Capítulo 8

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- ¿No me estarás diciendo que nadie te ha roto el corazón antes?- pregunté sorprendida.
- No se trata de mí; se trata de ti. Tu eres la que lo ha dicho.- Adonis me apretó con más fuerza.
Maldita sea, esto iba a ser más difícil de lo que pensaba. De nuevo, intenté zafarme de sus brazos, pero no lo conseguí.
- ¿No podemos hablar de esto más tarde?- intenté negociar.
- Quiero saberlo ahora.- Adonis me miró como si estuviera loca- ¿Quién poseía tu corazón antes que yo?
Con un nudo en la garganta, intenté una táctica diferente.
- Adonis, por favor. Te lo ruego, déjame ir. Tengo que encontrar al violador de Niya. Está suelto por ahí como si nada hubiera pasado. Por favor- le suplique.
Por fin conseguí una reacción. Sus ojos se ablandaron y aflojó los brazos.
- Tienes razón. Encontremos al maldito bastardo que le hizo esto a tu prima.
Solté un suspiró de alivio porque había logrado salir de esta situación, pero Adonis me miró con las cejas arqueadas.
- No creas que me olvidaré de esto. Una vez que resuelva este asunto, descubriré quién te rompió el corazón.
La sinceridad de su voz hizo que las chispas brincaran por mi columna y me pusiera a temblar. Adonis me tomó de la mano y nos dispusimos a bajar las escaleras. Tiré de la mano de Adonis y señalé a Diya, que miraba frenéticamente a su alrededor. Sabía que estaba buscando a su hermana. Adonis suspiró e indicó a los guardias que la subieran. Cuando dos guardias le hicieron un gesto para que subiera, Diya pareció confusa, pero se apresuró a subir de todos modos.
- ¿Has visto a Niya?- me pregunto Diya-. No sé porqué pero tengo un mal presentimiento.- parecía asustada.
- Niya... Niya está en esa habitación de allí.- se la señalé.
- Vaya, gracias a dios. ¿Por qué está aquí arriba?- preguntó Diya mientras se dirigía a la habitación.
La hice retroceder y la miré a los ojos.
- A Niya la han atacado esta noche.
Diya arrugó la cara, confundida, pero luego lo comprendió. Me miró con lágrimas en los ojos.
- ¿No me digas que la han violado?
Asentí lentamente y Diya casi rompió a llorar.
- Tienes que ser fuerte por ella. Acompañala mientras nosotros dos bajamos a intentar encontrar a ese hijo de puta.- le dije. Diya asintió y miró a Adonis.
- Por favor, cuando encuentres al hombre que le hizo esto a mi hermana, no tengas piedad.
- Nunca se tiene piedad con criaturas despreciables como esa.- Adonis tenía un aspecto solemne mientras respondía.
Diya asintió y se apresuró a ir a la habitación. Niya necesitaba el apoyo de su hermana, ahora más que nunca. Era importante que estuviera cerca de sus seres queridos. Adonis volvió a mirarme y yo asentí. Me cogió de la mano mientras volvíamos a bajar las escaleras. Mi cuerpo reaccionó ante un simple apretón de manos. Este hombre estaba volviendo loco a mi cuerpo.
- ¿Has visto a Diya? Acaba de salir.- preguntó Carter, acercándose cuando bajamos.
- Si, está arriba. Volverá pronto.- Adonis fue el que respondió.
Carter asintió antes de volverse hacia mí con un brillo travieso en sus ojos.
- Mientras no me deje por otro hombre...
- No digas eso de mi prima.- repliqué con gesto de indignación, dando una palmada en el hombro a Carter.
Note como Adonis se tensaba cuando tocaba a Carter. 《Maldita sea, tal vez crea que fue Carter quien me rompió el corazón》.
- Puede que seas como mi hermano, pero aún así.- miré fijamente a Carter.
Adonis se relajo y Carter se limitó a reír. Nos dejó solos y Adonis me llevó a dar una vuelta por el salón. Estuvimos una eternidad hablando con diferentes personas. Todos diciendo 《felicidades》 y 《me alegro mucho que nuestro Rey haya encontrado a su compañera》. La sonrisa falsa que lucía hace que me doliera la mandíbula. No había nada malo en toda esa gente. Eran amables, pero yo no estaba aquí por eso. Tienen que encontrar al violador de Niya antes de que se fuera.
Jugué con el anillo en mi mano. Maldita sea, se me había olvidado preguntar a Diya si lo reconocía. Era demasiado tarde para volver a subir. No quería llamar la atención. Mientras Adonis seguía charlando educadamente, miré por todo el salón. Mis ojos se encontraron con los de Hunter y ahogué un grito. Su mirada se clavó en la mía y me sentí muy incómoda. Aparté la mirada y me centré en Adonis. Tal vez sintió que algo iba mal, porque en cuanto le miré, su mirada se posó en la mía. Sonreí, pero él no parecía convencido. Me cogió de la mano una vez más y nos alejamos.
Mientras caminábamos hacia otro grupo de gente, mi mirada se centró en un hombre que jugaba con su dedo índice. Estaba frotándose en el lugar donde llevaría un anillo. Inmediatamente, mi aguda mirada se fijó en la marca dejada por un anillo. Parece tranquilo y sereno, pero el anillo que le faltaba lo delataba. Tiré de la manga de Adonis y me miró interrogante. Comprendí que estaba secretamente agradecido por la interrupción, porque parecía muy aburrido hablando con toda esa gente. Pero en cuanto le hice un gesto al tipo, sus cejas oscurecieron rápidamente. Antes de que me diera cuenta, los guardias lo rodearon y la multitud ahogó un grito. Mientras me acercaba al tipo aquel, que ahora parecía muy nervioso, Adonis tenía un aspecto amenazador. Adonis me quitó el anillo de la mano y extendió la suya. Observé cómo miraba aquel tipo, cuyos ojos se abrieron como platos de sorpresa. Lo comprendí. Adonis no quería preguntarle directamente, quería ver su reacción.
- Tu reacción me dice todo lo que necesito saber.- gruñó Adonis.
El tipo se miró a los zapatos. Mi loba estaba muy enfadada y quería su sangre por haber lastimado a Niya. Una caricia tranquilizadora hizo que mis pensamientos se calmaran. Adonis sacudió la cabeza, pero en lugar de enfadarse como yo creía que haría, agradecí que me detuviera.
- Llevenlo a las celdas.- soltó.
El tipo temblaba de miedo y parecía querer decir algo, pero no tuvo oportunidad. Los guardias se lo llevaron a rastras y la multitud guardó silencio. La gente parecía confusa y aterrorizada. Adonis desprendía un aire de peligro, pero a mí no me asustaba. Por extraño que parezca, me hizo sentir segura. Gabe se acercó a nosotros con el rostro serio.
- ¿Quieres que me ocupe de este criminal? Puedo sacarle la información que necesitas.
- No, quiero ocuparme personalmente de él.- repuso Adonis, negando con la cabeza.
Al mirarlo, tosí muy fuerte y Adonis suspiró.
- Queremos ocuparnos de él.
Gabe me miró divertido mientras yo asentía con la cabeza, satisfecha. Como si Adonis pudiera ser el único que se ocupará de este capullo. Tenía todo el derecho del mundo a hacer lo que quisiera con él; después de todo, había hecho daño a mi prima.
- ¿Dónde está Evan?- preguntó Adonis a Gabe.
- Ah, ha oído ruidos arriba y ha dicho que iba a comprobarlo.- respondió Gabe.
《¿Ruidos?¿Arriba? Mierda, ahí es donde están Niya y Diya》. Adonis y yo nos miramos al mismo tiempo. Mientras yo tenía una expresión de asombro en mi rostro, Adonis parecía fastidiado.
- Vamos.- me agarró de la mano.
Justo cuando estábamos a punto de subir las escaleras, un fuerte grito hizo que ambos nos detuvieramos sorprendidos. Sin perder un momento más, ambos corrimos hacia él.

Reina de los licántroposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora