Capítulo 33

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Nos dirigimos al exterior con nuestros amigos cerca de nosotros. La tensión flotaba en el ambiente mientras todos esperábamos con impaciencia la aparición de Bradley. Luke salió del bosque con la ropa rota. Damien lo siguió, y su mirada bromista había desaparecido. Gabe, que había ido a buscar a Luke, también salió junto a Damien. Evan le tendió un par de prendas a Luke, que las cogió y se las puso.
- Lo mataré. Lo juro por Dios.- gruño Luke.
- Sabemos que quieres hacerlo, pero tienes que controlarte. Está utilizando a Sophia como cebo.- Le recordó Adonis a Luke.
- ¡Qué movimiento más enfermizo, tomar como rehén a la compañera de tu propio hermano!- se asombro Damien.
- Este tipo no tiene corazón.- Gabe sacudió la cabeza.
Un olor desconocido me llenó la nariz. Sólo podía ser una persona. Bradley. Efectivamente, salió al claro con Sophia al hombro. Estaba totalmente drogada y aturdida. Luke gruñó y avanzó, pero Damián lo detuvo.
- Ah, yo no haría eso si fuera tú, hermanito. No quiero entregarte a tu compañera muerta.- se burló Bradley.
Bradley se parecia mucho a Luke. La principal diferencia eran las marcas de garras en su rostro. Me sorprendió mirándolo y sonrió.
- Tu debes ser Adilah.
- No digas su nombre, maldito bastardo.- escupió Adonis.
Bradley levantó las manos en señal de rendición, aunque la sonrisa no abandonó su rostro.
- Escuece, ¿eh? Es una pena que acabes de encontrar a tu compañera, porque la vas a perder muy pronto.- sus palabras sonaron como una promesa, no como una advertencia.
- ¿Cómo has llegado tan rápido?- pregunte.
- Los licántropos son muy veloces. Además, tenía un plan.- Bradley parecía satisfecho consigo mismo.
La mirada de Bradley se encontró con Damien, que estaba a mi lado.
- Vaya, una reunión de la familia real.- su sarcasmo era evidente-. ¿Donde está tu hermana?- pregunto-. Dentro, supongo.
Damien gruñó, provocando la risa de Bradley.
- Menos mal que esta aquí, porque alguien tiene que hacerse cargo del trono. Cuando mate a tu compañera, Adonis, ya no serás capaz de gobernar.- Bradley se limitó a reír.
Este hombre estaba loco. Sus ideas infermisas materrorizaban, pero me negaba a permitir que lo viera. Cualquier signo de debilidad me convertiría en un blanco fácil para ese hombre. Tenía que mantener la calma y también tranquilizar a Adonis punto no iba a ser una tarea fácil.
- Si crees que dejaré que tus sucias manos toquen a Adilah, estas muy equivocado. Las arrancare de tu cuerpo antes de que tengas la oportunidad.- gruñó Damien.
Bradley se limitó a sonreír.
- Ah, ¿como podría olvidarlo? El príncipe que no quiere tener nada que ver con la familia real, pero no renuncia a su título real. Que triste, dos hermanos que tienen tanto poder cuando ni siquiera lo desean. Por eso estoy aquí. Es justo que alguien que quiera el poder se haga con él.
- Cierra la boca. No hay nadie tan ávido de poder como tú, y por eso nunca conseguirás lo que quieres. Demasiado de cualquier cosa es malo. La lástima es que te darás cuenta demasiado tarde.
- Por muy divertida que sea esta reunión, es hora de que me vaya- se burló Bradley-. Recuerda, un solo rasguño en mí y le arrancaré la cabeza.
Sonrió, subiéndose a Sophia al hombro. Maldito imbécil, tenía que morir.
- Nos vemos pronto, Majestad. Disfrutaré enormemente escuchando tus gritos.- Bradley se burló de mí.
Adonis y Damien soltaron un fuerte gruñido y se adelantaron. Extendí la mano y los agarré a ambos, sacudiendo la cabeza.
- No lo hagáis. Eso es exactamente lo que quiere.
- Nos vemos pronto, viejo amigo. Será una lucha a muerte.- reto Bradley a Adonis.
Vimos cómo se alejaba con Sophia al hombro. Mi licántropa estaba furiosa, igual que yo. Dejar a Sophia en las garras de ese bastardo no era fácil, pero no teníamos otra opción. Cuando se perdieron de vista, Adonis irrumpió en el interior, arrojando cosas por la habitación. Necesitaba desahogar su ira, así que le dejé. Evan y Gabe me miraron, pero me limité a sacudir la cabeza. Damien parecía solemne.
- No me había dado cuenta de lo mucho que Adonis tiene que aguantar.
- Tu hermano tiene que aguantar esto y mucho más.- sonreí con tristeza-. Ahora tiene a su compañera y a su familia, pero antes... No sé cómo se las arreglaba.
Damien asintió antes de acercarse a su hermano a apartarlo.
- Adonis, cálmate. Debemos pensar en un plan; no podemos perder más tiempo.
Adonis respiró profundamente mientras su mirada se fijaba en mí. Me tendió la mano, que tomé con gusto.
- Tienes razon.- respondio, besandome la coronilla-. Debemos recuperar a Sophia.
Todos nos dirigimos al estudio. Luke parecía angustiado, así que me quedé atrás para hablar con él.
- Será mejor que no te culpes.- Le advertí.
- Mi comportamiento la empujó a los brazos de mi hermano.- suspiró Luke.
- No, no has hecho nada. El estrés te afecto, es normal. Estaría más preocupada si no fuera así. Bradley secuestró a Sophia y es culpa suya, no tuya. Concéntrate en recuperarla, no en culparte. Eso es lo más importante.- Le recorde.
- Cada día demuestras por qué eres la persona perfecta para ser reina- sonrió Luke-. Apuesto a qué ni siquiera te das cuenta.
Llegamos al estudio de Adonis y nos sentamos, tratando de pensar una idea. Evan sugirió que le atendiéramos una emboscada, pero Adonis se negó, diciendo que era demasiado predecible y que Bradley se lo esperaría. Además, no teníamos ni idea de donde se escondía. Nadie podía buscarlo, no fuera herir a Sophia. Era un desastre. Gabe me mencionó lo de sobornarlo con poder y luego capturarlo. Damien dijo que quería poder, pero ahora mismo su principal objetivo era matarme, así que eso tampoco funcionaría. Bradley nos tenía en un aprieto; no podíamos hacer nada de lo que queríamos hacer. Uno, por si dañaba Sophia, y dos, porque se lo estaría esperando. Conocía muy bien a estos hombres. Nuestros pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido del teléfono.
- ¿Hola?- respondió Adonis suspirando.
- ¿Por qué pareces tan alterado? ¿Por fin te has dado cuenta de que has perdido a tu compañera?- Bradley se rio.
De repente, todos se irguieron, mirándose unos a otros con preocupación y confusión.
- ¿Qué coño quieres?- gruño Adonis.
- Seré breve y claro. La reina por Sophia.- dijo Bradley, y colgó.
- ¡NO!- Adonis no pudo controlar su temperamento, limpiando su escritorio de un manotazo y respirando agitadamente.
- Adonis, cálmate.- intenté tranquilizarlo.
- De ninguna forma te dejaré ir con él. Recuperaremos a Sophia de otra manera.- Adonis enterró su cara en mi cuello.
- Exactamente, eres la reina. ¿Cómo podemos dejar que vayas?- Evan apretó los puños.
- Le dije a ese bastardo que le arrancaría las manos antes de dejar que te tocara.- Damien hizo crujir sus nudillos.
- Quiero mucho a mi compañera, pero no a costa de perderte a ti. Sophia nunca me perdonaría, y yo nunca podría perdonarme a mí mismo. Encontraremos otra manera.- dijo Luke.
Escuchar a todo el mundo decir esas palabras me abrumó el corazón, pero no era estúpida. Sabía que no había otra forma.
- Todos sois increíbles, pero no hay otra manera. Si la hubiera, ya habríamos empezado a planificar. Bradley nos tiene pillados.- suspiré. Se que vendrás a salvarme porque creo en ti.- dije, volviéndome hacia Adonis-. Pero tu también tienes que creer en ti mismo.
- ¿Por qué hablas como si fueras a entregarte?- gruñó Adonis.
- Porque voy ha hacerlo.- afirme.
- Ni lo sueñes. No te perderé de vista.- grito Adonis.
- Adonis...- intenté razonar con él, pero no me escucho.
- Eres mi compañera. No voy a dejar que te vayas.- insistió.
Ahora mi ira se estaba acumulando.
- Adonis, piensa en el panorama general. Si le damos a Bradley lo que quiere, podemos derrotarlo. Se volverá demasiado engreído; es la forma perfecta.
- ¿Arriesgamdo tu vida? No lo creo.- senego Adonis.
- Adonis, es mi deber como reina proteger a todos. No puedo dejar que Bradley mate a otra inocente. Tienes que creer en mí. Sé lo que estoy haciendo.- suspiré.
- Acabo de encontrarte. ¿Cómo puedo dejarte ir?- la voz de Adonis se quebró.
- No me voy a ir para siempre. Me encontrarás. Además, no sé lo voy a poner fácil a Bradley. Te dará tiempo a encontrarme.- sonreí.
- No puedo. Te encerraré y no dejaré que te entregues.- Adonis sacudió la cabeza.
Joder. Pensé que finalmente era feliz.
- Adonis, escuchate. Estas siendo egoísta.- no parecía importarle.
- Estás pensando con la polla- le espete gruñendo-. Eres el puto rey, Adonis. Usa tu cerebro. Esta es la única manera.
Adonis también parecía estar luchando por controlar a su licántropo.
- ¿Quieres morir? ¿Por eso te empeñas en dejarme?
- Oh, vamos. No voy a morir porque sé que me encontrarás. Esta es la única manera de detenerlo.- agite las manos en el aire.
Adonis miró a su hermano, que me miró a mí y suspiro:
- Hermano, Adilah no se equivoca. Tiene razón al pensar que Bradley cometera un error cuando la tenga en su poder. Se volverá demasiado engreído y nos dará la oportunidad perfecta para acabar con él.
Adonis no parecía convencido con esa respuesta.
- Adilah no es estúpida. Es un buen plan. Además, nuestra reina no es débil. Es de armas tomar.- señaló Evan.
Les sonreí a ambos. Sabía que era difícil contradecir a Adonis, pero lo hicieron de todos modos.
- Necesito tiempo.- suspiró Adonis.
- Eso es algo que no tenemos. Confía en mí como yo confío en ti.- respondí.
La boca para decir algo, pero la volvió a cerrar. Suspirando, salió de su estudio y se dirigió a la planta baja. Todos se miraron entre sí antes de seguirlo. Adonis parecía estar buscando algo, pero no estaba segura de que.
- No se por qué insistes en hacerlo, pero al mismo tiempo me hace sentir orgullo por ti. Mi compañera, la que piensa en los demás antes que en sí misma.- Adonis suspiró.
Rebusco en un cajón y saco un anillo.
- Guardo esto en el lugar más obvio porque nadie se atreve a tocarlo. Era de mi madre. Ella me lo dio, y ahora te lo doy a ti.- Adonis me lo puso.
- Te encontraré antes de que ese bastardo te toque.- prometió Adonis.
- Sé que lo harás. Estaré esperando.- Le bese suavemente en los labios.
- Vamos a matar a ese cabrón.- suspiró.
Antes de que tuviéramos la oportunidad de subir, un ruido de tic-tac captó toda nuestra atención.
- Eh, ¿no suena eso como un...?- Niya no llegó a terminar la frase porque una explosión nos lanzó a todos por la habitación.
Los sonidos de los cristales rotos y los gritos me perforaron los oídos. Desorientada, intenté levantarme y buscar a Adonis, pero la fuerza de la explosión me había dejado muy aturdida. Volví a caer al suelo y gemí. Lentamente, volví a intentarlo. Esta vez, cuando conseguí levantarme, me encontré cara a cara con nada menos que Bradley.
- Has tardado demasiado en contestar.- sonrió.
Y luego todo se volvió negro...

Reina de los licántroposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora