntó Diana muy feliz.

- Eso parece. -Respondió el violinista.

-¿Y qué te hizo cambiar de opinión? -Siguió cuestionando la joven. -La última vez que hablamos no querías saber nada de eso.

-Tienes razón. -Contestó Thomas. -No quería aceptar porque ya sabes que mi objetivo era poder irme de gira como solista. -Hizo una pausa. -Pero tras meditarlo mucho, no quiero irme de Londres. No quiero separarme de ti, ahora que vives aquí. -Entonces dibujó una sonrisa. -Además... no quiero alejarme de Henry. Por fin he encontrado la felicidad...

-Me alegra mucho escuchar que Lord Granville te haga tan feliz. -Respondió Diana. -Es un buen hombre y ojalá que podáis estar juntos para siempre, a pesar de las dificultades...

-Por eso he aceptado el trabajo. -Habló otra vez el músico. -Gracias a las clases tendré un salario fijo y podré vivir cómodamente. Además, me dan la oportunidad de ser director de la orquesta juvenil que vamos a crear.

APPEARANCES || BENEDICT BRIDGERTON ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora