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Tuvo que pasar un año para que esos dos se decidieran y pudieran poner una fecha para su matrimonio y ahora solo faltaban algunos días para la boda, ambos se sentían igual de nervios, por cada día que pasaba sus nervios eran más grandes, esperaban que todo saliera bien.

El pequeño bebé peliverde ahora era un niño de un año y algunos meses de edad el proceso de su crecimiento iba bastante bien, apesar de tener un año ya pronunciaba una que otra palabra o aveces solo balbuceaba.

Siguiendo con lo de su matrimonio todo estaba perfectamente organizado lo único que le preocupaba al rubio era que el peliverde se perdiera en el camino y lo dejara plantado en el altar.

Fuera de eso, todo estaba bien.

Ambos se encontraban sentados en la mesa del comedor, habían terminado de comer y ya habían recogido la mesa pero solo se habían quedado ahí hablando.

-¿Crees que hicimos bien en dejarle al niño a las chicas?-pregunto Sanji.

-Si ¿porque no?, ellas están enamoradas del pequeño, Viví se cree su madre.

-Si pero...

-Pero nada Cejitas, como lo dijo la bruja, también necesitamos un tiempo a solas, ¿no crees?

-Ahora lo creo.-Sonrió.

De un momento a otro empujó rostro de Zoro se había vuelto notoriamente serio.

-Sanji ¿podemos hablar de lo que pasó cuándo terminamos?-dijo.

-¿Porqué tenemos que hablar de eso ahora?

-Yo sigo sintiendo culpa por eso, todos los días me sigo sintiendo mal por todo lo que te hice y que tu sólo me perdonarás.

-¿no querías que lo hiciera?

-Si, pero, siento que no fuiste sincero y solo me perdonaste porque me amas.

-Zoro, me conoces y no solo te perdoné porqué te amo, hiciste muchas estupideces que terminaron haciendome dañaron pero pude superarlo y después de pasar tiempo separados al final me di cuenta que quería pasar el resto de mi vida junto a ti, y no soportaría estar lejos de ti, supere muchas cosas gracias a ti y pude dejar mi pasado atrás para concentrarme en mi futuro, no solo me das amor incondicional, me diste una familia y no voy a poder terminar de agradecerte por eso.-Sanji tenía sus manos sobre las mejillas del peliverde, ambos se veían cara a cara, los ojos del peliverde estaban cristalinos, no tardaban en salir lágrimas de ahí.

Y aunque para Sanji el ver llorar a Zoro era algo inimaginable sabia que es humano , pero era raro que lo hiciera, y solo dejó que esas lagrimas salieran de él, no era algo de todos los días por lo que imagino que retenía muchos sentimientos tristes dentro de el y lo ayudaría poco a poco con eso.

Todo era parte del proceso.

-Perdóname Sanji, por todo, no se cómo puedes seguir enamorado de alguien como yo,cuándo lo único que hice fue decepcionarte.

-Amor mio, eso esta en el pasado y ahí es donde se va a quedar.

Las lágrimas y los quejidos de Zoro no paraban, tenía mucho en su pecho que ahora necesitaba sacar, lloraba por lo idiota que es, por lo idiota que fue, por como llego a tratar a su pareja, por Hiyori, por lo que una vez fueron y por muchas cosas más que no había contado.

Siempre trataba de ser el fuerte, de mantenerse firme y nunca verse débil.

Pero ahora ya no podía.

Para su suerte Sanji estaba ahí, que en ningún momento lo soltó.

Se mantenía abrazado a él, su cara contra el pecho del rubio mientras que sus brazos lo rodeaban, quería quedarse así para toda la vida.

-No te merezco.-dijo el peliverde.

Amigos en común  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora