dieciocho

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Habían pasado dos semanas exactamente después de haberse confesado ante el rubio.

Todo había salido bien para ambos.

Seguían saliendo a "citas" y la pasaban bien, nada había cambiando.

Seguía sin ser algo formal.

Sus amigos ya estaba enterados de esto, pero aún seguian siendo discretos, más que nada para no incomodar.

El peliverde se encontraba con su amiga peliroja sentados sobre el sillón, ella no despegaba la mirada de su teléfono, se veía muy entretenida.

Hasta que recordó algo y sobresalto de aquel sillón.

-¡Zoro! ¡Hoy tendremos pijamada en casa de Viví, lo había olvidado!-dijo mirando el reloj.

-¿Tengo que ir?-levanto levemente su ceja.

-Si, Sanji también irá.-Nami sabía que si mencionaba eso con más razón iría.

-Entonces voy.-y adivino.

-¡Apúrate!

Rápidamente se levantó para dirigirse a su habitación.

No sabía la razón por la que a su amiga le daba por hacer reuniones y fiestas a cada rato.

9:42 PM

Era ya un poco tarde, pero sin embargo ya se encontraban ahí, tanto como Luffy y Zoro llevaban ambos brazos llenos de bolsas de botana que Nami los había obligado a cargar.

Tocaron la puerta de la gran casa y enseguida fue abierta por unas chica de cabello celeste.

-¡Chicos! !Si vinieron!-dijo emocionada.

-Claro que íbamos a venir, es solo que por un momento lo olvide.-respondió apenada.

-Esta bien, no pasa nada, adelante pasen, pasen.-se hizo a un lado dejándolos pasar también.

Zoro al ver a Sanji se sentó junto a él, todos se encontraban sentados en el suelo tapados con mantas, frente a ellos, una enorme televisión que proyectaba una película, al parecer de terror.

Todos notaron como Zoro se había sentado justamente al lado del rubio, pero seguían sin decir nada.

-Pensé que no vendrías.-sonrió Sanji al verlo.

-La verdad es que solo vine porque quería verte.-sonrió también.

Ambos llevaban un rato prestandole atención aquella película en silencio hasta que una mano escurridiza se deslizaba por la pierna del peliverde llegando a su entrepierna.

Rápidamente se sobre salto, Sanji no lo miraba, seguía viendo el televisor, Zoro sentía como su pene era masajeado bajo la sabana, si no lo detenía tendría una ereccion.

-Sanji.-susurro cerca de su oído.

-¿mmh?-hizo un sonido con su garganta en señal de que lo escuchaba.

-Si sigues haciendo eso yo...nos van a ver.-dijo rápidamente pero en voz baja.

Sanji se detuvo, pero ya era muy tarde, ya se le había puesto dura.

Se levantó de lugar tratando de tapar su ereccion, al salir con éxito llegó al baño más cercano encerradose en el.

Pasarom algunos minutos y el moreno de pelo verde aun no regresaba.

-Zoro ya se tardo ¿no creen?-pregunto la chica de cabello azul.

Todos murmuraba entre sí, preguntándose si se habría perdido.

Amigos en común  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora