APPEARANCES || BENEDICT BRIDGERTON ||

Capítulo 37. Lydia Bingley

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Estimados lectores,

Después de un largo y aburrido invierno, ha llegado por fin la primavera. Eso significa que empieza una nueva temporada.

¿Quién será el diamante de la temporada? ¿Quiénes serán los protagonistas de los diferentes eventos que se van a vivir en los próximos meses?

No obstante, les traigo una noticia que no les dejará indiferentes: Ha llegado a mis oídos que el Ducado de Grafton ya tiene un nuevo Duque, pues nuestros queridos Diana Dashwood y Benedict Bridgerton se han casado en secreto esta pasada Navidad.

¿A qué se deberá esa decisión? ¿Habrá algún secreto que esconder o es que simplemente nos han querido impedir disfrutar de un maravilloso evento?

Sea lo que sea, esta autora lo descubrirá.

REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN

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Diana y Benedict habían estado tres meses de vacaciones en Génova disfrutando de su luna de miel. Allí el lord pudo conocer a todas las personas que formaron parte de la vida de su esposa cuando era violinista. Además, tal y como le había prometido la Duquesa, Benedict pudo participar en varias clases de la Academia de Artes de Génova. En el caso de la joven, pudo volver a tocar junto con sus compañeros e incluso recibir algunas clases del Maestro Paganini, algo que le hacía especial ilusión.

Tras todo ese tiempo, los Duques tuvieron que volver a Inglaterra para poder asumir sus obligaciones. No obstante, a pesar de que se había acordado que volverían directamente a Londres, su camino se desvió y llegaron a Euston Hall por petición de Diana.

Ambos se encontraban profundamente dormidos y abrazados en la habitación principal. Al empezar a amanecer, la Duquesa se fue despertando poco a poco y se quedó mirando a su esposo que seguía dormido. Al verle no podía evitar sonreír. Estaba muy feliz de tener a Benedict a su lado.

-¿Cuánto tiempo vas a seguir mirándome mientras duermo? -Preguntó el lord adormilado sin abrir los ojos.

-¿Pero cómo lo sabías? -Dijo Diana sorprendida.

Entonces el Duque abrió los ojos y miró a su esposa. -Intuición de artista. -Contestó bromeando mientras le daba un beso. -¿Qué tal has dormido?

-A tu lado siempre duermo bien. -Respondió la joven.

De pronto, se abrió la puerta dejando entrar a Wolf que rápidamente se subió a la cama y empezó a lamer a la pareja. -Wolf, para. -Ordenó Diana sin éxito, pues el perro siguió igual.

-Creo que esto significa que debemos levantarnos. -Respondió Benedict en un tono divertido una vez que consiguió agarrar al perro y bajarlo de la cama.

-Sí, será lo mejor. -Habló la Duquesa mientras se levantaba de la cama y se colocaba una bata. -Después de desayunar, tengo que revisar algo de papeleo... -Empezó a decir. -Pero después tengo todo el día libre, ¿qué te apetece hacer?

Al escuchar la pregunta, el Duque se quedó en silencio durante unos segundos. -Creo que podríamos prepararlo todo para irnos mañana a Londres. -Sugirió algo serio. Sabía que cada vez que intentaba hablar de eso, su esposaba cambiaba de tema.