Capítulo 13

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JungKook

Tiré el paño al suelo y le hice un gesto con la barbilla a Sam para que me ayudara con el neumático. Lo rodó hasta mí y ambos lo levantamos hasta el eje.

Mi casa había sido inundada con gente tan pronto como dejé a Juliet hace sólo un par de horas, todos estábamos preparándonos para las carreras de esta noche.

Estaban aquí, sus cabezas bajo los capós de sus autos, pero la mía estaba todavía entre sus piernas.

Jesús.

Estiré la mano, subiéndole el volumen a "Falling Away from Me" de Korn. Pasé la mano por mi cabello, justo por encima de la oreja, donde sus trenzas aún tiraban de mi cuero cabelludo.

Sonreí al recordarla peinándome. No había tocado demasiado un mismo lugar. No había caído sobre mí, ni me había acariciado. Y cuando extendió su mano y tocó la mía, sólo para dejarme saber que ella entendía y que no tenía que hablar de eso, había cerrado los ojos, sintiéndome más seguro. No me gustaba que me cepillaran el cabello. Sin embargo, me gustó ella tocándome, felizmente la dejaría hacerlo de nuevo.

Cuidó de mí hoy.

Y ¿qué hice? Abrí sus piernas y comí de ella como si fuera una puta.

Todavía no la había llevado a una cita, una buena cena o un paseo por el maldito parque como las chicas querían. En el último par de semanas, había peleado con ella, la había amenazado y luego tratado de poner mis manos en su cuerpo cada vez que estábamos solos. La había empujado, agarrado y gritado.

Fui un idiota, y nada amable.

Que me jodan. Sudor corría por mi frente. Los insectos zumbando fuera en el sol del verano me daban ganas de subirle el volumen a la música. Ahogar todos estos pensamientos.

No iba a quedarme el tiempo suficiente para verla alejarme cuando se diera cuenta del error que había cometido en acercárseme. Pero, cada vez que pensaba que podía apartarme, su desafío y lucha me atraían de nuevo.

—¡Mierda! —gruñó Sam, siendo llevado al suelo por el neumático que no me había dado cuenta que había soltado.

Jalé mi cabello en la parte superior de mi cabeza y me di vuelta, pateando la caja de herramientas contra la pared. Las herramientas chocaron en el interior, algunos de los cajones abriéndose por la fuerza.

—Um. —Escuché a Sam aventurándose—. ¿No exageraste un poco?

Me di la vuelta, viendo su expresión confusa. Dejé escapar una risa nerviosa.

—Lo siento. Mi cabeza está un poco alterada, hombre.

—¿Desde cuándo? —murmuró, inclinándose para levantar el neumático nuevamente—. Esa fue la primera vez que me recordaste a HoSeok.

—Sí —gruñí, inclinándome para levantar el neumático con él—, ¿qué hay de malo con eso?

Luchó con el peso, apretando los dientes.

—Nada de nada, si eres el tornado —bromeó—. Es todo a tu paso lo que se destruye.

De acuerdo. Buen punto.

Mi teléfono vibró en mi bolsillo. Solté un fuerte suspiro cuando deslicé el neumático en su eje.

Miré mi teléfono, viendo el nombre de HoSeok y froté mi mano por mi rostro.

Grandioso.

—¿Qué? —le contesté, sabiendo que iba a molestarme por esa maldita orden de restricción otra vez.

Cayendo {F.A.S; #3} ➳ Jeon JungKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora