Habían pasado dos semanas y, de momento, nada. Ni llamadas amenazantes, ni mensajes, ni más cadáveres. Eso solo consiguió que Adonis se pusiera más nervioso. En su mente, creía que Bradley le estaba poniendo a prueba. Si bajaba la guardia, aunque fuera un segundo, Bradley lo atacaría. Sobra decir que este Adonis no había sido demasiado agradable. Principalmente supervisa el entrenamiento y grita. Grita mucho. Así que la presión está afectando puntos si se siente responsable y no quiere defraudar a su gente. Mi vida, bueno, ácido agitada. Tan pronto como Carter recibió la llamada, me llamó.
- Sonrisas, ¿que demonios? ¿Por qué he recibido una llamada telefónica diciéndome que tuviera cuidado con un loco? ¿Y por qué no me has contado lo que ha pasado?- Carter sonaba más bien enfadado.
- Carter, lo siento. Es que ha sido una locura por aquí.- suspiré.
- Sabes que ne entere de que te desmayaste y te convertiste en licántropa por Diya, que se entero por Niya. Y también que te pusiste como una psicópata y le arrancarte el brazo a un tipo.- respondió Carter.
- No es mi mejor momento.- me encogí antes de continuar-. Mira, ha sido difícil. Un minuto soy una mujer loba y al siguiente soy una licántropa. Mi cabeza no ha sido capaz de asimilarlo, y justo cuando me acomodo, sucede otra cosa.
- Sabes que siempre estoy aquí disponible cuando me necesites, ¿verdad? Ahora quiero que me mantengas al día una vez a la semana.- exigió Carter.
- Vale, papá.- puse los ojos en blanco aunque el no lo podía ver.
- Sonrisas, guarda eso para el dormitorio, por favor.- note un tono de diversión en su voz.
- Asqueroso. Eres un asqueroso.- sacudi la cabeza para borrar ese momento de mi memoria.
- Ay, Sonrisas.- rio Carter-. Te hecho mucho de menos. Ojalá estuvieras aquí, pero también sé qué eres muy querida allí. Después de todo, salvaste a su rey de un apareamiento forzado.
- Esto... sí.- respondí.
- Eres feliz allí, ¿verdad? No me importa su tu compañero es el rey. Si te hace infeliz, te traeré de vuelta. Aunque no estoy muy seguro de querer enfrentarme a un rey enojado...- dijo Carter.
- Cállate. Soy feliz. Es solo que toda esta situación con Bradley hace que Adonis esté más al límite.- suspiré.
- Necesita tu apoyo, Sonrisas. No olvides que carga el mundo entero sobre sus hombros. Algunos miembros del consejo están esperando el primer desliz para arrebatarle el trono.- explico Carter.
- Sí, y cuando descubra quiénes son, mi puño encontrará el camino a su cara.- gruñi.
- ¡Ves! Eso es lo que necesita, alguien de su parte por una vez. Sois perfectos el uno para el otro. Ahora cuidate, Sonrisas.- sé despidió Carter.
Esa llamada fue hace cinco días. Desde entonces había permanecido al lado de Adonis mientras él se esforzaba por demostrarme que estaba bien. El entrenamiento era horrible, aunque definitivamente estaba mejorando. Por suerte no se repitió la primera sesión de entrenamiento. Adonis era un entrenador duro, pero sentía que mi licántropa y yo nos hacíamos más fuertes. Adonis también queria que reanudara mis estudios para convertirme en médico de la manada y, aunque lo deseaba desesperadamente, no era el momento adecuado.
Decidí empezar a tiempo parcial en lugar de a tiempo completo, y dar las clases online. No era lo ideal, pero funcionaba bien porque significaba que siempre podía estar cerca de Adonis, y eso era lo más importante. La buena noticia era que la relación de Niya y Evan había mejorado considerablemente. Ahora Evan estaba más contento y ya no se quejaba. Bueno, ¡no se quejaba tanto! Estaba claro que los dos eran felices, y eso era todo lo que necesitaba. Después de todo lo que había pasado con Niya, solo quería que estuviera cómoda y feliz.
Niya se estaba convirtiendo poco a poco en licántropa, y estaba entusiasmada. Evan estaba un poco preocupado, probablemente pensando que podría pasarle algo. Niya desecho sus preocupaciones, pero Evan no se alejaba de ella.
Ahora mismo estaba sentada con Lexi, que me estaba enseñando como usar mi cuerpo en beneficio propio. Decidí que necesitaba esta lección porque había cierta persona que siempre me estaba tocando y me quería todo el tiempo en la cama.
- Todos los licántropos son iguales, bastardos cachondos. Por eso decidí que las damas teníamos que guardarnos algunos trucos bajo la manga.- dijo Lexi.
- Tienes razón.- asentí con la cabeza.
- ¡Claro! Además, tienes que usar ese increíble cuerpo tuyo en tu propio beneficio. Está claro que Adonis está loco por él, ¡así que úsalo en su contra! Seducelo y déjalo con las ganas. No le des satisfacción y se arrodillara y te concederá todo lo que quieras. Aunque sea, tenlo sin sexo durante unos días.- explico Lexi.
- Mmm.... así que este conocimiento es experiencia propia, supongo.- me burle de Lexi, que se sonrojo mucho.
- Tal vez.... pero si no, ¿como iba a saber si funcionaba?- hizo un mohín que me provocó la risa.
Antes de que pudiera decir nada, vi a Gabe de pie detrás con una sonrisa maliciosa. Se acercó por detrás de Lexi, la levantó y se la echo al hombro.
- Lo siento, tengo que demostrar a mi compañera que mis encantos son irresistibles.- me guiño un ojo.
- ¡Ay!- Lexi ahogó un grito, pero luego empezó a reírse.
Adonis se unió a nosotros y miró a Gabe con una mirada cómplice. ¡Estos hombres sólo tienen una cosa en la cabeza!
- Tu tampoco puedes resistirte a mis encantos, pequeña.- susurró Adonis.
- No te pongas demasiado chulo ahora. Puede salirte el tiro por la culata.- lo aparté de un empujón.
Gabe y Lexi estaban a punto de subir cuando Niya y Evan bajaron. Había algo diferente en Niya, pero no podía precisar qué.
- ¡Guau! ¡Felicidades, hermano, por fin estas apareado! Quizás ahora te quejqras menos. Supongo que todos tenemos que dar las gracias a Niya, ya que ha tenido un efecto tan beneficioso en ti. Todo el mundo te está muy agradecido, Niya.- bromeó Gabe.
¡No puede ser! ¡Niya esta apareada y ahora es una licántropa! ¿Cómo he tardado tanto en darme cuenta?
- Vete a la mierda.- respondió Evan, poniendo los ojos en blanco.
- No, en lugar de eso, voy a follar a Lexi.- rio Gabe, haciendo que Lexi ahogara un grito, horrorizada.
Saludo y se fue con Lexi protestando todo el camino. Niya se acercó a mí, casi con timidez, y no pude resistir la tentación de burlarme de ella.
- ¿Así que apareada y licántropa? Sí que te das prisa.
- ¡Adilah!- se quejó Niya.
- ¿Qué? Como si esperaras que me quedara callada. ¡Es na oportunidad de oro para burlarte de ti! Además, es una venganza por todas las veces que te burlaste de mí.- Le saque la lengua juguetonamente.
- Vaya, quien diría que la reina es una persona madura.- Evan puso los ojos en blanco.
- No hables de ser maduro. Eres el hombre más infantil que he conocido.- replique.
Evan abrió los ojos como platos mientras Adonis se limitaba a reír y a darle una palmadita en la espalda.
- No te metas con la reina.
Evan murmuró algo así como:
- Lección aprendida.
- Toutes nos felicitations.- Adonis sonrió. (Felicitaciones).
- Merci más pourquoi tu parles en francais?- pregunto Evan. (Gracias, pero ¿por qué hablas en francés?)
- Regardez son visage, elle est en colère. Je l'aime.- rio Adonis. (Mira su cara, esta enfadada. Me gusta.)
- Tu taquines ton compagnon? Elle va te tuer.- advirtió Evan. (¿Te burlas de tu compañera? Te matará.)
Tosi muy fuerte, llamando la atención de los dos hombres.
- ¿Francés? ¿También sabes francés?- miré fijamente a Adonis.
- ¿Cómo lo has sabido?- pregunto Evan.
- Aprendí francés básico en la escuela, pero ¿francés? Creía que solo hablabas italiano.- agite las manos en el aire.
- Pequeña, cuando uno lleva tanto tiempo viviendo como nosotros, tiene tiempo para aprender muchos idiomas. El italiano es mi favorito, ya que soy italiano, pero eso no significa que no hable otros idiomas.
Adonis tenía una sonrisa malvada en su rostro. Justo cuando estaba a punto de responder, niya tiró de mí y me susurró algo al oído. Poco a poco, una sonrisa malvadas apodero de mi rostro mientras me volví hacia mi compañero, que ahora parecía confundido. Sigue confundido, Adonis, porque no vas a saber de dónde te viene en el golpe.
- Aapane galat ladakee ke saath khilavaad kiya.- sonreí mientras Evan y Adonis se miraban confundidos. (Te has metido con la chica equivocada.)
- ¿Kya hua? ¿Aapane socha tha ki aap keval ek se adhik bhaasha bol sakate hain?- Niya se levantó y sacudió la cabeza. (¿Que paso? ¿Pensaste que solo tú podías hablar más de un idioma?)
- Esto... ¿que? ¿Que estas diciendo?- pregunto Evan.
- ¿Kya? Aapaka matalab hai ki aap samajh nagin sakate ki main hya kah raha hoon?- dije con gran dramatismo, fingiendo asombro. (¿Que? ¿Quieres decir que no puedes ente der lo que estoy diciendo?)
- Pequeña, por favor. ¿Que estas diciendo?- Adonis me miró.
Tanto Niya como yo nos miramos antes de estallar en carcajadas.
- Meree bhaasha seekhane ke lie aapake paas hameska ek achchhee bastante hai.- me acerqué a Adonis y le di una palmadita en el hombro. (Es bueno que tengas una eternidad para aprender mi idioma.)
Una mirada de comprensión cruzó el rostro de Evan.
- ¡Estas hablando en tu lengua materna!
- ¡Si! ¡Vuestra cara no tiene precio! Como han cambiado las tornas.- me reí.
- Entonces, ¿me estabas tomando el pelo?- pregunto Adonis.
- Tal vez, pero te lo merecías.- Le saque la lengua.
- ¿Me vas a decir que estabas diciendo?- pregunto.
- Eh... no.- fingi que me lo pensaba.
- Niya me lo dirá.- anunció Evan con orgullo.
- ¿Ah, si? ¿Entonces me dirás de que hablabais antes Dimitri y tu?- Niya arqueo las cejas.
- Por el precio adecuado.- Evan hizo un baile con sus cejas.
Vi como Niya sonreía y se acercaba a Evan, besándole en la mejilla y bajando hasta sus labios. Pero sin besarlos.
- Nada de sexo durante una semana.- dijo Niya, dejando a Evan nervioso.
- ¿Que? No, te lo diré.- grito Evan, provocando la risa de Niya. Yo sacudi la cabeza divertida.
- Puede que tenga que pedir prestada una página del libro de Niya para conseguir lo que quiero.- dijo Adonis mirándome.
- ¿Ah, si? ¿Crees que voy a ser yo la que no pueda sobrevivir sin sexo? Es al revés.- Le saque la lengua una vez más.
- Vuelve a sacar la lengua si te atreves.- De repente, el ambiente parecía más cargado y los ojos de Adonis se llenaron de lujuria.
Oh, no. Conocía esa mirada. Podría hacerlo, pero entonces, ¿donde está la diversión? Verlo ponerse nervioso me producía demasiada diversión y disfrute.
- Bien... y esa es nuestra señal para dejaros solos, tortolitos.- anunció Evan, arrastrando a Niya.
Tanto Adonis como yo estábamos demasiado concentrados el uno en el otro como para darnos cuenta. Sus ojos seguían cada uno de mis movimientos, mientras mi cuerpo hormigueaba de excitación. Miré en todas kas direcciones, tratando de encontrar una salida o alguna forma de escapar fácilmente de Adonis. Después de todo, hacia mucho tiempo que no me perseguía, y está vez yo era mucho más fuerte. Adonis se dio cuenta y se relamio los labios.
- ¿Pensando en huir, mi reina?
- Tal vez, mi rey.- sonreí.
- Me gusta la persecución. Ten cuidado, pequeña. Pronto estarás inmovilizada bajo mi cuerpo sin posibilidad de escapar.- sus ojos se clavaron en los míos.
Me estremeci de expectación. Observando cada uno de sus movimientos, me dirigía hacia la salida y me preparé para correr, pero antes había algo que tenía que hacer punto en un instante, me di la vuelta y le saqué la lengua antes de salir corriendo. Oí el gruñido de Adonis mientras forzaba mi cuerpo para correr más rápido. Sentir el viento en la cara y la celestial, y hacía mucho tiempo que no pueda correr tan libremente. Esto no haría mucho bien, tanto Adonis como a mí. Me estaba alcanzando, pero a diferencia de la última vez, no iba a rendirme tan fácilmente. Utilice la misma técnica que la última vez como corriendo en diferentes direcciones como pero al mismo tiempo buscaba un buen escondite. Fue entonces cuando mis ojos encontraron un gran árbol. Nunca había conseguido subir a uno, pero era ahora o nunca. Para mi sorpresa como me agarré la rama y conseguí balancearme hacia arriba. Genial. Lo he conseguido. Mientras recuperaba el aliento, oí a Adonis me tape la boca con las manos. Dios, estaba tan bueno.
No pude evitar admirarlos desde aquí. Sus músculos estaban tensos y sus labios carnosos aparecen demasiado tentadores. Despierta, a dila. No quieres que huele a tu deseo cuando lo has hecho también al esconderte. Adonis se precipitó en otra dirección, y yo deje escapar un suspiro de alivio. Jaja, sí. Finalmente logré engañarlo. De nuevo regresó y miró a su alrededor, confundido. Fue en ese momento cuando se me ocurrió una idea. Era el momento de que Adonis se llevara el susto de su vida. Respirando profundamente, baje de un salto de mi escondite, y Adonis dio un brinco de sorpresa. Esa balanzó hacia adelante para atraparme, pero caí de pie y él se quedó a mis pies a los dos brazos extendidos.
- Te he engañado.- me eche a reír.
Adonis frunció el ceño y se levantó, limpiandose la suciedad.
- Entonces, ¿pensaste que era divertido?- su voz estaba vacía de cualquier emoción.
Inmediatamente dejé de reírme. ¿Quizás me había pasado de la raya?
- Supongo que es hora de darte tu castigo.- al instante, su sonrisa maliciosa había regresado y yo jadee.
- ¡Adonis!
No perdió el tiempo. Me levantó y me echo al hombro.
- Qué cavernícola.- murmure.
- Solo soy un cavernícola para mi traviesa compañera.- respondió Adonis.
En un abrir y cerrar de ojos como estábamos de vuelta en el palacio, y Adonis regresaba a nuestra habitación a paso tranquilo. Cuando llegamos a nuestro dormitorio me dejó caer en la cama y sonrió.
- Te tengo justo donde quiero, y tenemos todo el tiempo del mundo.
Se relamió los labios mientras yo subí a la cama punto en ambientes sexual me excitaba, no podía mentir. Especialmente la mirada de Adonis; iba a devorarme. Los trucos del exi no me iban a sacar de esta. Antes de que Adonis se abalanzara sobre mí, la puerta se abrió de golpe y entró un Evan muy nervioso.
- Dimitri... el teléfono. Esta al teléfono.
Um el ambiente cambió totalmente. Los ojos llenos de lujuria de Adonis y soltera sonrisa dieron paso a unos fríos ojos negros y una expresión seria. Me levanté de la cama de un salto inmediato ni con preocupación. Evan no dejaba de mirarnos a mí. En cuestión de segundos, a Adonis soltó un fuerte gruñido y se dirigió a su estudio. Joder, ¿que demonios iba a pasar?
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Reina de los licántropos
Manusia SerigalaAdilah, una mujer loba de 19 años, nunca se había considerado una romántica empedernida hasta que el chico al que amaba la dejó al encontrar a su compañera. Con el corazón recién roto, asiste a regañadientes al Baile de los Licántropos, donde conoce...