Capítulo 7

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K.C.

—Oye, K.C. —Simon, uno de los otros tutores, se me acercó después que las sesiones terminaran el viernes—. ¿Harás algo divertido este fin de semana?

—Probablemente no —dije, sin mirarlo mientras tomaba mi mochila... o la mochila de Tate.

—Bueno, saldremos por un café. ¿Quieres unírtenos?

Detuve lo que hacía y levanté la vista. Mirando a su alrededor, vi a los otros tutores recogiendo sus cosas y algunos esperando junto a la puerta.

Sonriendo suavemente, me disculpé:

—Lo siento. Hace calor para un café.

—¿Café frío, entonces? —respondió, sonriendo juguetonamente—. También tienen batidos.

Balanceé la mochila sobre mi cabeza, mis piernas tensas con la urgencia de caminar.

Simon parecía un tipo agradable. Y guapo, también. No estaba segura de si intentaba tener algo conmigo o sólo era amistoso, pero apreté la correa sobre mi pecho, deseando que simplemente me hubiese dejado tranquila.

No que él hubiera hecho algo malo. Debería pasar más tiempo con personas. Con un potencial buen tipo, también. Pero anoche... y casi todas las noches esta semana... opté por ignorar a Shane, los mensajes de Nik y Tate y tomar largas caminatas o sentarme en una tumbona en el patio trasero y escuchar el iPod. Sola, pero no demasiado.

¿Cómo era eso siquiera posible?

Durante la escuela secundaria y la universidad, siempre me encontraba sola. En las fiestas. Sola.

Con Liam. Sola.

Alrededor de mi familia. Sola.

En el medio de un grupo de amigos. Completamente sola.

Pero era extraño. Ahora que estaba sola más que nunca en mi vida, la duda y la ansiedad fueron remplazadas con algo más.

Tiempo para pensar. Tiempo para relajarme. Me ponía nerviosa, pero también como que se sentía bien. Comencé a poner mis pies sobre la mesa de café, beber leche del cartón y escuchar música todas las mañanas cuando despertaba. Era como si estuviera comenzando a conocerme.

Bajé mi cabeza, sintiéndome mal mientras caminaba alrededor de él hacia la puerta. Simplemente no me hallaba de humor para ser social.

—Gracias. Quizás en otro momento, Simon.

Mientras caminaba hacia el pasillo, girándome para enfrentar las puertas, mi teléfono sonó desde el interior de la mochila.

Recogiéndolo, lo miré, esperando evitar las llamadas de mi madre, pero no reconocí el número.

Lo sostuve en mi oreja.

—¿Hola?

—Hola, Problema —me saludó una voz profunda con humor.

HoSeok.

—Genial —murmuré—. ¿También te estás burlando de mí? Me parece recordar que te arrestaron una vez.

Escuché su risa silenciosa en el otro lado. El hermano de Kook, también el novio de Tate, y yo éramos amigos; pero no particularmente cercanos. No lo había visto en mucho tiempo.

—Es culpa de Tate, ¿sabes? —explicó—. Es una mala influencia.

—Sí, dímelo a mí.

Tate era una provocadora, toda la ciudad lo sabía. Aunque ella y HoSeok solían ser amigos de la infancia, él comenzó a acosarla en la secundaria por razones que aún desconozco. Cuando Tate comenzó a pelear para defenderse, literalmente comenzó a pelear. Hubo una nariz rota, un rodillazo en las pelotas y un montón de daño al auto de HoSeok.

Cayendo {F.A.S; #3} ➳ Jeon JungKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora