Tenía razón, estaba muy dolorida cuando me desperté. Adonis ne abrazo mientras dormía. Me picaba la mano deseando acariciar su rostro, pero parecía muy tranquilo durmiendo. Adonis se revolvió y sus ojos color avellana se conectaron con los míos.
- Puedo sentir tu mirada, pequeña.- bostezo.
- Uy, culpa mía.- sonreí tímidamente.
- Hmm... sí, es tu culpa. Creo que hay que castigarte.- Adonis parecía de repente más despierto.
- Ay, no. Estoy demasiado dolorida y necesito un buen baño caliente. Tendrás que ocuparte de eso tú solo.- me levanté y señalé su creciente bulto.
Recogí la camiseta de Adonis y me la puse mientras me dirigía al baño.
- Te encanta torturarme.- gimio Adonis.
Sonreí para mis adentros antes de girarme para mirarle.
- ¿Quieres acompañarme en el baño?
Adonis se sentó y asintió.
- Que pena, la hora del baño es mi momento a solas.- me encogí de hombros y cerré la puerta del baño.
- Me las pagarás por esa burla.- gruño Adonis.
Me reí mientras llenaba la bañera con agua caliente y ponía sales de baño. Me quité la camiseta de Adonis y dejé que mis músculos doloridos se hundieran en la calidad del baño. No pude evitar el gemido que salía de mis labios cuando mis músculos se relajaron. La puerta se abrió de golpe y Adonis entró furioso.
- ¿Qué coño?- jadee.
La mirada hambrienta de Adonis recorrió mi cuerpo de arriba a abajo, haciendo que una sensación familiar atravesará el mío. Joder, una mirada y me tiene preparada para él.
- Pensé que te estabas dando placer.- Adonis finalmente apartó su mirada de mi cuerpo y me miró a los ojos.
- ¿Y? Quiero decir, no es cierto, pero ¿y qué si lo fuera?- pregunté.
- Nada, quería mirar.- sonrió Adonis.
- Conozco esa mirada en tus ojos.- Le miré desafiante-. Déjanos a mí cuerpo dolorido y a mí en paz.
- Dices una cosa, pero tus ojos me dicen otra. Apuesto a qué pensar que te miro mientras te das placer te está excitando ahora mismo.- la mirada de Adonis se clavó en la mia.
- Ni se te ocurra.- advertí.
Me hizo falta toda mi fuerza de voluntad para rechazarlo, pero mi cuerpo estaba realmente dolorido, y además quería disfrutar de mi baño.
- Bien, entonces me uniré a ti en la bañera.- Adonis entró en el agua y se hundió antes de que pudiera detenerlo.
Se metió detrás de mí y atrajo mi cuerpo hacia él.
- Adonis.- Le advertí.
- No voy a iniciar nada, pequeña, pero si tu empiezas algo, cumpliré con gusto.- dijo con una sonrisa burlona.
Antes de que pudiera responder, sus manos empezaron a masajear mis hombros, haciéndome gemir. Maldita sea, me hacía sentir tan bien. Sabía lo que intentaba hacer. Excitarme tanto que le rogara. Mi cuerpo traidor estaba casi dispuesto a ceder, pero me contuve. Mientras Adonis y masajeando mis hombros, mi determinación se debilitó poco a poco hasta que ya no pude soportarlo. Agarré su mano y la llevé al fondo.
- ¿Qué quieres que haga, pequeña?- me susurró Adonis al oído.
- Me has excitado.- gemi mientras los dedos de Adonis se burlaban de mí coño.
- ¿Y?- pregunto mientras ne acariciaba el clitoris.
- Adonis, por favor.- Le rogué, acercando mi sexo a sus dedos.
- Como desee mi reina.- sonrió Adonis.
Jadee cuando introdujo dos dedos en mi vagina y los movió furiosamente adentro y afuera. Con la otra mano me acarició los peones mientras yo me apoyaba en su pecho, gimiendo.
- ¡Joder, joder! Estoy tan cerca...- exhale.
- Mmm... ¿te vas a correr en mis dedos?- pregunto Adonis, empujando cada vez más rápidamente.
- ¡Oh, mierda! ¡Sí!- grite mientras encontraba mi liberación.
Mi cabeza cayó contra su pecho mientras intentaba recuperar el aliento.
- El mejor baño de la historia.- Adonis saco los dedos de mi sexo, que ahora estaba extremadamente dolorido.
- Lo has hecho a propósito.- Le acuse.
- Tal vez, pero tú empezaste.- me besó en la cabeza.
Me ayudó a levantarme mientras variaba el agua de la bañera y abría la ducha. Esta vez fue fiel a su palabra, y me lavo el pelo y el cuerpo. No podía negar que me sentía muy bien. Por supuesto que le devolvi el favor con gusto, y una vez que ambos nos duchamos, decidimos salir. Después de vestirnos, bajamos las escaleras tomados de la mano. Mi estómago pedía comida, así que nos dirigimos a la cocina.
- Hola, chicos.- saludo Lexi, dando un sorbo a su té.
- Mmm... café. Mi único y verdadero amor.- tomé un gran sorbo de una taza recién hecha mientras Adonis gruñia detrás de mí.
Licántropo posesivo. Me limité a poner los ojos en blanco y a seguir sorbiendo mi café.
- ¿Una noche larga?- se burló Lexi.
- No tienes ni idea.- Le guiñe un ojo.
- No, en la cocina no se habla de lo que pasa en el dormitorio.- dijo Evan al entrar.
- La reina del drama.- murmure en voz baja.
Pronto todos menos Gabe se unieron a nosotros en la cocina. Charlamos mientras cambiamos tortitas y nos rayamos. Lexi no comió nada, y solo tomó un sorbo de té, lo cual era extraño, porque le encanta el café. Por primera vez nadie estaba teniendo la sensación era increíble. Gabe hizo acto de presencia con mirada solemne. Lex y se levantó y le hizo un gesto.
- Hola chicos, odio ser el portador de malas noticias.- suspiró.
- Entonces no lo hagas. Simplemente no lo digas.- dijo Evan.
- Ojalá no tuviera que hacerlo.- Gabe sacudió la cabeza.
El ánimo alegre se desvaneció y Adonis se levantó con una mirada seria.
- ¿Qué es?- pregunto.
De repente, Gabe sonrió.
- ¡Lexi está embarazada!
- ¿Qué?- exclame.
- Felicidades, hermano.- Adonis abrazo a Gabe.
- Por eso solo has tomado té.- De repente me dí cuenta.
- Sí, lo sé desde hace unas semanas, pero con todo lo que está pasando, no me parecía un buen momento para decírselo a todo el mundo.- rio Lexi.
- Así que en vez de eso haces que Gabe venga aquí y nos dé un susto de muerte.- Evan sacudió la cabeza.
- ¡No tenía ni idea de que fuera ha hacer eso!- se rio Lexi.
- ¡Un bebé! Me alegro muchísimo.- abrace a Lexi.
- Los bebés sólo lloran y hacen caca por todas partes.- Evan puso los ojos en blanco.
- Como tú entonces, Evan.- bromeó Damien.
- Pobre Niya, si alguna vez quiere tener hijos, también tendrá que cuidar de ti.- Adonis sacudió la cabeza.
- ¡Por favor! Lo amenazaré sin sexo y cambiará.- sonrió Niya.
Todos estallaron en carcajadas mientras Evan ponía un mohín.
- ¿Por qué todo el mundo siempre se confabula contra mí?
- Porque tienes las mejores reacciones.- me reí.
- Da igual. Continuando, ¿queréis una niña o un niño?- pregunto Evan a Lexi y Gabe.
- No lo he pensado.- Lexi se encogió de hombros.
- Niña.- dijo Gabe.
- ¿Quieres una niña?- Lexi parecía sorprendida.
- ¡Sí! ¡Por supuesto que sí!- respondió Gabe.
- Yo primero quiero un niño.- dijo Evan.
- Yo siempre quise ener un niño primero.- convino Niya.
- Tened cuidado, podéis acabar teniendo gemelos.- advirtió Gabe.
- Oh, aún mejor.- Niya rio al ver que Evan palidecia.
- ¿Y vosotros dos?- nos pregunto Lexi a Adonis y a mí.
- Bueno, realmente no he pensado....
- Niña.- intervino Adonis-. Quiero todas niñas.
- ¿Todas niñas?- pregunté.
- Sí, todas niñas.- asintió con la cabeza.
- Tendrás las manos llenas cuando empiecen a salir.- Evan se rio.
- No hagas eso.- gruño Adonis.
- Error mío.- Evan levantó las manos.
- ¿Quieres saber el sexo?- Le pregunté a Lexi.
- ¡Claro que sí! Soy demasiado impaciente para esperar los nueve meses.- respondió.
- La siguiente etapa de vuestras vidas: la paternidad.- dijo Niya.
- Sí, no puedo esperar.- sonrió Gabe, atrayendo a Lexi hacia él.
Adonis me miró con una sonrisa y dijo:
- Yo tampoco.
- Tendrás que esperar mucho tiempo. Todavía no estoy preparada para ser madre.- me reí.
- Lo sé, y no pasa nada. Tenemos tiempo, no hay prisa.- respondió Adonis.
- ¿Y qué pasa ahora?- preguntó Evan.
- Ahora disfrutamos sin preocupaciones. Ah, y continuamos con nuestros deberes.- repuso Adonis.
- ¿No podemos dejarlo?- pregunto Evan con fastidio.
- Puedes, pero yo nunca lo hare. Ahora que tengo a mi reina, puedo ocuparme de todo.- sonrió Adonis.
Rodee su cintura con mis brazos y me acurruqué en su pecho.
- Ahora comienza nuestro para siempre.
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Reina de los licántropos
WerewolfAdilah, una mujer loba de 19 años, nunca se había considerado una romántica empedernida hasta que el chico al que amaba la dejó al encontrar a su compañera. Con el corazón recién roto, asiste a regañadientes al Baile de los Licántropos, donde conoce...