Cuando llegamos a la habitación donde estaban Niya y Diya. Evan estaba de pie con la boca abierta. Niya estaba histérica, llorando en el hombro de Diya. Era desgarrador verlo. Evan se volvió hacia nosotros con preocupación en sus ojos.
- Esa es mi compañera, y me tiene miedo.
Pobre Evan, no tenía ni idea. Pero una parte de mí se alegraba de que Niya hubiera encontrado un compañero como Evan. Su carácter divertido ayudaría a Niya a recuperarse, o al menos eso esperaba. Adonis me miró y yo asentí. Evan tenía derecho a saber por lo que había pasado Niya. Sin embargo, Adonis ni siquiera tuvo la oportunidad de explicarse, ya que la mirada de Evan no se apartaba de las marcas del cuerpo de Niya. Su cuerpo empezó a temblar y sus ojos se oscurecieron. Niya lloró más y se agarró a Diya, que me miró preocupada. Adonis gruñó y Evan se detuvo inmediatamente.
- Cálmate de una puta vez, estás asustando a tu propia compañera.
Evan parecía avergonzado mientras sus ojos volvían a la normalidad.
- ¿Quién te hizo esto?- susurró entrecortadamente.
La preocupación de Evan por mi prima me hizo sentir muy feliz de que Niya tuviera un compañero como él.
- Por favor, te lo ruego, rechazame.- Niya levantó la vista con lágrimas en la cara.
Evan miró a Niya, horrorizado. Incluso yo la miré conmocionada. Sé que lo que ha sucedido ha destruido su confianza, pero, ¿suplicar a su compañero que la rechace? ¿Que le ha hecho este monstruo a mi prima?
- ¿Qué estás diciendo? Nunca te rechazaré.- dijo Evan en voz baja.
Niya levantó la vista con sorpresa como si realmente esperara que Evan la rechazara. Antes de que nadie pudiera decir nada más, la puerta se abrió y los padres de Niya y Diya entraron corriendo.
- He oído el grito de mi niña.- dijo mi tía, con lágrimas en los ojos al mirar a Niya.
Niya lloraba mientras su madre la abrazaba y su padre la miraba, destrozado. Mi familia también entró y se quedó con la boca abierta. Diya se levantó para dejar que sus padres se sentaran con su hermana, y se acercó a Carter, que la abrazó con fuerza. Carter se volvió hacia Adonis, con los ojos fríos como una piedra y un comportamiento serio. No era el Carter al que estaba acostumbrada.
- ¿El capullo de abajo?
- Tendrá su merecido.- asintió Adonis.
- ¿Lo has encontrado?- susurró Niya, levantando la vista.
Esta vez me agaché para estar cara a cara con su rostro surcado por las lágrimas.
- Después de lo que te hizo, nunca tocara a otra chica.- contesté quitándole las lágrimas.
Niya se derrumbó sobre mí, con los hombros temblando mientras lloraba. Miré a Adonis, que parecía tenso y enfadado. Evan maldijo en voz baja y salió furioso. No debe ser fácil ver a tu compañera con tanto dolor y saber que el tipo que lo ha causado está aquí mismo.
- Me odia. Lo sabía.- dijo Niya, mirando la silueta de Evan mientras se alejaban, y lloró aún más.
- Al contrario, se odia a sí mismo por no haber estado ahí para defenderte a ti, su compañera.- ahora es Adonis el que responde para explicárselo a Niya.
- ¿Compañera? ¿Mi niñita también ha encontrado a su compañero?- mi tía me miró con el rostro lleno de lágrimas.
- ¿Adilah? ¿Niya también ha encontrado a su compañero?- me preguntó mi tío.
- Si, Evan es su compañero.- confirme.
Mi tía gritó, y mi tío parecía estar conteniendo un sollozo.
- Mis dos niñas han encontrado a su compañero.- mi tía parecía muy feliz.
- Nuestras hijas han crecido.- sonrió mi padre mientras miraba a su hermana.
Mi tía asintió con la cabeza y limpió las lágrimas del rostro de Niya. No podía imaginar lo felices que debían de estar mis tíos por mi prima. Todo el mundo aquí sabe que aparearse con un licántropo es una de las mejores cosas que te pueden pasar. Son ferozmente leales, y supongo que eso tranquilizo a mis tíos. Mi prima no se quedará sin compañero.
- Yo... quiero verlo.- la voz de Niya me sacó de mis pensamientos.
- ¿Eh? ¿Quieres verlo?- preguntó mi tía sorprendida.
Niya asintió y me miró. Yo no tenía ningún problema en llevarla hasta él, pero no estaba segura de la opinión de Adonis. Cuando lo miré parecía tenso, pero asintió de todos modos.
- No os preocupéis, yo cuidaré de ella.- tranquilice a mis tíos.
- ¿Puedo ir?- pregunto Diya.
- No, cariño. Tu hermana tiene que hacer esto ella sola.- dijo Carter, negando con la cabeza, y retuvo a su compañera a su lado.
Me di cuenta de que Diya estaba molesta, pero lo acepto. Después de ayudar a Niya a levantarse, se ajustó la ropa y nos fuimos. Su mano apretó la mía con más fuerza a medida que nos acercábamos a las celdas. Adonis caminaba delante de nosotros, y su autoridad era muy evidente. Detrás venían los guardias; parecía que Adonis quería que estuviéramos seguras. Adonis se detuvo de repente, y sus hombros se pusieron rígidos antes de volverse hacia nosotros.
- Evan llegó antes que nosotros.
《Oh, no. Eso no puede ser bueno》. Nos apresuramos a las celdas, y efectivamente, Evan ya estaba allí. Estaba golpeando al tipo una y otra vez.
- ¡Cabrón! ¡Te mataré por hacerle eso a mi compañera!- gritaba.
En el poco tiempo que hacía que conocía a Evan, nunca creí que fuera un tipo capaz de enfadarse tanto, pero tampoco podía culparlo. Su ira estaba justificada. Mi prima gimió y se aferró a mi mano. Ese pequeño sonido suyo hizo que Evan dejará de lanzar golpes y se volviera hacia nosotros. Sus ojos mostraban preocupación; no quería que su compañera le tuviera miedo. Me dio la sensación de que el gemido de mi prima no iba dirigido a su compañero, sino el cabrón engreído que miraba a Niya como si fuera un trozo de carne.
- Oye, maldito pedazo de mierda. Será mejor que apartes tu mirada de mi prima.- Le espete.
El tipo me miró como si se sorprendiera de que pudiera decir algo así. Evan se volvió hacia él gruñendo.
- Evan, tienes que apoyar a tu compañera.- dijo Adonis, y su tono no admitía discusión.
Evan parecía reacio, pero finalmente se acercó a Niya y a mí. Puede que Niya no se diera cuenta, pero me aflojó la mano.
- Vi la forma en que la mirabas. Vi el hambre en tus ojos.- reprochó Adonis al cabrón que ocupaba la celda.
Evan gruñó y se acercó a Niya, protegiéndola de la mirada de su violador.
- Tengo ganas de arrancarte los ojos para que no vuelvas a mirar a una chica de esa manera.- gruñó Adonis, haciendo que el cobarde retrocediera.
Pero no fue lo suficientemente rápido para Adonis, que lo levantó y lo lanzó contra la pared. Adonis obligó al tipo a mirar a Niya y le dijo:
- Mirala. La que intentaste doblegar. Deja que te diga algo. Nunca podrás doblegarla. Ella es más fuerte de lo que tú serás nunca. Tú siempre serás conocido como el cabrón, pero ella será conocida como la heroína.
- Por favor, ¿puedo irme?- susurró Niya gimiendo.
Me volví hacia Evan, que me miraba con cara de duda. Niya se giró hacia Evan y le rogó.
- ¿Por favor?
Evan no perdió ni un segundo más. Tomó suavemente la mano de Niya y una mirada de enfado cruzó su rostro cuando Niya se estremeció. Pero se la llevó, y yo me volví hacia Adonis.
- Ahora ha llegado la hora de divertirse de verdad.- su comportamiento cambió mientras sonreía y se relamía los labios.
Adonis volvió a lanzar al tipo contra la pared y le dio varios puñetazos.
- Por favor. Lo siento. Por favor, ten piedad de mí.- El tipo suplicó por su vida.
Adonis se burló y el tipo volvió a intentarlo.
- Lo siento. La vi caminando y era muy bonita. Pero no quería nada conmigo.
- ¿Así que dejaste que tu polla pensara por ti?- gruño Adonis-. ¿Forzaste a una chica inocente 《porque ella no estaba interesada》?
- Pensé que se interesaría una vez que se la enseñara. Pero intentó huir, y yo no podía permitirlo.- trato de explicarse el tipejo.
- Eres jodidamente patético.- escupí.
El tipo me miró con horror y se volvió hacia Adonis, que gruño.
- Exactamente lo que ha dicho mi compañera. No mereces piedad por lo que hiciste, y no la tendrás.
Sin esperar ni un segundo, Adonis le arrancó el corazón de cuajo. Mi mirada observó cómo el cuerpo muerto del tipo caía al suelo y Adonis tiraba su corazón al lado. Descubrí que no tenía miedo, ni siquiera ganas de huir. Todo lo contrario. Estaba embelesada; me encontré completamente embelesada con mi peligroso compañero.
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Reina de los licántropos
WerewolfAdilah, una mujer loba de 19 años, nunca se había considerado una romántica empedernida hasta que el chico al que amaba la dejó al encontrar a su compañera. Con el corazón recién roto, asiste a regañadientes al Baile de los Licántropos, donde conoce...