Un chico de Westalis y una chica de Ostania se conocieron en un campamento y, sin saberlo, plantaron una semilla que, al principio, no parecía tener importancia. Pero, con el tiempo, lo que habían iniciado creció en algo más profundo: una historia q...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dieciocho años después.
«El mundo es un lugar mágico».
Yor se desconcertó al escuchar las palabras de su difunto padre resonando en su cabeza. Toda aquella conversación, junto con los recuerdos del campamento, se había desvanecido en su mente. El estallido de la guerra, la muerte de sus padres y el inicio de su vida como asesina habían ocupado su espacio.
—¡Borf! —la interrumpió un ladrido.
Eligiendo abandonar los recuerdos de nuevo, miró hacia abajo. No entendía cómo había llegado a esa situación. De todas formas, tal vez no tenía sentido pensar en ello. Todo estaba confuso desde que había sido rescatada por un experimento del Proyecto Apple.
Se detuvo para observar al perro. Sus ojos estaban fijos en ella, como si estuviera evaluando qué hacer.
—No sé dónde estamos, y es imposible contactar al director —explicó Yor mientras se agachaba para acariciar al perro—. Gracias por rescatarme con tus habilidades.
El perro respondió con otro ladrido, moviendo su cola en señal de alegría. Tanto ella como él habían tenido suerte.
The Garden le había encomendado una de las misiones más importantes hasta la fecha: destruir el Proyecto Apple. Según el informe, un grupo de científicos bien pagados por distintas entidades, tanto de Ostania como de otros países, realizaban experimentos con el fin de crear armas. Lo que le molestaba era el sufrimiento de las víctimas de esos experimentos: niños y animales.
Pero como Thorn Princess, su nombre clave como asesina, estaba decidida a eliminar a los científicos. Se encontró con ellos a medida que recorrió el lado este del laboratorio y terminó con sus vidas. Aunque muchos suplicaron, las agujas no perdonaron a ninguno.
Cuando parecía que no había nadie más, un ruido seco resonó en el aire. De inmediato, Yor siguió el sonido, que iba acompañado de algunos sollozos. La búsqueda la llevó de regreso a un pasillo donde aún había algunas de sus recientes víctimas, agonizando cerca de un montón de jaulas.
Estaba a punto de desistir de buscar, asumiendo que el ruido provenía de algún científico, cuando de repente frente a ella se detuvo un gran perro blanco. Yor levantó sus armas, consciente de que los animales eran inocentes, pero sin saber si el perro tenía algo que pudiera hacerle daño.
—Lo siento, intentaré que esto sea rápido —susurró Yor mientras se agachaba frente al perro que la sorprendió al asentir por sus palabras—. Espera, ¿puedes entenderme?
Yor observó al animal y notó una etiqueta alrededor de su collar con una descripción.
—¿Sujeto 8? —leyó el nombre en la etiqueta del collar, y luego bajó la vista hacia la segunda línea—. Habilidad: precognición —murmuró para sí misma, y se quedó pensando un instante—. ¡Espera! Eso significa que...
Las orejas del perro se levantaron y Yor retrocedió, pero permaneció alerta. La situación continuó un poco más, hasta que el animal se detuvo, echó un vistazo a la asesina y comenzó a correr en dirección a la salida.
Yor no lo dudó y lo siguió hacia el exterior, justo antes de que el lugar donde estaba el Proyecto Apple explotara.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nota de la autora: ¡Llegamos al tiempo presente! Los capítulos de acá en sí serán de un ritmo más frenético. Espero que no se me pierdan por eso.
