De vuelta a casa.

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Esa sensación extraña en mi estómago volvía a aparecer, era exactamente la misma que hace dos años pero esta vez estaba emocionada por lo que venía; esperé con paciencia que mi maleta terminara de dar su pequeño recorrido por la banda transportadora y antes de poder tomarla un hombre mayor la atrapó por mi.

— Permítame — dijo sonriendo y posandola sobre el suelo.

— Muchas gracias — le dediqué una cálida sonrisa antes de dar media vuelta y caminar lejos de ahí.

Miré de un lado a otro buscando una cabellera rubia entre la gente o quizás un par de cabezas castañas, aún albergaba en mi la esperanza de que mis dos mejores amigos hubieran planeado una bienvenida calurosa en pleno aeropuerto, cosa que no fue así; a lo lejos divisé a un hombre vistiendo completamente de blanco e infringiendo perfectamente la regla de "no pararse sobre los asientos" que se anunciaba al entrada del lugar, sonreí al instante, Resme.

— Mowgli — dijo en cuanto sus ojos conectaron con los míos.

La distancia entre ambos se volvió escasa después de unos segundos, me vi envuelta calurosamente entre los brazos de mi hermano y se sintió como volver a estar en casa, era la primera vez que lo abrazaba después de dos enormes y exhaustivos años.

— Baloo — lo llamé por su apodo complementario al mío.

— ¡Pero mírate! — me separó ligeramente de su pecho para examinarme, aún no muy convencido de mi cambio tomó mi mano derecha y me hizo girar sobre mis talones — eres toda una señorita ahora, ni pienses que te dejaré salir de casa — reí ante sus celos protectores.

— Te extrañé tanto — esa sensación en mi estómago aún estaba presente ¿Era emoción o solamente nostalgia?

— También te extrañe — respondió pasando su brazo derecho sobre mis hombros y tomando con su otra mano mi maleta — ¿Quieres ir a casa?

— ¿En serio me estás preguntando eso? Por supuesto que quiero ir — me otorgó una preciosa sonrisa presumiendo su obvia dentadura perfecta y ambos caminamos hacia la salida.

Estaba de vuelta en Beacon Hills ¿Qué tanto puede cambiar un pueblo en solo dos años?

El camino desde el aeropuerto hasta el pueblo fue ambientado con mis anécdotas, mi hermano quería saber hasta el más mínimo detalle acerca de mi estadía en Francia con nuestra tía, especialmente la razón por la cual ella había decidido enviarme de regreso.

— Anda, suelta la sopa — dijo mientras bajaba el volumen de la radio — ella no solo pudo cambiar de opinión.

— Ella lo hizo, lo juro.

— Edds, sabes que no hay secretos entre nosotros, puedes contarme que le hiciste a esa pobre mujer para que te enviara de regreso de un día para otro — suspiré, él definitivamente no dejaría de molestar hasta que obtuviera una buena respuesta — no me molestaré — esa fue mi bandera verde.

— Ahora que sé eso — me acomodé en mi asiento para mirarlo pero mi conciencia nuevamente me ordenó sentarme correctamente — puede, solo puede, que accidentalmente haya incendiado el laboratorio de química — comenté intentando que mi mirada no se desviara del camino — pero en mi defensa todo fue culpa de Olive, si ella no me hubiera distraído con su estupido plan para escaparnos esa noche eso no habría pasado, mis medidas eran perfectas.

— ¿Así que Olive y tú...? — al parecer la conversación ahora tenía otro foco de atención.

— ¿Qué? ¡No! Por supuesto que no — negué repetidamente con la cabeza — solo amigas, nada más.

— Ya sabes lo que decia papá — esa sola frase hizo que el silencio inundara el auto, ambos suspiramos ruidosamente.

Hace casi 9 años nuestros padres habían fallecido en un accidente de auto o por lo menos papá lo había hecho, el cuerpo de nuestra madre hasta la fecha no ha sido encontrado, nadie sabe que pasó con él, la teoría más escuchada es que tal vez algún coyote hambriento la devoró antes de que la policía llegara. Resme tenía solo 18 años cuando el accidente ocurrió ¿Y yo? Estaba cumpliendo 8 años, digamos que definitivamente preferiría haber recibido una muñeca como regalo.

Andando entre lobos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora