Adonis conducía con una lentitud pasmosa, o tal ves era porque yo estaba impaciente y quería saber qué demonios estaba pasando. Cuando por fin se decidió a entrar en el palacio, nuestras cabezas se giraron al mismo tiempo. El pánico se reflejó en nuestros rostros al oler una cantidad abrumadora de sangre. Sin perder tiempo, saltamos del vehículo y nos peecipitamos hacia el palacio. Parecía que eran los licántropos de Bradley. Lo hermsos jardines del palacio ahora estaban regados de sangre.
Mi mirada encontró a mi familia, que luchaba valientemente contra los licantropos. Era un baño de sangre que debía terminar inmediatamente, antes de que murieran más combatientes nuestros. Los demás me importaban un bledo.
- ¡Basta!- grito Adonis, haciéndome que todos dejarán de luchar. El poder del rey, no se le podía negar-. Vuestro líder ha sido capturado; el juego ha terminado. Dejad de luchar y podremos ofreceros misericordia.- anunció Adonis.
- Lucharemos hasta la muerte.- gritó un licántropo, y obtuvo el apoyo de los demás.
Reanudaron la batalla y Adonis gruñó.
- Que así sea.
Adonis se volvió hacia Gabe, que estaba de pie, listo para luchar, pero Adonis se lo prohibió con un gesto.
- Lleva a esos dos a las celdas, no queremos que estos idiotas intenten liberarlos mientras luchamos.
Gabe asintió y se llevó a unos cuantos guardias. Adonis y yo nos volvimos el uno hacia el otro y sonreímos. Mi licántropa estaba ansiosa por mostrar a esos cabrones con quién se habían metido. Sin perder ni un segundo mas, dejé que mi licántropa se hiciera cargo. Nos abalanzamos sobre ellos con violencia, salpicando sangre por todas partes. Un gemido llamó mi atención cuando lo reconocí. Mi mirada se dirigió a un licántropo que estaba golpeando al lobo de Carter. Gruñí y corrí hacia ellos.
Agarrando el pelaje del tipo, tiré de él hacia atrás y me puse sobre su cuello. Me arañó, pero fue en vano. Lexi le arranco la cabeza. Me di la vuelta otra ver al lobo de Carter ,que estaba herido, pero por suerte no era demasiado grave. Mi familia no saldrá herida de esta batalla, no bajo mi reinado. Recogí al lobo de Carter y lo lleve adentro para ponerlo a salvo. Se acercó cojeando a un lugar tranquilo antes de cambiar de posición y apoyarse. Por suerte, mi licántropa ya se había calmado y Carter me sonrió.
- Vaya, mi Sonrisas ha cambiado mucho. Mirate, toda confiada y fuerte.
- Bueno, gracias. Es la oportunidad perfecta para mostrar mis nuevas habilidades.- Le guiñé un ojo.
- Supongo que será mejor que vuelvas a salir.- respondió Carter riendo.
Suspirando, asentí con la cabeza.
- Quédate aquí. No hagas ninguna tontería y espera la ayuda. No dudo que Diya vendrá corriendo muy pronto - le advertí.
- Sí, sé que lo hará.- una sonrisa se abrió paso en su rostro.
- ¡Tan enamorado!- me reí.
- Cállate y ve con tu compañero.- Carter puso los ojos en blanco.
Sonriendo, dejé a Carter en la casa de la manada. Diya se apresuró a pasar junto a mí, pero claramente solo tenía ojos para su compañero herido.
- ¡Adilah!- gritó Adonis.
Un licántropo enloquecido se dirigía directamente hacia mí, pero antes de que pudiera hacer nada, una figura conocida se interpuso y le arranco la cabeza.
- ¿Dónde estabas, perdida?- Damien se dio la vuelta y arqueó las cejas.
- Adilah, ¿que demonios? Podría haberte herido gravemente.- Adonis se acercó a la carrera, comprobando con los ojos que no estaba herida.
- Lo siento.- respondí tímidamente.
Damien se limitó a mirarme divertido mientras Adonis sacudía la cabeza.
- Es hora de acabar con esto, hermano.- Le dijo Damien a Adonis, que asintió con un gesto.
Los dos hermanos tenían un aspecto asombroso mientras arrasaban a los licántropos, cuyos cuerpos sin vida caían al suelo como moscas. Cuando todo terminó, Adonis miró a mí familia y dijo:
- Entrad con los demás. Tenemos algunos asuntos que atender.
Todos asintieron, y Zoya me apretó la mano. Niya y Lexi nos acompañaron mientras nos dirigíamos a las celdas. Me dolía el alma por los pobres guerreros que habíamos perdido. Los magníficos jardines estaban ahora bañados en sangre, y no era un espectáculo agradable.
- Oye, tenías que explicarme el papel de doble agente de Gabe.- dije, deteniendo a Adonis.
- Más tarde y una mierda. Dímelo ahora.- me burlé, y me puse delante de él.
Abrió la boca para negarse, peri puse las manos en jarras y lo fulminé con la mirada. Quería saberlo ya, antes de que Adonis lo barrera bajo la alfombra y no me lo dijera nunca. Damien se rio, haciendo que Adonis le mirara mal.
- Bien, no me lo digas. Nada de sexo durante un mes.- me encogí de hombros y seguí caminando, dejando a Adonis de pie asombrado.
Sabía que la prohibición de sexo le afectaría más a él que a mí. Por supuesto, Adonis cedió y, tirando de mí, respondió:
- Te lo diré mientras caminamos.
Satisfecha, asentí con la cabeza, lo que provocó una carcajada general.
- Te tiene dominado, hermano.- se rio Damien.
- Espera a tener tu compañera. No es fácil negarle nada.- suspiró Adonis.
En ese momento, Damien guardó silencio y sonrió con tristeza. Estaba claro que anhelaba a su compañera, pero nunca lo demostraba.
- Sabes que Gabe oyó a Savanah hablando con Bradley. Decidió hacer creer a Savanah que él también me odiaba. Cuando ella le creyó, vino a decírmelo y diseñamos un plan. Gabe fingió que me odiaba mientras reunía información. Pero tenía que ganarse su confianza, lo que significaba ayudarles con sus sucios planes. No sabía nada de la niña, pero la drogó con mi permiso. Gay se sintió extremadamente culpable de padres incidente e iba a enfrentarse a Bradley. Se lo impedí. Estábamos muy cerca de nuestro objetivo final. Después de mucha persuación por mi parte y la de Lexi, Gabe finalmente se calmó. Sabía que nuestra paciencia daría su fruto sobre todo porque Bradley estaba inmerso en su maldito mundo.- explicó Adonis.
- Vaya.- fue todo lo que logré decir.
Un plan tan elaborado del que yo no sabía nada. Abrí la boca para preguntar por qué no lo sabía, pero la volví a cerrar. Pensándolo bien, Adonis había hecho lo correcto porque cuantas menos personas lo supieran, mejor. El sentimiento de culpa me comió viva al darme cuenta de que había sido grosera con Gabe, creyendo que había traicionado a Adonis.
- Rey Adonis Dimitri Grey.- una voz me arrancó de mis pensamientos.
Adonis se detuvo en seco y gruñó. Incluso Damien se tensó. ¿Quién coño era? Me di la vuelta y vi a un hombre de mediana edad con el pelo canoso caminando hacia nosotros con una sonrisa de satisfacción en su cara. En su mano había un papel que sostenía con orgullo, como si fuera un trofeo. Adonis se tenso considerablemente, provocando que yo mirara fijamente al hombre.
- Después de muchas deliberaciones, el Consejo y yo hemos decidido que es hora de que renuncies al trono.- dijo el hombro.
Ah, era del consejo. Debería haber reconocido su horrible voz.
- ¿Lo han decidido? ¿Por qué razón, si se puede saber?- Adonis parecía muy tranquilo.
- Mira el estado de tu palacio, y todavía no has capturado al responsable. Sé que te dimos un límite de tiempo, pero ya debería haber sido capturado. Si no puedes solucionar esto, ¿cómo puedes hacerte responsable de todas las vidas inocentes del reino?
El hombre me estaba poniendo de los nervios. Antes de que Adonis pudiera responder, me adelanté y miré a ese idiota.
- ¿Actúas como si otras manadas no hubieran tenido guerras antes? Estoy segura de que no es la primera vez que ves las consecuencias de una batalla.
- Estaba hablando con el rey.- no aprecia muy satisfecho con mi intervención.
- Bueno, yo soy la reina. Así que lo que le digas a mi compañero, me lo dices también a mí.- sonreí falsamente.
Resopló y abrió la boca, pero lo detuve.
- Antes de que salgan más tonterías de esa boca tuya, me gustaría instruirte en algunos asuntos muy importantes. En primer lugar, deberías pensar antes de abrir esa boca tuya. Adonis ha capturado al culpable y, de hecho, nos dirigíamos hacia allí ahora mismo, antes de que nos interrumpieras tan groseramente. En segundo lugar, ¿crees que un papel con unas cuantas firmas va a apartar a Adonis del trono? Sólo estas demostrando lo tonto que puedes llegar a ser. Si el pueblo lo ama, ¿qué son unas cuantas firmas estúpidas de unos cuantos viejos que solo están celosos? Por último, el mayor error que cometerás es pensar que Adonis es débil. Mientras nos tenga a su familia y a mí apoyándolo, nunca será débil. Ahora creo que sabes que debes irte a la mierda. Tenemos mejores cosas que hacer.
El hombre se quedó con la boca abierta mientras Adonis rodeaba mi cintura con su mano y me sonreía, con su amor brillando en sus ojos.
- Ya has oído a mi reina. Vete a la mierda.- Le repitió Adonis al consejero.
- Creo que esto es inútil.- Damien se acercó, le quitó el papel de la sanos y lo rompió en pedazos.
Sin esperar más, nos alejamos.
- Vaya, eso no tiene precio. Ojalá tuviera mi teléfono para tomar una foto de la cara de ese bastardo.- Evan se rió.
- ¿Quién iba a saber que serias capaz?- sonrió Damien.
- Yo lo sabía. Es mi pequeña fiera.- Adonis me sonrió.
- Bueno, tenía que decir algo. Me estaba cabreando.- fingi indignación.
- Eres increíblemente fuerte. No dejes que nadie te diga lo contrario.- me dijo Damien.
Le sonreí mientras Adonis me tomaba de la mano. Nos dirigimos a las celdas; allí el ambiente cambió. Evan se agarró a la mano de Niya, probablemente buscando su apoyo. Adonis y yo nos miramos antes de entrar. Bradley y Savanah estaban ahora conscientes. Savanah parecía angustiada, pero Bradley estaba tranquilo. Gabe se acercó y negó con la cabeza.
- No ha dicho nada.
Miré a Bradley, que tenía una sonrisa en la cara. El muy cabron seguía pensando que tenía la sarten por el mango. Luke permanecía solemne en un rincón, con su dura mirada centrada en su hermano mayor. No se veía a Sophia por ningún lado. Probablemente estaba descansando, y dudo que Luke la quisiera cerca de Bradley otra vez.
- Te has quedado callado, ¿eh? ¿Te das cuenta de que todos tus hombres están muertos? No tienes a nadie que te ayude.- se burló Adonis.
Bradley mantuvo la compostura, pero vi el miedo en sus ojos. Fue solo una décima de segundo, pero estaba ahí. Solo fingía estar tranquilo, pero por dentro se estaba volviendo loco.
- Todavía podría matR tu compañera. Un solo chasquido de su cuello y su cuerpo sin vida estará a tus pies.- respondió Bradley.
Damien y Adonis le gruñeron, pero Bradley sonrió. Sólo quería una reacción y la había obtenido. Se levantó y camino hacia los barrotes, burlándose de Adonis.
- Podría rodear su delicado cuello con un solo movimiento.
Adonis respiraba con dificultad. Su licántropo estaba a punto de tomar el control. Mirando a Bradley, comprendí por qué se burlaba de Adonis. Si Adonis perdía el control, lo sacaría de la celda para acabar con él, y Bradley planeaba aprovechar la ventaja. Podría escaparse si amenazaba con matarme a mi o a cualquier otro. Buen intento, listillo, buen intento. Me acerqué a Adonis y le puse la mano en el pecho.
- No dejes que las palabras de este patético ser te afecten. Quiere que te enfades.
Adonis me agarró la mano como si fuera su salvavidas. Esta vez era mi turno.
- Te crees muy inteligente, pero adivina qué, yo lo soy más. Mientras tú solo utilizas a tu compañera para ejecutar tus planes, mi compañero me trata como su igual. Por eso has perdido, porque nos has subestimado. Adonis es el rey por una maldita razón y parece que acabas de descubrirlo.
- Acércate y déjame mostraré quien es más fuerte.- gruñó Bradley.
- Sácala.- Le pedí a Gabe mientras me reía.
Gabe asintió con la cabeza y saco a Savanah, que forcejeaba sin éxito. Vi que los ojos de Bradley se entrecerraban confundidos y sonreí.
- Ya que estás tan decidido a matarme, es justo que Adonis mate a tu compañera.- dije-. Pero yo creo que una dama debería matar a otra dama. No, espera, quiero decir una perra.- miré a Savanah.
El pánico se instaló en sus ojos y luchó contra los brazos de Gabe.
- Ja. Como si creyera que realmente vas a matar a mi compañera. No te atreves.- se burló Bradley.
- Bradley, tienes que ayudarme. ¡No me dejes morir!- grito Savanah.
- Nena, se está tirando un farol. Como si fuera a matarte. Es solo su plan para conseguir que yo reaccione.- Bradley se rio.
¿Un farol? ¿Yo? Mi licántropa estaba enfadada por la falta de respeto, y yo también. Este bastardo me estaba subestimando, y eso no me gustaba. Gruñendo, arrebate a Savanah de las manos de Gabe y la empujé hacia la celda de Bradley. Ni siquiera dudé cuando le rodeé el cuello con la mano y se lo rompí. La incredulidad y la rabia cruzaron por los ojos de Bradley al ver cómo el cuerpo de Savanah caía al suelo, con sus ojos sin vida mirándole fijamente. Hubo un momento de silencio antes de que Bradley se estrellara contra los barrotes gritando:
- ¡Te mataré! ¡Te mataré, joder!
- Querías matar a mi compañera, pero mira donde te ha llevado eso- sonrió Adonis, y se puso delante de mí-. Sedadlo.- dijo mirando a Gabe y a Evan-. No quiero que escape.
Bradley se agitó y gritó hasta el cansancio con los ojos negros porque si licántropo se había apoderado de él. Después de muchos problemas, fue sedado. Su cuerpo inconsciente cayó al suelo con un golpe.
- ¿Y ahora qué?- pregunto Damien.
- Lo dejamos aquí. El cuerpo de Savanah tampoco debería moverse de aquí. Lo primero que verá serán sus ojos mirándole fijamente.- respondí.
- Se escapará. Un licántropo sin su compañera puede volverse salvaje.- me recordó Evan.
- Entonces muere. Mañana por la mañana.- decidió Adonis.
Todos asintieron, excepto Luke, se quedó en una esquina mirando a su hermano.
- Adiós, hermano. Está vez para siempre.- dijo finalmente antes de salir de las celdas.
- No sé tú, pero a mí me pareció que el movimiento de Adilah ha sido la leche.- Gabe guiñó un ojo.
- Todavía no has visto nada.- respondí riéndome.
- Supermalota y supersexy.- me susurró Adonis al oído, haciéndome soltar una risita.
- Bien, mantengamos esto para todos los públicos, por favor.- se estremeció Evan.
- Habla como si no follara con su compañera todos los días.- murmuró Adonis, haciendo que Niya se sonrojada y que Evan se alejara rápidamente con Niya a cuestas.
Mientras salíamos de las celdas, me volví hacia Adonis.
- ¿Y ahora que?
- Ahora comienza nuestro para siempre.- dijo sonriendo.
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Reina de los licántropos
WerewolfAdilah, una mujer loba de 19 años, nunca se había considerado una romántica empedernida hasta que el chico al que amaba la dejó al encontrar a su compañera. Con el corazón recién roto, asiste a regañadientes al Baile de los Licántropos, donde conoce...