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Tal y como Zoro lo dijo, algun día llevaría a Sanji a ver a su madre, había estado planeando esa visita a escondidas del rubio que al fin había llegado el día.

Busco por todos lados la forma de localizar a la mujer que lo había logrado gracias a su cuñada, la hermana de Sanji.

Reiju.

Sin ella no lo habia logrado, por lo que preparo todo para su siguiente viaje.

Ella acepto la invitación de Zoro en verse en algún lugar para conversar el tema, ella fue muy amable en revelarle la ubicación de su madre para asi sorprender al rubio, por lo que estaba muy agradecido.

Se había convertido en su cómplice, por lo que ella se los encontraría en el camino.

Sanji estaba de acuerdo en hacer un viaje juntos, lo que no sabia era el destino exacto al que irían.

Pero tampoco siguio preguntando ya que el peliverde le dijo que sería una sorpresa.

Si Zoro no se perdía en el trayecto del viaje sería un éxito, y si no, tendría que revelarle a Sanji su plan, algo que era obvio que no quería hacer, por lo que consulto antes con Maps.

Guardaron su equipaje en la cajuela del auto y subieron a este dando marcha al camino, Sanji durante el camino iba entretenido con su teléfono celular mientras Zoro muy concentrado en el camino y en ese aparato que le mostraba la ubicación.

-¿sabes si quiera como llegar?-pregunto Sanji al verlo muy confundido.

-Se como hacerlo, solo que esta pantalla es muy revoltosa.

Sanji rio por eso.

-Mira, aquí solo tienes que seguir el camino recto, cuando tengas que dar una vuelta la computadora te lo dirá.

-No soy un niñito, se que tengo que ir camino recto.

Sanji rio y siguió con su celular.

Zoro para mayor concentración puso música en el estéreo del auto, con un volumen bajo pero lo suficiente para oírla.

-¿y aque se debe este viaje?-pregunto Sanji curioso.

-No lo sé, solo se me ocurrió, nunca hemos echo uno así que ¿Porque no?

A Sanji no le pareció raro, ni nada por el estilo, solo que cuando el peliverde se lo propuso le sorprendió, pero acepto con gusto.

-Si llegas a tener hambre dímelo, haremos una parada para hacerlo.

-Claro, te lo diré.-sonrió.

El camino aún era bastante largo, eran tal vez dos días de camino por lo que harían algunas paradas y buscarían un lugar donde dormir ya que estaba por anochecer.

Sanji se encontraba recostado en el asiento del auto, el sueño le estaba ganando, cerró sus ojos un momento y quedó levemente dormido.

Zoro se dio cuenta y tenía que buscar un hotel para dormir, no dejaría que el rubio durmiera en un auto muy incómodo.

Busco en aquel aparato de ubicación y encontró un hotel cerca de ahí, solo estaba a diez minutos más de camino y llegarían.

Diez minutos que fueron rápidos, llegaron al hotel y rodeo el auto para llegar a la puerta donde se encontraba Sanji.

-Sanji, Sanji.-trataba de despertarlo.

-¿q-que pasa?-dijo aun medio dormido.

-Llegamos a un hotel, ven, vamos a dormir.

El rubio como pudo se levantó y juntos caminaron a la entrada, encontrándose con la recepcionista.

Una mujer castaña, cabello corto delgada y fea para al gusto de Zoro.

Amigos en común  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora