Capítulo 24

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- Juro por Dios que si estáis desnudos, me arranco los ojos.- gruto una voz conocida, despertándome de un tranquilo sueño.
- Espera a que empiece a acercarse a su compañera, y entonces le interrumpire yo para que vea lo jodidamente molesti que es esto.- murmuró Adonis.
- Sinceramente, ha perturbado mi tranquilo sueño.- suspiré cuando mi cerebro somnoliento por fin reaccionó.
- ¿Chicos?- grito Evan.
- Evan, como no sea una cuestión de vida o muerte, prepárate.- gruño Adonis.
Espera un segundo, Evan no puede entrar aquí. Uno, porque estoy desnuda, y dos, porque la habitación es un desastre. Había ropa mía por todas partes, junto con mi ropa interior. Las sábanas también estaban revueltas.
- Bien, voy a entrar.- dijo Evan.
Adonis se limitó a poner los ojos en blanco, sin comprender que coño pasaba.
- ¡No!- grite. Adonis me miró como si me hubiera vuelto loca.
- Dame dos minutos, Evan.- dije.
- Bien, estoy contando.- suspiró Evan.
Yendo de la cama, recogí mi ropa y corrí al baño. Me salpiqué la cara con agua fría para parecer más despierta y me cambié de ropa para estar presentable. Me pasé un cepillo por el pelo y salí. Adonis se sentó sonriendo mientras yo le golpeaba en el hombro.
- No puedo creer que estuvieras a punto de dejar entrar a Evan mientras yo estaba desnuda y mis cosas estaban por todo el suelo.
- Bueno, me recree la vista cuando saliste de la cama.- Adonis se rió.
- ¡Hombres! Solo pensáis en una cosa.- murmure.- Si Evan me ve desnuda, ¿entonces que?- pregunté.
No parecía muy contenta con mi pregunta y se quedó callado.
- Exactamente, tu reacción me dice lo que necesito saber. La próxima vez ten más cuidado. No quiero que el compañero de mi prima muera por haberme visto desnuda.- me senté encima de las fundas nórdicas.
Evan entró lentamente, con las manos tapándose los ojos, lo que me hizo reír.
- Evan, puedes apartar la mano.
Lentamente, movió la mano y suspiró al ver que ambos estábamos vestidos. Adonis no llevaba camisa, pero no creo que a Evan le preocupara verlo sin camiseta.
- Bueno, gracias a Dios que estáis vestidos. Casi del todo.- Evan suspiró.
- ¿Que ha pasado?- pregunté
El rostro de Evan se torno serio, haciendo que tanto Adonis como yo nos sentaramos con la espalda recta. ¿Habrán cogido a quien ha hecho eso?
- La niña. Hemos descubierto quien es, y sus padres van a venir. Gabe cree que deberías ser tú quien se lo diga, Dimitri.- Evan sonrió con tristeza.
- Por supuesto. ¿Alguna noticia sobre quién lo hizo?- pregunto Adonis.
- En este momento, no tenemos mucho para continuar. Esperemos que los padres puedan darnos información valiosa. El problema que tenemos es que este palacio tiene mucha gente, guardias, cocineros, sirvientes. Necesitamos más información antes de empezar a buscar.- Evan parecía frustrado.
- Oye, lo has hecho bien encontrando a los padres. Estoy segura de que podremos conseguir más información que nos ayude.- tranquilice a Evan.
- Quiero hacer justicia para esa niña.- Evan me miró con una mirada decidida.
- Y lo haremos.- Adonis se levantó y le dio una palmada en la espalda a Evan.
- Vamos a conocer a los padres.- Le dijo Adonis a Evan.
Cuando ambos se dieron la vuelta para irse, tosi muy fuerte.
- ¿Y yo que? No te atrevas a decir que tengo que quedarme aquí.- me cruce de brazos.
- Si, ya lo sabes. No sé si los padres reaccionaran mal y podrían intentar hacerte daño.- respondió Adonis.
- Si, claro- me burle-. No me voy a quedar aqui; voy contigo.
- ¿Que tal si vas a ver a Niya?- sugirió Evan.
Termine con la mirada. Porque no me permitían ir con ellos. Abrir la boca para replicar, pero vi la cara de Adonis, la preocupación en sus ojos, y me detuve. Realmente le preocupaba tanto que me hicieran daño. Maldita sea, si voy con ellos, entonces él va a pasar todo el tiempo preocupándose por mí y no va a conseguir la información.
- Bien. ¿Donde está?- suspiré, volviéndome hacia Evan.
El alivio en la cara de Adonis me hizo sentir mal. Supongo que no era malo que pasara tiempo con Niya. Así Adonis podría ir a ver a los padres. Evan me dijo dónde estaba en la habitación de niña y nos fuimos por caminos separados. Por supuesto, antes de irme, Adonis me dijo que estaba agradecido de que lo escuchara.
- Solo esta vez.- respondí, poniendo los ojos en blanco.
- Bien. No me gusta tener una compañera obediente, porque significa que no hay castigos.- me susurró al oído.
- Supongo que entonces me convertiré en una compañera obediente.- bromee.
- Eres demasiado ardiente para eso, pequeña.- sonrió Adonis.
Antes de que pudiera responder, se fue con Evan. Las cosas que me hacía sentir no se parecían a nada que hubiera sentido antes, y poco a poco me estaba volviendo adicta. Me dirigí a la habitación de Niya y llamé a la puerta. Abrió, y tenía una enorme sonrisa en su cara cuando me vio. Sin perder tiempo, me arrastró a su habitación y me sentó.
- Entonces...- me miró.
- ¿Qué?- pregunté.
- Entonces, ¿cómo fue?- Niya puso los ojos en blanco.
- ¿De qué estás hablando?- estaba muy confusa.
- Peri bueno, ¿que te pasa? ¿Cómo fue el sexo?- pregunto.
Abrí los ojos de par en par, provocando la risa de Niya.
- ¿Así de bien?- se burló.
- No.... quiero decir, no lo se. No tuvimos sexo.- respondi.
- ¿Que? Cuando Adonis te llevo, ¡parecía que quería devorarte!- Niya parecía sorprendida.
Mierda, ¿ella también lo vio?
- No, no tuvimos sexo. Hay otras formas de dar placer sin tener sexo, ya sabes...- me interrumpi, viendo que el regocijo volvía a aparecer en los ojos de Niya.
- ¡Ah! ¡Así que hicisteis otras cosas! Quiero todos los detalles.- se puso cómoda.
- No lo creo, señorita. Mi vida sexual es privada.- me reí.
- No eres nada divertida.- hizo un mohín.
- Vaya, lo siento.- no podía dejar de reír. Niya parecía como si le hubiera dicho que no le dejaría acariciar a mi perro, no que no le pensaba contar mu vida sexual.
- Tengo que vivir a través de ti. Tienes que decírmelo.- suplico Niya.
- ¿Vivir a través de mi? Tienes tu propio compañero, y pronto ni siquiera te veré.- me burle.
- Lo que tú digas.- Niya puso los ojos en blanco y tumbo en la cama-. Ah, y te has perdido la mejor parte. Savanah y su tío huyendo a la carrera.- Niya se rio.
- ¿Que paso?- estaba emocionada.
- Savanah armo un escándalo, y luego su estúpido tío grito que Dimitri pagaría por ello. Entonces Evan cogió al tío de Savanah y lo echó,  y Lexi empujó a Savanah. Lloro muchísimo.- Niya se rió.
Sonreí, aunque escuchar lo que había dicho Mark me puso un poco nerviosa. Este tipo había conseguido convencer al consejo de que Adonis debía aparearse son si sobrina. Imagínate que más podría hacer.
- Oye, no empieces a pensar demasiado.- Niya chasquido los dedos delante de mi cara.
- Es difícil no hacerlo.- admiti.
- Vamos, lo último que necesitaba Adonis es más estrés. En todo caso, deberías ayudarle a desestresarse.- me guiño un ojo.
- ¿Volvemos a eso?- levanté las cejas.
- No puedo creer que estemos aqui; ¡tenemos compañeros!- Niya se rio.
- Es una sensación rara, ¿verdad?- sonreí.
- Rara, pero también buena.- respondió ella.
Llamaron a la puerta y Niya se incorporó. Me levanté para abrir la puerta, pero me sorprendió que no hubiera nadie. Nos estaban gastando una broma. Miré a mi alrededor, pero realmente no había nadie. Joder, me estaba imaginando cosas. No, Niya también la había oído. Me di la vuelta para preguntarleya, pero me quedé boca abierta al ver que la sujetaba un tipo.
- ¿Cómo coño has entrado?- pregunté, sorprendida.
- Se llama distracción, cariño. Tu miraste y yo salté por la ventana.- acerci el cuchillo a la garganta de Niya.
- Oye, deja eso. Déjala ir.- estaba muy nerviosa. El tipo podría matar a Niya si no tenía cuidado.
- Venga ya. ¿Cómo voy a dejar ir a la reina?- me miró.
¡Oh, no! Este tipo pensaba que Niya era la reina. Niya me miró, y sus ojos me suplicatorio que no le dijera la verdad. Pero, ¿como iba a dejar que tocara a Niya si no era ella la que el quería?
- ¿Que quieres entonces?- intekte una táctica diferente.
- Estoy seguro de que el rey se enfadara mucho al saber que su compañera ha sido capturada. Quiero que vayas y se lo digas para que me de lo que quiero. Su compañera se queda aquí.- El tipo retrocedió arrastrando a Niya.
- ¿Qué es lo que quieres?- mi corazón se aceleró.
- Perra, ve a buscar al rey.- me espetó el hombre.
Ahora, en lugar de nervios, empezó a surgir la ira. Apretó con más fuerte el cuchillo contra la garganta de Niya, haciendo la gemir del dolor. El reguero de sangre que apareció en su cuello hizo que un aire incontrolable se apoderada de mí. Mi control sobre mi loba era increíble. Sin embargo, hoy falló. No tenía fuerzas para controlar a mi licántropa mientras la iré corría por mis venas.
- Pagarás por hacer daño a mi prima.- dijo una voz que ya nobsonaba como la mía.
Era más profunda, y el hombre parecía nervioso. Mis uñas ahora eran largas y afiladas, y sentí ganas de usarlas en el idiota que tenía delante.
- Tus ojos.- dijo Niya, asombrada.
Al darme la vuelta, mis ojos marrones eran ahora negros como en el carbón. Era más alta y mis sentidos se ven agudizado. Una sonrisa de satisfacción se abrió paso en mi rostro. Al darme la vuelta para ver el miedo que bailaban los ojos del hombre, miliántropa se sintió feliz. Me pasé la lengua por los dientes afilados. Quería la sangre de este tipo. Niya me miró con asombro mientras yo me acercaba. Mis ojos se centraron en el cuchillo y en una décima de segundo, lo aparté y empujé a Niya a un lugar seguro.
- Has hecho daño a mi prima.- dije, sacudiendo la cabeza-. Gran error.
Sonreí y, agarrando el brazo del tipo y arrancándolo de su cuerpo. Sus gritos de agonía nos hicieron sentir satisfechas a milántropa y a mí. Había sangre por todas partes, y oía a Niya jadear conmocionada. Mi licántropa quería que este tipo tuviera una muerte dolorosa, pero la parte humana de mí lo quería vivo para interrogarlo. Por suerte, mi licántropa estuvo de acuerdo conmigo, porque tenía la sensación de que ella lo había matado. Mis ojos se fijaron en una funda de edredón. La recogí y luego agarré al tipo, le até el brazo bueno y lo tiré por la ventana. Até el otro extremo a una silla. Sus gritos se hicieron más fuerte mientras suplicaba por su vida, pero no me inquied inquietó. Si no tuvo ningún problema en retener anilla a punta de cuchillo, entonces no debería tener ningún problema en afrontar el castigo.
Algo me decía que una pequeña parte de mí quería salvarlo. Mi licántropa no me lo permitió. Incluso después de haberlo atado, mi licántropa seguía inquieta, y la ira seguía palpitando en mi cuerpo. Sentí que perdí lentamente el control y decidí que debía irme antes de ir de herir a Niya. Como no había tiempo que perder, salté por la ventana y corrí. Corrí más rápido que nunca, y los árboles pasaron volando por delante de mi vista. Correr tan rápido no me cansaba, más bien me producía una sensación de libertad. Mi forma de licántropa me sorprendió, y me pregunté porque no había cambiado antes. Cuando finalmente me detuve, mis oídos captaron el fuerte gruñido de mi compañero. Ahora la excitación corría por mis penas. Esta vez sería una persecución justa, pero aún así estaba deseando que me atrapara. Empieza el juego...

Reina de los licántroposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora