veintidós

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Ambos ya sobre la cama Zoro besaba las marcas que seguían en la blanca piel del rubio, desabrocho la camisa que lleva puesta y fue dejando un camino de besos de su pecho hasta llegar a su entrepierna.

Se inco sobre la cama quedando en sus rodillas empezando a quitar el pantalón y la ropa interior.

Sanji estaba ebrio, no decía nada solo se disponía a observar cada movimiento que hacía el peliverde con una sonrisa.

-¿M-me la vas a chupar?-pregunto el rubio con una sonrisa pícara en su rostro.

Zoro no respondió, bajo hasta el pene del rubio que ya estaba descubierto, ahora que le ponía atención. Tenía un bonito pene.

Lo metió a su boca empezando a engullirlo, lo metió hasta dentro de su boca llegando hasta su garganta provocandole una leve arcada, lo saco y paso su lengua varias veces por el glande.

Sanji comenzaba a gemir levemente, Zoro estaba haciendo un buen trabajo y era inevitable hacérselo saber cada que gemia su nombré.

-Z-zoro.-gimió en un suspiro.

-¿Te está gustando?-pregunto mientras lo veía a los ojos.

-S-si amor, me encanta.-lo tomo de sus cabellos verdes.

Zoro siguió con lo suyo absorbiendo levemente, sentía el líquido preliminal, por lo que sentía que estaba cerca. En ningún momento le quito los ojos de encima, observando cada expresión, cada gesto que mostraba en su cara.

-Me gusta como te vez desde aquí.-Tomo las mejillas del peliverde.

Zoro lo veía y empezaba a sospechar que aquel mesero no le había puesto nada de viagra en su bebida, que en realidad era Sanji quien se comportaba asi al estar borracho.

Sanji lo jalo levemente del cabello guiandolo, Zoro estaba haciendo un excelente trabajo ahí abajo que sentía que estaba cerca.

El peliverde paseaba su lengua de arriba abajo para después volver a meterlo nuevamente a su boca.
Con su lengua hacia círculos sobre la cabeza del pene que a Sanji lo volvia loco.

Sus ojos estaban en blanco y su boca levemente abierta, si seguía así se vendría pronto.

-Y-ya, ya, ya e-espera, creo que me voy a venir.-trato de seperarlo.

Zoro saco el pene de su boca, empezó a masturbarlo.

-¿a si? ¿Y porque no lo haces?-volvió a meterlo a su boca ahora sin dejar de masturbarlo.

El rubio solo duró unos minutos más y se vino dentro de su boca.
Zoro lo había tragado pero había escurrido bastante cayendo por su cuello y bajando hasta su pecho.

Sanji estaba bastante satisfecho, acercó a Zoro a él y besos sus labios, su beso era tan caliente y tan exitante, ambas lenguas chocaban y bailaban dentro de sus bocas.

Sanji se separo del beso dejándose caer en la cama, se había quedado dormido.

Ahora el que estaba caliente y con una ereccion era Zoro.

-¿ahora que hago?-se pregunto a si mismo.

Zoro se empezó a tocar por encima de la ropa, estaba más duro que una piedra y dudaba mucho que un baño bajara su gran ereccion.

Así que bajo su pantalón y ropa interior dejando afuera su pene.

Estaban sobre el rubio y su cara durmiendo fue más que inspiración para comenzar a masturbarse.

Se sentía todo un loco por hacerlo sobre el cuerpo de su novio, pero no tenía de otra.

Empezó acariciarse de arriba a bajo, leves gemidos salían de su boca, aceleró el ritmo llegando al orgasmo deseado viniendose sobre el pecho descubierto de su novio.

Rápidamente el arrepentimiento llegó a él, se sentía todo un pervertido por aquel acto.

No dudo en ir por papel para limpiar el cuerpo de Sanji sin dejar rastro de lo que había pasado.

Recogió todo, acomodo sus ropas y se acostó a dormir junto a él.

Mañana seria otro día.

10:52AM

Era de mañana cuando despertó, y a su lado aún se encontraba un rubio durmiendo boca abajo.

Le sorprendió bastante verlo dormido ya que siempre era el, el que despertaba después.

Tomo la iniciativa y salió de la casa primero, fue a la cocina y vio que tenían de todo en esa nevera.

Prepararía algo para Sanji, el era el que siempre le daba de desayunar así que el lo haría ahora, seguramente tendría resaca.

No era un experto cocinando pero todos lo que hacia era comestible y era suficiente.

Recordó que no estaba solo al oír unos pasos bajando las escaleras.

Era la chica pelirosa de antes.

-Oh dios, mi cabeza.-tocaba su cabeza mientras se quejaba.-oh, Zoro, buen día,¿que haces levantado?

-Quería prepararle algo a Sanji para desayunar pero...no tengo idea de que.

-Si quieres, yo puedo ayudarte.-sonrió.

Zoro acepto su ayuda, solo porque era verdad que no sabia que hacer.

Al final terminaron haciendo waffles y fruta para acompañar.

Zoro subió con las manos ocupadas, llevaba el plato con el desayuno y en la otra llevaba un baso y una pastilla para la resaca.

Entro y Sanji seguía acostado.

-psk, psk, Sanji despierta.-lo movía levemente.

-Mmh, ¿que pasa?-dijo aun somnoliento.

-Te traje el desayuno.

Sanji se enderezó de la cama tomando asiento viendo lo que Zoro tenía en las manos, no tenía una presentación perfecta pero era linda, se veía que era echa por el.

-¿Tu lo hiciste?-pregunto sonriente.

-Si, aun no despertabas,así que me adelante.
Los ojos de Sanji se encontraban vidriosos, estaba apunto de llorar.
-¿Pasa algo?-pregunto el peliverde.

-Es que, nadie había echo algo asi por mi.-paso sus puños por sus ojos para evitar que las lágrimas cayeran.

-Y no será la primera vez, no se cocinar tan bien como tu pero hice un intento.

Sanji estaba por probarlo pero Zoro lo detuvo.

-No, primero toma tu medicamento para la resaca.

Sanji no dijo nada, solo sonrió haciendo caso a lo que le pidió.

Después de eso, le dio un bocado a su desayuno, haciendo un sonido de satisfacción.
-Mmmmh, hey, esta muy bueno.-sonrió.
-¿Tu crees?-también había sonreído.
-¡Claro! Creí que serias pésimo en la cocina pero ya veo que no.

Ambos rieron.

-Cuando tenga mi propio restaurante te haré mi ayudante de cocina.-rio.
-Haré lo posible por no quemar tu cocina.-Ambos habían reído.

Sinceramente Zoro amaba ver a Sanji reír y más si era el quien provocaba esa sonrisa.

Es por eso que estaba seguro de querer a Sanji en su vida.

Le devolvía la felicidad nuevamente.












Cortito pero bonito.

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