veintisiete

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Zoro despertó en una cama mucho más grande que la suya, era bastante cómoda y la habitación un decorado muy diferente y sin hablar de lo iluminada que estaba.

Los rayos del sol lo hicieron despertarse, al sentarse sobre la cama pudo darse cuenta de que esa no era su habitación,  o la de Sanji.

Abrió bien los ojos, esa habitación se le hacía conocía, ¿pero donde?

Hasta que entro esa mujer.

Zoro se puso pálido.

–¿Porque te sorprendes? ¿Viste algún fantasma o algo así?–dijo aquella mujer.

–¿que estoy haciendo aquí?–pregunto serio.

–¿aqui? ¿En mi habitación? Oh, no lo sé.–dijo con evidente sarcasmo.

–Hiyori, no quiero juegos,¿que hago yo aquí?

–Casualmente nos encontramos, y estabas tan ebrio y creo que hasta drogado, llegaste a mi y terminamos aquí, tuvimos sexo y... ¿puedo saber quien es Sanji?

–Eso no es de tu incumbencia,  me largo de aquí. –Se levantó de aquella cama, dándose cuenta que solo iba en sus boxers.

–aprovechaste la oportunidad de que tu novio se fue de la fiesta y corriste a mi.

Zoro se detuvo.

–Salió a toda prisa con Trafalgar,  yo en tu caso me molestaría bastante. ¿no?

son provocaciones, solo son provocaciones,  solo son provocaciones.

Se repetía una y otra vez en su mente.

El nunca se atrevería a serle infiel a Sanji y menos con ella ¿no?

Quería creerse la idea de que hiyori mentía y que no se había acostado con ella, el no era tan fácil de caer, pero por otro lado el seguía siendo débil, por lo que solo ignoro esas voces en su cabeza, se vistió por completo y salio de aquella habitación.

Al salir de la casa se dio cuenta que su auto también estaba afuera, ni idea de cómo lo condujo en ese estado de ebriedad.

Llego a su casa y no encontró a nadie.

Solo encontró una nota sobre la mesa.

Fui a casa de Viví y luffy con Law llegamos hasta tarde.
–Nami.

Al parecer estaría solo un rato, por lo que eso significaría tortura para el, nuevamente el sobre pensar volvia a él.

¿Y si era una mentira? ¿Y si lo invento todo para joderlo?

Solo podía recordar pequeños fragmentos.

Zoro se encontraba sentado en un sofá viendo como Sanji bailaba, por otro lado diviso una cabellera color verde turquesa

entre la multitud  una chica de cabello  largo con unos ojos azules como el mar, quería estar equivocado y que el alcohol lo ayudara a confundirla, pero ese rostro ers difícil de confundir ya que era único.

Perdió a Sanji de su vista por lo que se levantó a buscarlo.

No fue cuando de casualidad se encontró con un viejo amigo suyo.

Amigos en común  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora