Capítulo 11

367 43 0
                                        

—¡Juguemos a las preguntas! —declaró Yor de manera repentina

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Juguemos a las preguntas! —declaró Yor de manera repentina. Su amigo le echó un vistazo con curiosidad, frenando sus palabras e inclinando la cabeza hacia un lado.

—¿Preguntas...? —le preguntó, intrigado.

—Claro. Solo tenemos que hacernos diez preguntas y responderlas. ¡Será divertido! —enfatizó ella, pero él se carcajeó un poco—. ¿Eso significa que...?

El chico sonrió tentativamente, aceptando la idea de Yor.

—¡Será divertido!

La primera pregunta que hizo Yor fue sobre su edad, y descubrió que su amigo era un año mayor. Él le preguntó por la escuela, y ella respondió que no era muy inteligente, pero destacaba en deportes y biología. La chica supo que a él le gustaba cocinar y que su comida favorita eran las croquetas.

—Te gustan las croquetas, podrías ser un gran cocinero. Cuando crezca nuestra semilla y sea un arbolito, podrás preparar cosas con las nueces —sugirió Yor como una idea para el futuro.

—¿Y cómo qué cosas? —preguntó el chico, interesado.

—Las nueces y los maníes se mezclan —le explicó Yor, sosteniendo un puñado—. Aunque los maníes crecen bajo tierra.

—Eh, es cierto —afirmó él, pensativo. Se giró y le sonrió a su amiga, lo que fue correspondido de la misma manera—. Pero suenan bien juntos —agregó.

—Sí —expresó ella e hizo un gesto con la mano para apartar un mechón detrás de la oreja.

Aunque trataban de evitarlo, se miraban con nerviosismo. El chico prefirió desviar la mirada hacia el cielo mientras el crepúsculo comenzaba a aparecer.

—Te queda una pregunta —dijo él, regresando su atención a la chica—. Puede ser sobre cualquier cosa.

—Bueno —respondió Yor, un poco insegura.

Muchas cosas pasaron por la mente de la chica. Pensó en averiguar sobre el nombre de su amigo, en el padre que lo golpeaba y en por qué no llamaba a la policía. Incluso consideró preguntarle por qué jugaba a que Westalis atacaba a Ostania.

Pero al mirar al chico a su lado, volvió a sentir esa extraña sensación que la hizo sonrojarse. A medida que intentaba entenderla, se ponía aún más nerviosa. Suspiró y sacudió la cabeza para despejarse, pero ya había encontrado una respuesta en su mente.

—¿Puedo abrazarte?

Tal vez, pensó mucho después, su intuición le había advertido que era necesario. Él no le había pedido explicaciones y se inclinó sin dudar hacia ella. Era el primer abrazo que compartían y merecía ser especial.

Especialmente cuando, al día siguiente, él no apareció.

Nota de la autora: Actualización diaria junto con que el clima de hoy está raro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nota de la autora: Actualización diaria junto con que el clima de hoy está raro.

En fin.

Ciao.

Creo que hay algoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora