Familia

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Bajé las escaleras corriendo, eran las 4:30 y precia que Lidia tenía la mano pegada al claxon de su auto porque no se callaba.

— ¡Ya voy! — grité volviendo a cerrar la puerta, entre a la cocina.

— ¿A donde vas? — preguntó Peter.

— Voy con Lidia a comprar su vestido para el baile— dije — uy, pastelillos — tomé uno de la bandeja.

— Oh claro, cometelos — dijo riendo — ¿A qué horas regresas?

— No lo sé, aún tengo que buscar a alguien que me traiga a casa, Lidia no podrá traerme.

— Yo iré por ti, no es como si tenga más cosas que hacer, solo llámame cuando salgas ¿Si?

— Dalo por hecho — tomé otro pastelillo

— ¡Oye! Es uno por cabeza — reclamó nuevamente.

— Adiós Peter — salí corriendo fuera de la casa escuchando aún las quejas de Peter a lo lejos — ¿Puedes dejar de presionar el claxon?

— ¿Puedes apresurarte a subir? — respondió Lidia de la misma manera — eres la persona más impuntual que conozco.

— ¡Aún no son las 5! — reclamé cerrando la puerta — ten, endulzate la vida — le ofrecí el otro pastelillo, aún ligeramente molesta la pelirroja lo tomó.

— ¿Horneas?

— Absolutamente no, Peter hornea — respondí.

Los postres que Peter y Derek solían hacer eran los mejores, definitivamente si esos dos habrían un local de postres sería el más exitoso de todo Beacon Hills.

— Bueno, definitivamente después de ese pastelillo mereces que te compre un vestido— soltó.

— Y por eso eres la mejor amiga del mundo — me reí suavemente.

Hace media hora estaba fuera del centro comercial quejándome porque no había señal cuando estaba dentro y ahora estoy encadenada a una pared de manos y piernas.

«La vida da tantas vueltas, yo solo quería llamar a Peter para que fuera por mi»

— ¿Alguien podría decirme qué mierda hago aquí? — dije mirando hacia los dos hombres al fondo de la habitación oscura.

— Eres nuestra carnada, linda — una voz femenina surgió de entre la oscuridad — nuestra manera de recuperar a nuestro lobo.

— Oh ¿Tienen un lobo como mascota? ¿No es eso peligroso? ¿Cómo consiguieron el permiso? — pregunté — yo siempre he querido tener un zorro de mascota, pero se necesita tener un permiso y... — una flecha se ensartó en la pared a un lado de mi cabeza — si, no creo que ustedes sean muy amigables.

— Cállate — identifique la voz inmediatamente.

— ¿Allison? — dije, de entre la oscuridad Allison junto a la que supuse era su tía salieron — oigan... No se que piensen hacer o si esa fecha venía a mi cabeza y ella tiene mala puntería — seguí hablando con tono nervioso — pero lamento decirles que yo no sé dónde conseguir lobos y... — la tía de Allison se acercó a mi y me sostuvo el rostro con una sola mano impidiendome seguir hablando.

— Sabemos sobre tu cercanía a Derek Hale — dijo — y lo queremos atraer aquí... Sabemos que vendrá por ti.

— ¿Quien es Derek Hale? — pregunté tratando de mantenerme calmada — Creo que se confun... — uno de los hombres le arrojó mi teléfono y Karen me mostró una fotografía con Derek — eso podría estar editado — continuó pasando las fotos — edito muchas fotos en mis tiempos libres. 

Andando entre lobos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora