Un chico de Westalis y una chica de Ostania se conocieron en un campamento y, sin saberlo, plantaron una semilla que, al principio, no parecía tener importancia. Pero, con el tiempo, lo que habían iniciado creció en algo más profundo: una historia q...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Con ese último pensamiento, Twilight suspiró resignado, sus ojos reflejando una mezcla de emociones. Sin embargo, al instante siguiente, Anya se aferró con fuerza a Yor, negándose a separarse de ella.
—¡No, papi, no! —gritó Anya, su voz llena de angustia, mientras observaba cómo los adultos reaccionaban ante su desesperación—. ¡Anya no quiere irse!
El ceño de Yor se frunció en confusión. No comprendía por qué la chica se aferraba con tanta fuerza.
—¿Por qué no quieres irte? —preguntó, tratando de calmarla—. ¿Qué te pasa, Anya?
La chica no respondió, pero se aferró aún más a Yor, escondiendo su rostro en su cuello. Ante eso, la asesina miró al espía con seriedad, esperando una explicación.
—Anya puede leer los pensamientos de las personas —declaró Twilight tras un suspiro, consciente de lo que estaba sucediendo—. Creo que ha leído mi mente, Yor. Lo siento, no quería que esto pasara ahora.
Los ojos de Yor se abrieron mucho cuando asimiló la información. El hombre frente a ella asintió, notando su confusión.
—Entonces, ¿qué pensaste para que Anya reaccionara así? —preguntó Yor, con un tono amenazante en su voz—. ¿Estamos en peligro?
—Prefiero no decirlo —respondió Twilight, mirando a la asesina con resentimiento.
—¿Quieres decirme que tengo que suponer que pensaste algo preocupante?
Twilight permaneció en silencio, comprendiendo que, si seguía respondiendo de esa manera y evitaba hablar con la verdad, la situación empeoraría para todos.
—Está bien, lo diré —declaró al final, asintiendo con la cabeza—. Anya, entiendo que no quieras irte, pero Yor y yo tenemos trabajos riesgosos. Es difícil hacer que esto funcione.
—Twilight —susurró Yor, sintiendo la seriedad de sus palabras. Él no ocultaba nada malo, simplemente quería ser realista—. ¿Crees que nosotros...?
Pero antes, Anya se apartó del cálido abrazo de Yor y clavó sus ojos en su padre.
—Papi tiene que irse —dijo con una voz suave y triste—. Pero te quiere mucho, mami.
Twilight no pudo evitar soltar una risa resignada mientras acariciaba la cabeza de su hija. Sabía que no podía engañarla. Las tensiones en su pecho y los recuerdos de su infancia se habían transformado en algo más profundo: amor. Incluso durante sus días más oscuros como soldado, ese sentimiento lo mantenía cuerdo y lo llenaba.
Al menos había tenido el valor de confesarle a Yor que estaba enamorado, aunque el silencio que siguió le hizo creer que la había asustado. Sin embargo, su temor fue desmentido cuando ella se inclinó y le dio un pequeño beso en los labios.
Cuando se separaron, Yor soltó una carcajada y Twilight no pudo evitar sonreír también.
—Supongo que no puedo ocultar lo que pienso, después de todo.
—¿Mami quiere a papi? —preguntó Anya, con sus ojos brillando de emoción tras el beso.
—Claro —respondió Yor con la mano detenida frente al espía antes de descansar suavemente en su mejilla—. ¿Tú quieres irte?
—No —expresó Twilight, casi riéndose de sí mismo mientras se apoyaba en la mano de Yor—. ¿Y tú?
Sabían que habría consecuencias, pero un poco de egoísmo no parecía tan malo.
—Yo quiero quedarme —exclamó Yor después de un momento—. Quiero quedarme contigo, Twilight.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nota de la autora: Gran capítulo, ¿no? Estamos a buen ritmo con la historia y la recta final pinta muy bien.