Sentía la cabeza pesada y gemía. ¿Que coño había pasado y por qué no podía recordar nada?
- Por fin has despertado.- una voz familiar me hizo abrir los ojos de repente.
Bradley estaba allí, sonriendo. Al ver su cara, comprendí lo que había pasado. La bomba, Bradley. Oh, Dios... ¿Dónde estaba Sophia? Luché contra mis ataduras, tratando de buscar a Sophia. Si este bastardo la tocaba, lo mataría. Bradley me vio forcejear y se rió.
- No lograrás liberarte. Tu licántropa está débil por la explosión.- Bradley parecía satisfecho de sí mismo, pero el idiota no se dio cuenta de por qué estaba luchando.
- ¿Dónde está Sophia?- gruñí.
- Ah, la estás buscando. Ha vuelto a los brazos de su compañero, mi hermanito.- repuso Bradley.
Había cumplido su palabra. No podía creerlo. Este hombre no era de confianza. Nunca lo sería.
- Yo mantengo mi palabra. Además, ella no me servía de nada. Tú eres a la que quería realmente.- Bradley se encogió de hombros.
- Qué patético que hayas tenido que colocar una bomba para secuestrarme. Está claro que no puedes enfrentarte a Adonis sin jugar sucio.- me burlé.
Bradley gruñó y estuvo a punto de arremeter contra mí, pero se detuvo.
- Voy a matar a tu compañero. Voy a matarlo, así que yo gano. Siempre gano.
- ¿Que consigues exactamente con eso? ¿Sin poder, sin trono?- pregunté, tratando de entretenerlo para que Adonis tuviera tiempo de encontrarme.
- Me vengo. Venganza del hombre que me hizo esto en la cara, que me pasó por encima y le dio más poder a mi hermanito. El poder proviene de la satisfacción de quebrar a Adonis. Quebrar al rey.- Bradley tenía un aspecto amenazador.
- Estás loco. ¿Cómo pudiste secuestrar a la compañera de tu propio hermano?- sacudi la cabeza con incredulidad.
- Muy fácil: porque mi hermano nunca me ayudó. Se quedó mirando. Estaba muerto para mí desde el momento en que aceptó ese puesto.- gruñó Bradley.
- Todo esto del poder se te ha subido a la cabeza. Ni siquiera puedes ver el panorama general, y esa será tu mayor perdición. Te darás cuenta demasiado tarde.- suspiré.
- ¡Ja! ¿Me hablas de mi caída? Tú eres la que está atada a esta silla a unos segundos de la muerte.- Bradley sacudió la cabeza.
- Sí, porque no puedo hablarte cuando esté muerta.- me encogí de hombros.
- Está dándote largas. Mátala de una vez.- una voz familiar me hizo gritar.
Bradley contemplo mi confusión y se rió.
- Apuesto a que no te lo esperabas, ¿a que no?
¿Qué coño? ¿Qué demonios estaba haciendo Savanah aquí?
- Por primera vez te he dejado sin palabras.- me sonrió Savanah.
- ¿Qué demonios estás haciendo aquí?- gruñí.
Savanah puso los ojos en blanco y se colocó junto a Bradley, que la atrajo hacia él. Paseé la vista entre los dos antes de comprenderlo.
- Sois compañeros.- solté.
- Sí, es mía.- sonrió Bradley.
- Pero... ¿qué pasa con Adonis y tu tío?- pregunté a Savanah, un poco confundida.
- Pensé que eras inteligente.- se rio y sacudió la cabeza-. Nunca ne ha gustado Dimitri, y mucho menos lo he amado. Después de lo que le hizo a mi compañero, ¿por qué querría estar con él voluntariamente?
- ¿Así que todo esto era parte de tu plan?- pregunté.
Bradley miró a Savanah y dijo:
- Da igual que se lo cuente porque estará muerta antes de que pueda decírselo a nadie.
Savanah se rio.
- Conocí a Bradley hace meses, cuando fui con mi tío a visitar las prisiones. Una especie de control de seguridad. Supe que era mi compañero en cuanto hicimos contacto visual. Volví más tarde esa noche y lo saqué. Verlo en esa situación fue horrible. Luego me contó lo que le había hecho Dimitri y planeamos nuestra venganza. Hice creer a mi tío que tenía un compañero humano que se estaba muriendo para que me planteara aparearme con Dimitri. El plan era quebrarlo antes de que se aparease contigo un punto lo bueno en cuenta fue que encontraron a su compañero. Eso jugó a nuestro favor, Bertín y moscas que hacerte creer que ya no era una ex muy celosa punto de lo contrario, habría sospechado. Mientras tanto, Bradley estaba planeando derrocar a Dimitri usando su propia compañera. Tu. Quedó en este encontrará nos ayudó mucho. Mataste a ti mataría a Donés, y él ya no estaría en el trono. Una venganza por lo que me hizo.- Bradley sonrió.
Acercó a Savanah hacia él y ambos comenzaron a besarse. Qué jodidamente vil. Yo me atraganté, pero no me prestaron atención porque seguían comiéndose la cara el uno al otro.
- Bueno, estáis hechos el uno para el otro.- El sarcasmo se derramaba por mi voz-. Ya que el engaño es tu segundo nombre. Pero debo decir que este plan que tienes es realmente sorprendente, excepto por un error. Subestimas a Adonis.- me burlé, haciendo que se separaran.
- ¿Qué te hace pensar que lo estoy subestimando?- preguntó Bradley.
- Bueno, para empezar, realmente crees que te las arreglarás para matarme antes de que llegue. No creo que conozcas aún el poder del vínculo de compañeros.- arquee las cejas.
- Por Dios, mátala ya. Demuestra que está equivocada.- dijo Savanah.
- Es hora de decir adiós a este mundo, Majestad.- Bradley se acercó a mí.
Sin embargo, un ruido lo detuvo de golpe. Gruñó y se dio la vuelta. Un licántropo había entrado corriendo frenéticamente, sin darse cuenta de que había interrumpido a Bradley.
- Ellos... nos han encontrado.- se apresuró a salir.
- ¿Quién?- Bradley temblaba de rabia.
- Adonis.- respondí.
Bradley soltó un enorme gruñido antes de romper el cuello del licántropo sin dudarlo. El cuerpo muerto del pobre cayó al suelo y Bradley lo pateo con frustración. Este hombre no tenía respeto por nada.
- ¿Cómo coño nos ha encontrado?- Savanah se paseó por la habitación.
- Porque los dos os habéis vuelto demasiado engreídos.- respondí antes de romper las ataduras que me sujetaban.
Me levanté y lancé la silla a Savanah, que se agachó justo a tiempo. Lástima.
- Te mataré.- Bradley se acercó a mí.
- Ven entonces.- me burlé.
Bradley se abalanzó sobre mí, pero me aparte de su camino. Me tiro de la pierna, así que tropecé y me golpee contra el suelo. Joder. Me levanté rápidamente, y le di una patada en las pelotas. Cayo al suelo dolorido. Lo siento, Adonis, puede que no haya utilizado tu entrenamiento, solo mis instintos. Savanah lanzó un alarido mientras saltaba sobre mi espalda, tirándome del pelo. Maldita perra, ha sido un grano en el culo desde que conocí a mi compañero. Su tiempo se acabó. Gruñí. Mi licántropa no estaba contenta con esa perra. Le di un codazo en el estómago, haciendo que me aflojara. Aproveche la ocasión para agarrarle las manos y balancearla por encima de mi cabeza hasta que cayó al suelo. Gimio del dolor. Maldita sea, todavía estaba viva. Bradley se levantó, gruñendo mientras su compañera gritaba de dolor.
- Maldita perra.
Me pillo desprevenida y me dio una bofetada en toda la cara. Pero no iba a dejar que se saliera con la suya. Esta vez use el entrenamiento de Adonis y lo golpe en la cara. Toma eso, cabrón. Apenas tuvo tiempo de recuperarse antes de que le diera una patada en la espalda, haciéndole caer hacia adelante y golpearse contra el suelo. Un fuerte gruñido hizo que todo se tambaleara y se me pusiera el vello de punta. Eso solo significaba una cosa. Adonis estaba aquí, y estaba furioso. Mis pensamientos se vieron confirmados cuando irrumpió lleno de ira, con los ojos negros como el carbón buscando algo. En cuanto esos ojos se cruzaron con los míos, Adonis se acercó y me levanto. Respiró mi aroma y enterró su cara en mi cuello.
- Estás a salvo. Gracias a Dios.- suspiró.
- Bueno, supongo que tendrás que presenciar cómo mato a tu amada compañera.- la voz de Bradley nos separo.
- Creo que mecesitaras ayuda con eso.- otra voz familiar me heló la sangre.
El abrazo de Adonis se hizo más fuerte cuando Gabe salió de las sombras con una sonrisa siniestra en el rostro.
- Gabe, no.- murmure, incapaz de comprender la escena que tenía ante mis ojos.
- Vaya, desearía tener una cámara para grabar esto. Vuestras caras no tienen precio.- Bradley le dio una palmada, riéndose de nuestra sorpresa-. ¿Cómo crees que drogados Adilah? ¿Cómo me colé sin que nadie se diera cuenta? Gabe, por supuesto. Savanah no era tan de fiar como esperaba, pero por suerte Gabe me ayudó. Él fue quien drogo a tu preciosa compañera.- dijo Bradley, revelando la traición de Gabe.
Adonis parecía desconsolado; su mejor amigo le había traicionado. No podía creerlo. ¿Por qué? Él era feliz, o al menos eso creía. ¿Que hay de su compañera? Lexi no formaría parte de esto también, ¿verdad?
- Se lo que estás pensando. ¿Por qué? Lo hice porque se necesitaba un cambio. Dimitri es un buen rey, pero las cosas tenían que cambiar. Escuché a Savanah hablando por teléfono con Bradley, y decidí que era la mejor oportunidad que tenía para acabar con Dimitri.- explicó Gabe.
- ¿Cómo pudiste? ¿Traicionaste a tu mejor amigo?- mi corazón se rompió en mil pedazos por Adonis, que seguía en silencio.
- Basta de cháchara- dijo Bradley con gesto de fastidio-. Si sujetáis a Adonis, mataré a su compañera.
Gane asintió y se acercó a nosotros. Antes de que pasara nada, Adonis se rió. Se rio tanto que ambos se miraron confundidos. Miré a Adonis con preocupación. ¿Qué demonios le había pasado?
- Me parece muy gracioso que creas de verdad que tienes la sartén por el mango.- dijo Adonis una vez que se hubo calmado.
- ¡Sí, lo sé!- Bradley parecía frustrado-. Mira a tu alrededor, no hay nadie para salvarte. Tu mejor amigo está de mi parte y voy a matar a tu compañera.
- No.- Adonis gruñó y me acercó a su lado-. Te volviste demasiado engreído y nunca has sido capaz de ver el cuadro completo.
Bradley trato de arremeter contra mí, pero Gabe le hizo retroceder y le golpeó en la cabeza con un palo. ¿Qué me he perdido? Gabe y Adonis asintieron antes de que Evan entrara con un grupo de licántropos. ¿Me han golpeado en la cabeza? ¿Qué ha pasado aquí?
- ¿Estáis bien?- preguntó Evan.
Los otros asintieron, mientras yo me quedaba con la boca abierta. Gabe y Evan levantaron el cuerpo inconsciente de Bradley y se lo llevaron. Será mejor que Adonis me explique que coño estaba pasando. Me volví hacia él en busca de una explicación, pero advertí que Savanah se levantaba y se preparaba para atacar. Gruñí y me abalancé sobre ella antes de que pudiera hacer nada. La empujé al suelo y le grité:
- Es hora de que te reúnas con tu compañero.
Como no tenía un palo o un arma, le golpeé la cabeza contra el suelo. Su cuerpo inerte fue retirado por unos guerreros.
- ¿Te ha enfadado?- Adonis me miró y sonrió.
- Intenta estar encerrado en una habitación con ella burlándose de ti. Chica estúpida.- Gruñí.
- Dimitri, vamos antes de que se despierte.- dijo Evan.
- De ninguna manera. Será mejor que me expliques que coño acaba de pasar.- repliqué.
Adonis se quedó pensativo antes de responder:
- Bueno, estoy bastante seguro de que acabas de golpear la cabeza de Savanah contra el hormigón sin dudarlo.
- Sabes de lo que estoy hablando- gruñí-. No te hagas el listo conmigo.
Adonis me levantó y salió conmigo por la puerta. No me impresionó, pero estaba claro que no iba a obtener respuestas en ese lugar. Nos sentamos en el coche y traté de averiguar dónde estábamos, pero Adonis me detuvo.
- Te han secuestrado y herido, y ni siquiera puedes quedarte quieta o desmayarte entre mis brazos.
- Yo no soy así. Han pasado muchas cosas. Necesito saberlo todo. Además, quiero saber donde estoy.- suspiré.
- Lo sabrás, pero tienes que ser paciente.- Adonis me agarró la cabeza y sonrió.
Abrí la boca para discutir. Sin embargo, no pude decir nada porque Adonis estrelló sus labios contra los míos y me metió la lengua hasta la garganta. Mierda, estaba haciendo que mis piernas se convirtieran en gelatina. Adonis sabía besar, y muy bien. Cuando se separó, el muy caradura tenía una sonrisa en el rostro.
- La manera perfecta de hacer que te calles.
Lo miré débilmente, pero eso solo consiguió hacerle reír mientras se alejaba y me mantenía en vilo.
ESTÁS LEYENDO
Reina de los licántropos
WerewolfAdilah, una mujer loba de 19 años, nunca se había considerado una romántica empedernida hasta que el chico al que amaba la dejó al encontrar a su compañera. Con el corazón recién roto, asiste a regañadientes al Baile de los Licántropos, donde conoce...