Escape

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Han pasado dos días desde la muerte de Peter, la sola idea de ver a Derek me causa conflicto por eso he decidido resguardarme en el hospital bajo la excusa de querer estar aquí cuando Lidia despierte, técnicamente no era una mentira.

Llevo 2 días enteros sin levantarme de la silla justo enfrente de la habitación de Lidia, Stiles está durmiendo en otra pequeña fila de sillas de la manera más incómoda del mundo y a pesar de que hacemos "rondas de sueño" ni siquiera he pegado el ojo como se debe.

Isaac ha estado viniendo recurrentemente a verme y a ver si hay noticias nuevas de Lidia, cada que tiene un pequeño espacio en su trabajo viene aquí, se sienta a mi lado, me toma la mano y no dice nada a menos que yo hable antes cosas que agradezco totalmente.

Por tercera vez en menos de dos horas veo entrar a Isaac al hospital, saluda amablemente a la mujer de recepción y camina directo a mi, trae una bolsa de papel en su mano derecha, en cuanto llega a mí me besa suavemente la frente y toma su lugar de todos los días, justo a mi lado izquierdo.

— ¿Tu padre no se pregunta porque vienes tanto al hospital?— pregunté con una voz casi insonora.

— No realmente, solo le dije que tomaría mi hora de comida para venir contigo — respondió — ¿Hay noticias? — preguntó mirando la puerta, negué con la cabeza — las habrá pronto, créeme.

— Eso espero — mi cabeza cae sobre su hombro sin pensarlo, nuestras manos están entrelazadas y mis ojos van directamente hacia ellas, la sensación que me da es realmente reconfortante.

— ¿Has dormido algo? — decidí no responder, él sabía a la perfección la respuesta — ¿Ya comiste? — de nuevo no obtiene alguna respuesta — Edelweiss, no puedes estar haciéndole esto a tu cuerpo... Sé que tienes miedo y se que estás muy preocupada, pero necesitas dormir y comer para seguir apoyando a Lidia desde aquí.

— Stiles me trajo unas galletas de las máquinas expendedora.

— Unas galletas no son comida real, son más azúcar que comida — dijo — mira, toma esto — me extendió un emparedado que no se veía nada mal.

— Es tu desayuno.

— No, es tuyo — dije — hice uno para ti y uno para mí — respondió sonriéndome — cometelo ¿Si? Desayunemos juntos está vez.

¿Cómo decirle que no a esa sonrisa dulce y amable? Además debía admitir que me moría de hambre, acepté el emparedado que Isaac me llevó y desayunamos juntos.

No hablamos demasiado, Isaac sabía que yo necesitaba un poco de tiempo para todo y no quería presionarme, así que me dió su compañía para que supiera que yo no estaba sola.

Cuando terminamos de comer Isaac levantó la poca basura que generamos y volvimos a quedarnos en nuestros asientos sin hacer demasiado escándalo.

— Creo que deberías dormir un poco — susurró como para no romper la tranquilidad del hospital.

— Estoy... — bostecé en ese momento — bien.

— Oh claro, yo también bostezo cuando estoy muy bien descansado — bromeó — Edelweiss duerme un poco... Mira aún queda 1 hora para que regrese al trabajo, puedes usarme de almohada y yo velaré tu sueño— me dijo — si algo ocurre, hasta lo más mínimo, te despertaré.

— ¿Lo prometes? — el castaño besó suavemente mi frente antes de mover mi cabeza para que se apoyara en su hombro.

— Lo prometo — susurró.

Mis ojos se cerraron poco a poco, no iba a mentir, realmente estaba cansada y necesitaba al menos 3 días de sueño sin interrupciones, pero por ahora me conformaba con al menos 1 hora.

Andando entre lobos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora