Capítulo 29

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Una lloradita y se te arreglan los problemas.

Ya habían pasado dos días desde que Iváno me trajo a mi casa. Después de la llamada que recibí de mi padre e estado un poco apagada ya que en parte me hace sentir mal y también quedé como mensa sin ninguna cosa en mi habitación, así que pronto estarán de regreso. Ah, si. Mi papá me marco para cancelar todo lo planeado con vivir junto, ¿por qué? Porque lo transfirieron de su trabajo y ahora estará en Itália, y estamos hablando de que se quedarán allá unos años. Aparte de que Donna no podría estar al pendiente de mi y sería todo un problema que me integre a su nueva familia. No me lo dijo así pero casi, casi lo juro.

Está bien, no me molesta y lo entiendo que quiera hacer de nuevo su vida en ámbito familiar. Pero la ilusión de pasar las celebraciones con él me hacían feliz de solo pensarlo, y ahora se quedarán como una simple ilusión. Supongo que quede afectada por su distancia, apenas y nos marcaba y cuando íbamos a Francia lo pintamos de rosa cuando en realidad nos dejaba botados a la mitad de la salido por el trabajo o porque Donna se pone mal, ¡no estoy reclamando nada!

Solté un suspiro al ver que mis hermanos entran a mi habitación con cajas en sus brazos, apenas están llegando de nuevo mis cosas.

──Ya no estes triste, hermanita.

──Tienes razón ──lo miro ──. Oh, ¡magicamente se me olvidó que mi papá no me quiere en su nuevo familia!

Sumergí mi rostro en la almohada para llorar al recordarlo.

──Te dije que no empezarás con tus cosas, Alessio ──reclamo en voz baja mi hermana.

──¡Yo qué voy a saber de esto! ──Le respondió de igual forma.

──Ya, largo de mi habitación estúpidos.

Ellos no dijeron nada y salieron cerrando la puerta de igual forma.

Mi conejo que estaba en la cama también, brinca pasando sobre mi para ir al otro lado.

No debo de tomarme tan a pecho lo que dijo. Aún que es obvio que para ellos es fácil decir algo tan tonto como eso, ni que fuera fácil eliminar algún dolor sentimental o daño, o sea, déjense de estupideces.

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Bueno, ya una semana de mi depresión y mi progenitor que ni se digna a llamar para saber el como estoy o estamos. No lo culpo, debe seguir ocupado con su trabajo y su nueva familia. Aparte de que Donna está a nada de aliviarse y le deseo que todo salga bien durante el parto.

Y solo no ofendo a mi padre porque va en contra de mis principios como hija.

Deje de pensar en ese tema para mirar al rubio que vino de visita en cuanto se desocupo.

──[...] Entonces dicen que las nueces y los chocolates quitan la tristeza, aparte de que alguien tan bonita como tú no debería de llorar ──deja la caja donde me trajo lo mencionado sobre el escritorio y me mira ──. Tampoco digo que no está bien, es algo normal eso, solo que compartes tu dolor hacia mi.

Se sienta en la orilla de la cama poniendo una mano sobre mi espalda. Yo estoy boca abajo mirándolo.

──Pero no lo digo en mala forma, o sea, no me refiero a que cuando amas a alguien, conoces a esa persona y empatizamos logramos crear un lazo sentimental. Cómo tú y yo.

Sonreí después de varios días.

──De verdad te amo Iváno, no solo como mi mejor amigo, casi hermano aún que suene raro. Si no también como novios.

𝐌𝐄𝐉𝐎𝐑𝐄𝐒 𝐀𝐌𝐈𝐆𝐎𝐒 © | Ivano ModrićDonde viven las historias. Descúbrelo ahora