Un chico de Westalis y una chica de Ostania se conocieron en un campamento y, sin saberlo, plantaron una semilla que, al principio, no parecía tener importancia. Pero, con el tiempo, lo que habían iniciado creció en algo más profundo: una historia q...
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Twilight sintió cómo el corazón le latía con fuerza. El hermano de Yor, a quien nunca había visto en persona, tenía un aire imponente. No podía apartar la vista, como si estuviera paralizado por la presencia del hombre que había sido mencionado en tantas historias.
Su esposa apretó nerviosamente su brazo y algo le murmuró, apenas audible:
—Tenemos que hablar con él. Espera aquí, iré yo primero.
Él asintió y dejó ir a su esposa. La tensión en el aire era palpable.
—¿Papi tiene miedo del tito? —preguntó Anya de pronto. Hasta ese momento, había permanecido callada durante todo el intercambio de sus padres—. Anya no puede entender qué piensa desde aquí.
—No creo que sea necesario —dijo su padre mirando hacia adelante. Yuri Briar hizo un gesto con la cabeza hacia Yor, reconociéndose en medio de la multitud y la abrazó—. De hecho, a partir de ahora, evita hablar sobre lo que puedes hacer. No estamos en casa, la ciudad es más complicada.
Los ojos de Anya se encontraron con los de su padre, y Twilight pudo ver un destello de tristeza en su mirada antes de que ella apartara la vista hacia otro lado.
—Anya siente ser una carga para papi y mami —admitió ella.
Antes de que Twilight pudiera responder, Yor se abrió paso entre la gente para reunirse. Mientras tanto, el espía apretó la mano de su hija y miró hacia adelante hasta que tuvo frente a él a los hermanos Briar.
—Loid —exclamó Yor—. Este es mi hermano menor, Yuri Briar.
La mano libre de Twilight se extendió hacia adelante para estrecharla.
—Es un gusto conocerte, Yuri —dijo Loid con amabilidad.
—Yuri, este es mi esposo, Loid Forger —continuó su esposa.
Fue el turno de Yuri de extender la mano para completar el gesto. Ambos hombres se afianzaron en ese intercambio y después de unos segundos considerables, se separaron.
Lo siguiente fue un silencio donde todos los adultos se miraron con extrañeza. Por suerte, Anya fue la primera en hablar:
—Sí, es el perro del que leíste en la carta que mandé con el tío —explicó Yor brevemente—. Hablaremos de todo esto cuando lleguemos a un lugar más adecuado.
Yuri asintió y se mantuvo en silencio mientras seguía a su hermana, cuando la familia sacó al perro de la zona de las valijas y comenzaron a salir de la estación de Berlint. Anya permaneció cerca de sus padres, asegurándose de que estuviera lo más protegida posible.
Sin embargo, lo que sus padres no podían proteger era lo que Anya leyera en la mente de Yuri.
—Papi, mami —exclamó repentinamente—. ¿Por qué el tío Yuri piensa tanto en una chica?
Y cuando la pareja observó a su hija y luego a Yuri, quien se sonrojó de inmediato, supieron que habría mucho de qué hablar.
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Nota de la autora:¡Y volvemos con las actualizaciones! Quiero mencionar que todavía no me considero experta a la hora de escribir a Yuri, así que, perdonen que si mi interpretación de él no va acorde al personaje.