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Al salir del baño Sanji se llevó una gran sorpresa.
Zoro se encontraba de lo más tranquilo sentado sobre su cama.
Aun sin decir ni una palabra y Sanji tratando de recuperar el aliento ya que también se había llevado un susto al verlo ahí.
-que haces ahí sentado idiota.-levanto la voz.
-Esperando a que terminaras.-sonrió.

Sanji ahora sentía una vergüenza, seguramente lo había escuchado y ahora se burlaria de él.

-me refiero a porque entraste a la casa.

-¿no recuerdas? Tu me dijiste que si tardabas mucho en abrir la puerta que solo entrará, estaba abierta y entre, deberías de cerrarla, quizás la próxima no sea yo quien entre.-dijo Zoro.

Sanji tenía sus mejillas rojas por la pena, aun se mantenia desnudo y de pie frente al peliverde, pero mantenían una distancia.

Zoro recorría con sus ojos el cuerpo de Sanji, como solo una toalla cubría su cintura.

-¿Porque no te acercas?-pregunto el peliverde.
-tengo que cambiarme primero.
-Entonces hazlo.
-no contigo aquí enfrente.
-¿Porque no? No sería la primera ves que te haya visto desnudo.
-Solo, sal de la habitación.-dijo un poco irritado.
Zoro se levantó de la cama pero no fue a la salida, en realidad camino hacia el rubio.

Sanji al darse cuenta que Zoro se acercaba a él intento retroceder pero se encontraba acorralado.

-¿Porque tan tímido de repente?-pregunto al ya tenerlo enfrente y muy cerca de él.

-Zoro...

-Así mismo, escuche mi nombre justo detrás de esa puerta.-dijo apuntando al baño.-¿paso algo?.

Sanji no sabia que decir solo volteo su cara al lado contrario tratando de evitar los ojos de Zoro.

-¿Porque no me miras y me dices que te estabas masturbando pensando en mi?-lo tomo de la barbilla para que lo mirara.
-Ya quisieras estupido.-dijo al verlo nuevamente

-Que agresivo.-Zoro bajo su mano hasta una de las nalgas del rubio pasando sus dedos por la entrada.

Y como suponía, Sanji se había estado tocando.

-B-basta.-trataba de apartarlo.

-¿te aflojaste para mi?-sonrió.-entonces ¿tengo que sacarle provecho no?-sonrió.

Ambos ya estaban sobre la cama, Sanji se encontraba en cuatro apoyando los codos y sus rodillas sobre el colchón, mientras que Zoro se encontraba detrás de él podiendo ver la figura de su espalda y el redondo trasero que Sanji se cargaba.

A Zoro le parecia una muy buena vista.

Por lo que se fue introduciendo dentro del rubio poco a poco, Sanji sujetaba fuertemente las sábanas con sus manos, el peliverde lo tomo por la cintura para empezar a entrar y salir de él.

Las redondas nalgas de Sanji chocaban contra la pelvis del peliverde en cada estocada, lo que hacia que provocará ruidos obsenos.

Zoro podía ver desde arriba como su pene salía y entraba, una escena que lo volvia loco, tenía unas ganas de tomar una fotografía de eso, pero era mejor si se quedaba solo en su memoria.

Sanji enterraba la cara contra la almohada, su boca empezaba a babear, sus ojos se volteaban hacia arriba y era inevitable gemir por lo que lo hacía descaradamente.

-Aaagh ¡Z-zoro!-gimio.

-¿t-te gusta así?p-porque a mi si, m-me encanta.

-S-si, quiero q-que lo hagas m-mas duro.

Una de las manos del peliverde se estrello con una de sus nalgas dando un fuerte golpe.

-Mmhg, ¡m-mas!-gimio.

Amigos en común  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora