Muerte

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Me quedé congelada en cuanto entramos al hospital, vi a Allison correr a los brazos de su padre y rogarle que le dijera que es una mentira, justo después de haber escuchado esa frase.

"Tu madre murió".

Fue como si regresara en el tiempo a cuando tenía 8 años y el sheriff intentaba explicarme porque mi padre estaba cubierto hasta arriba con esa manta azul y porque no volvería a verlos de nuevo.

Observo a la chica abrazar a su padre y llorar contra su pecho mientras su cuerpo tiembla incontrolablemente, la escucho gritar, patalear e incluso maldecir no haber hablado con su madre antes de ir a la fiesta de Lidia, pero ahora es demasiado tarde, ella está muerta.

Siento que esto es un momento sumamente íntimo pero mis piernas se niegan a alejarse de ahí y dejarlos solos, jamás había visto a Allison o a su padre siendo tan vulnerables, asi qué solo atino a quedarme justo donde estaba de pie y no hacer ningún ruido o movimiento brusco.

Ya es de mañana, el padre de Allison me ha pedido qué le haga compañía a la chica mientras él arregla algunos detalles del funeral, la chica esta sentada en la pequeña capilla del hospital así que decido sentarme junto a ella pero sin invadir su espacio.

— ¿Qué haces aquí? — cuestiona sin dejar de mirar el crucifijo en la pared — no somos amigas.

— Lo se — respondí — pero todos necesitamos un apoyo moral cuando ocurre algo así, Allison — ella me miró — se lo que se siente perderla, sé lo extraño qué es asimilar todo.

— No vengas con cursilerias.

— No son cursilerias, intenta comprender; tu perdiste a tu madre cuando comprendes la idea de lo que es la muerte, yo la perdí a los 8 años — intenté explicarme — tienes un padre que te ama, amigos qué se preocupan por ti; y aunque definitivamente eso no quitara el dolor, si lo hará más llevadero.

— ¿Por que mierda tienes que hacer todo sobre ti? — su ceño se frunció — podría haber llegado sola al hospital ¿quien demonios te dijo que necesito de tu apoyo moral? ¿quien pidió tu estúpida ayuda?

— Nadie, pero...

— Exacto, nadie — me cortó — no es mi culpa que tu novio este más interesado en hacer otras cosas que en estar contigo, no busques en mi dolor una fuente de entretenimiento.

Y ahí estaba la Allison qué yo conocía, siempre siendo tan jodidamente malagradecida a pesar de que genuinamente me preocupe por ella.

— No busco un medio de diversión con tu dolor, se le llama ser empatica, comprendo tu dolor y solo quiero ser un apoyo para ti.

— No necesito tu lástima — me empujó haciéndome caer de la banca directo al piso — ¡vete! ¡qué te vayas! — me levante del suelo y sacudi el polvo de la falda de mi vestido.

— Lamento mucho tu perdida Allison, espero que encuentres pronto consuelo— ella no dijo nada, simplemente regresó su mirada al crucifijo y ahí se quedó.

El señor Argent se ofreció a llevarme a casa pero me negué, tenía que estar con su hija en un momento tan difícil así que opte por caminar hacia mi casa.

Una vez que doblé en la esquina de mi calle veo el Jeep de Stiles junto a los autos de Derek, Isaac y Resme estacionados de una manera bastante violenta, acelere el paso creyendo qué algo malo había ocurrido.

— Joder ¡Resme! — en cuanto entre a casa escuche el grito de Stiles llamando a mi hermano y unos brazos enrollarse en mi torso.

— ¿Edelweiss donde mierda estabas? — Derek es el primero en aparecer en mi campo de visión con una mueca molesta pero al mismo tiempo aliviada.

Andando entre lobos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora