Capítulo 5

547 33 1
                                    

K.C.

El aire en la escuela se asentaba como una capa de ropa sudorosa en mi piel, densa y húmeda. Casi me tomó esfuerzo llegar hacia el frente de la oficina.

Pero me gustaba.

Agregando eso a los pasillos con poca luz y el sonido de la lluvia amenazando cada vez más fuerte contra el techo, la atmósfera ahogaba la evidencia de que alguien más viviera en el mundo excepto yo. Necesitaba ese sentimiento en este momento.

Algo más que sólo el beso de Kook había dado en el clavo el otro día, me quedé con sus palabras arremolinándose en mi cabeza. ¿Cómo era que me conocía tan bien?

Anticipó cada argumento que salió de mi boca y calculó mis reacciones, conocía el resultado de antemano y no pude mantener el ritmo. Ahora, una semana después, todavía estaba en mi mente tanto como la comida y la respiración.

Tenía muchas ganas de pegarle y no estaba segura de por qué.

Cristo. Metí mi cabello detrás de mi oreja mientras seguía por el pasillo.

Había comenzado a llover torrencialmente hace una hora. Ya que mantenían las luces apagadas en la escuela durante los días de verano para conservar la electricidad, excepto por las de las salas, el único recuerdo de que era tarde por la mañana eran los reflejos de lluvia rebotando en las ventanas y sus sombras bailando en las paredes.

Acabábamos de terminar las dos sesiones, pero no lo hubieras sabido ya que la escuela estaba casi vacía. Las porristas y los de lacrosse nunca aparecieron, debido al mal tiempo; por lo menos un tercio de los estudiantes de enseñanza individual no se presentaron.

Enseñanza. Dejé salir un suspiro, bajando los escalones.

Nuestro progreso había sido lento durante los pasados días. Los chicos se habían desconectado mentalmente por las vacaciones de verano, estaba segura. Aunque tenía unos pocos estudiantes que disfrutaba, Ana era realmente cooperadora y apta con sus habilidades, la mayoría de ellos eran una lucha y sabía que estaba haciendo algo mal.

No eran voluntarios, no contestaban las preguntas y no eran felices. Apestaba.

Pero cuando miraba alrededor, a los otros tutores y sus grupos, veía el mismo patrón. Desinteresados y simplemente aburridos. Por supuesto, ¿quién querría gastar sus vacaciones de verano encerrado en una sala caliente cuando sus amigos estaban en el lago Swansea nadando, bebiendo y besándose? ¿Y por qué podría preocuparme si tenían éxito en la escuela? Sí a ellos no les importaba, entonces a mí tampoco debería.

Pero esa era una respuesta de mierda y lo sabía. Sí me importaba.

"Esos chicos no necesitan un ajuste de actitud. Tú lo haces".

Maldito Kook.

Kook, a quien apenas había visto desde el beso del pasado lunes.

Kook, quien me hacía robar miradas por la ventana mientras corría, riendo y sudando en el campo.

Kook, quien literalmente me dejó sobre mi trasero después de besarme hasta dejarme sin aliento en la sala de pesas.

Kook, quien solía verme en la secundaria y ahora era la que lo observaba.

Me detuve, abrí la puerta de la oficina principal y la atravesé, buscando alrededor para ver si había alguien. La habitación era espeluznante, vacía de cualquier luz, vida o ruido aparte de los ecos de lluvia procedentes de todas las direcciones. El reflejo de la tormenta creó burbujas de luz en todos los mostradores; el sonido de las cascadas me rodeó, golpeando las cuatro paredes.

Cayendo {F.A.S; #3} ➳ Jeon JungKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora