Kaisa observó a su hermana durante un minuto luego de recibir la noticia. Ni Skay, ni Worren dijeron nada, lo conocían, necesitaba un momento para asimilar la información y sacar sus conclusiones. Existían dos posibilidades, o actuaba comprensivo como lo había hecho Worren o se volvía una furia al pensar que corrían peligro real al usar la magia. La verdad Skay sentía que había un cincuenta/cincuenta, después de todo Kaisa muchas veces podía ser impredecible, tenía una forma de ser un poco ambigua, por lo que nunca era claro cómo iba a reaccionar con algunas cosas.
—Pensé que ninguno volvería a usar magia —Dijo al fin, la niña no pudo evitar percibir decepción en su voz.
Ambos hermanos se miraron en silencio, sabían a lo que se refería su hermano, no podían hacerse los inocentes, ya que a pesar de no haber hecho un contrato verbal todos sabían que había quedado implícito.
—No lo pude evitar, necesitaba usar la magia.
—¿Corrías peligro? —Preguntó, los ojos acusatorios del muchacho clavaron un puñal en la niña.
—No exactamente... —Murmuró sabiendo que cuando les contara la situación completa ese lugar se convertiría en un campo de guerra.
—Entonces no veo como puedas haberlo necesitado.
Worren puso los ojos en blanco al notar la actitud pasivo agresiva que había asumido en contra de su hermana menor.
—Yo quiero usar mis habilidades mágicas, lo necesito, ya no voy a suprimir más todo esto que siento.
—¿Entonces qué sucederá? Tarde o temprano un humano te descubrirá ¿Y qué harás? ¿Lo mataras?
—Yo no... —La pregunta la tomó por sorpresa, nunca se había imaginado matando a una persona, de repente la imagen del sabueso le vino a la mente.
—¿Entonces qué? Ese humano no dudará en ir a las autoridades para dar tu ubicación, nadie sentirá la obligación de protegerte, eres el enemigo ¿Estas preparada para asumir las consecuencias?
—Pero matarlos... —Se sintió aun confundida, no sabía porque aún se sentía inclinada a proteger a los humanos, la imagen del sabueso seguía en su mente, había pensado tantas veces en su venganza que no podía contarlas con los dedos, y aun así nunca se había planteado de verdad el hecho de matarlo.
—Son ellos o tu familia, o los matas o nos matas a nosotros —declaró el ultimátum Kaisa.
La habitación culminó en un silencio abrumante, aquellas palabras aun flotaban en el ambiente, impidiendo a ninguno sentirse cómodos. Worren avanzó hacia ellos decidido a calmar un poco la situación, sintiendo que esta había llegado demasiado lejos.
—Bueno, bueno, creo que nos estamos poniendo un poco dramáticos —Bromeó intentando sacarle un poco de acero a la situación, pero Skay lo interrumpió.
—¿Entonces ustedes están listos para asesinar a Diego Scamilla cuando decida que ya no quiere mantener nuestro secreto? —Soltó sin miramientos.
Skay era una niña de lógica, por lo que saber que sus acciones habían sido desencadenadas por sus sentimientos y no por su cerebro la hacía sentir cada vez más avergonzada, en especial cuando su hermano le recalcaba sus errores de una forma tan difícil de contradecir. Por supuesto que ella se había planteado ese hecho tan importante en la cabeza ¿Qué haría si la descubrían? Pero de algún modo había logrado ignorar mil veces a esa pequeña vocecita en su cabeza. Es por eso que cuando su hermano se la recordó no pudo evitar recalcarle sus propios errores, él le había contado sus secretos a un hombre de tan poca moralidad, su error no había sido superior al suyo moralmente.

ESTÁS LEYENDO
Invocadora de Titanes
FantasiaTras un golpe de estado que derroco al rey anterior, los Magos fueron prohibidos, y por lo tanto cualquier individuo que presentara habilidades mágicas fueron perseguidos hasta la extinción. Aun así, años después de la extinción de los magos nuevas...