Capítulo 19

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Juliet

Tate se paseó por la sala de estar, alisando su blusa suelta de color gris claro colgando de un hombro y por encima de sus shorts blancos.

—¿Me veo bien? —preguntó preocupada, deteniéndose y quedándose rígidamente de pie frente a mí.

Levanté la vista de mi laptop y sonreí a cómo el suave resplandor de las lámparas hacía que su piel luciera como crema fina.

—Te ves increíble —le contesté. Su rostro se arrugó.

—Debería usar una falda. —Sonaba completamente atormentada—. Probablemente voy a envolver mis piernas alrededor de él tan pronto como lo vea, así que pienso que pantalón sería más fácil de manejar.

Sacudí la cabeza, divertida.

—Si HoSeok puede ver tus piernas, ya lo tienes vendido. —Empecé a escribir de nuevo, trabajando en las solicitudes de préstamos para las que probablemente estaba demasiado tarde para ser consideradas.

Había pensado en cambiar escuelas para algo más barato, Arizona estaba fuera de los costes de matrícula estatal, después de todo, pero era muy tarde y definitivamente no quería quedar atrapada teniendo que retrasar un semestre escolar para entrar en otra parte, por lo que había decidido quedarme donde estaba por conveniencia. Pondría una solicitud en la universidad local en caso de que estos préstamos no fueran aprobados, pero para ser honesta, no podía quedarme en la ciudad, aunque tuviera que hacerlo.

Kook estaría en todas partes.

Lloré la noche en que me dejó, varias veces al día siguiente y en la ducha prácticamente todas las mañanas. Pero nadie lo vio y nadie lo haría.

Lo echaba de menos y todo me dolía y...

Cogí la lágrima en la esquina de mi ojo y me aclaré la garganta, escribiendo más rápido. Información financiera, referencias, nombres, direcciones. Sólo sigue. No te detengas. Estarás. Bien.

¿Por qué no estaba Kook en casa? ¿Por qué no estuvo en la práctica de lacrosse esta semana? ¿Por qué no me llamaba? ¡Y que se vaya al diablo! Marqué las teclas con más fuerza.

—Fui a casa de JiMin hoy —elevó Tate la voz, mirando por la ventana—, para hablar con Kook.

Miré hacia arriba, mis dedos aún plantados en el teclado. De JiMin. Así que ahí era donde estaba.

Ella continuó.

—Probablemente estará aquí pronto para darle la bienvenida a HoSeok.

Cerré los ojos por un segundo y luego rápidamente bajé mi mirada de nuevo a la pantalla de mi laptop.

Todos ellos se suponía que debían ir a cenar.

Me habían invitado, pero tuve el sentido común de rechazar, sabiendo que Kook probablemente estaría en la pizzería.

—¿K.C.? —presionó Tate, sentándose a mi lado.

—¿Juliet? —le corregí, imitando su tono. Ella se echó a reír.

—Lo siento. Los viejos hábitos tardan en morir, supongo.

Siguió sentada allí, mirándome, así que finalmente levanté la vista.

—Estoy bien, Tate —le aseguré.

—Si te sirve de consuelo, se veía miserable.

Fruncí los labios y miré de vuelta a la laptop.

—Dudo eso. —Jung JungKook nunca se veía mal.

¿Recién duchado? Era precioso. ¿Sudoroso? Era sublime. ¿Feliz? Impresionante. ¿Enojado? Brillante. ¿Y cuándo ese hombre estaba sucio? Santa. Mierda.

Cayendo {F.A.S; #3} ➳ Jeon JungKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora