Pasaron un par de horas hasta que los hermanos de Skay le volvieron a dirigir la palabra. Aquella noticia había sido una bomba para los gemelos, pero la niña estaba decidida, y su terquedad no era algo fácil con lo que combatir. Ella solo se alegró de poder explicarles su plan, si se introducía al círculo cercano de Diego Scamilla podría lograr escuchar cuanto sabía sobre el soplón y, si tenía suerte, desviar la atención de su familia. Aún con esta premisa los gemelos se veían irascibles incapaces aún de aceptarla.
Aun así, después de un par de horas de silencio los tres hermanos volvieron a hablar con normalidad, como si aquella conversación jamás hubiera sucedido. Como si los gritos, los enojos y las mentiras jamás se hubieran dicho. A pesar de esto, ella todavía sostenía su decisión de meterse en la pandilla, y de usar la magia de ser necesario, y los gemelos lo sabían. A pesar de esto el enojo y la rivalidad se habían esfumado, lo que era normal entre los tres, no importaba cuánto discutían por tonterías o por cosas importantes, el silencio y el rencor jamás prevalecía.
A la mañana siguiente Skay había logrado sacarles a sus hermanos la información sobre cómo se habían terminado por convertir en los soplones. Muy avergonzados le explicaron que les tendieron una trampa, quizás alguien dentro de la pandilla u otra persona, pero la realidad era que se vieron envueltos en un complot donde terminaron por rebelar a un detective encubierto varios de los movimientos de Diego Scamilla.
La niña reflexiono sobre la historia, maldiciendo por dentro que sus hermanos hayan podido caer tan fácilmente en una trampa. Todo ese tema le hacía sentir inquita, y podía sentir como la magia dentro suyo comenzaba a alterarse, esa pequeña advertencia ante el peligro, que le decía que tenía que mantenerse a salvo.
Se llevó la mano hacia su costado, sintiendo debajo de su ropa la dura caja de madera que ocultaba dentro de su bolsillo. No la había soltado desde la última vez que usó la magia, sentía que sin ellas le faltaba algo. Por lo que las llevaba a todos lados, hasta cuando dormía, y en muy poco tiempo, ese pequeño peso en su costado se había vuelto una parte más de ella. Ahora podía comprender cuando su hermano dijo que la magia era una extremidad más de su cuerpo.
Pasada la tarde salió de la casa con un objetivo claro, había trazado varios planes en caso de que las cosas no salieran como ella esperaba, o sea, en caso de que el ofrecimiento de Diego fuera una trampa y que en realidad no quisiera a una chiquilla pequeña y flacucha dentro de su pandilla. Se sentía lista, pero a la vez insegura, en el peor de los escenarios tendría que usar sus cartas, y aunque al final del día podría conservar su vida, el dejar al descubierto sus poderes podía parecer más aterrador que el morir a manos de un simple traficante.
Ya no estaban seguros, hagan lo que hagan corrían peligro. De repente Skay sentía un gran peso sobre sus hombros, un peso que sola se había impuesto. Después de todo, la idea de introducirse dentro de la pandilla para espiar a Diego y saber cuánto sabía sobre "el traidor", había sido de ella. Tuvo la oportunidad de elegir, pudo quedarse fuera de todo dejando a sus hermanos arreglar solos los problemas que causaron, pero no. Ella no solo era una persona testaruda, sino que también tenía aquella inherente necesidad de controlar la situación, o por lo menos ser participe, tener una oportunidad de solucionar todo con sus propias capacidades, de otra forma no lograba sentirse satisfecha.
Y así fue como terminó escabulléndose de nuevo al interior del Bar Almafuerte, escondiéndose de los guardias bajo su capucha y aprovechando su tamaño se metió entre la multitud. El nuevo instinto mágico latente en su pecho se había vuelto más fuerte ahora que no lo suprimía, las cartas permanecían en su costado siendo ella muy consiente de ellas y su poder, estaba ahí y no había modo de ignorarlo. Corría peligro, y estaba lista para tomar cartas sobre el asunto cuando fuera necesario.
ESTÁS LEYENDO
Invocadora de Titanes
FantasiTras un golpe de estado que derroco al rey anterior, los Magos fueron prohibidos, y por lo tanto cualquier individuo que presentara habilidades mágicas fueron perseguidos hasta la extinción. Aun así, años después de la extinción de los magos nuevas...