Leah
Me he mantenido al lado de Gala desde que despertó hasta que le dieron de alta. Y aquí estoy, instalada en su casa con la intención de seguir ayudándola en lo que necesite.
La llegada del bebé ha representado un nuevo reto en su vida, ya que está terminando la carrera de medicina y Lili demanda mucha atención aún.
—Leah. —Me giro ante la voz de Gala, quien ha despertado—. Deja eso.
—Ya terminé de organizar —alego mientras camino hacia la cama—. León se llevó a la niña a dar un paseo.
—Gracias por estar aquí, pero creo que ya debes volver a tu casa.
—¿Me estás echando? —pregunto con fingida indignación, ganándome una sonrisa de su parte.
—Claro que no, Leah. Sabes que yo estaría encantada de que te quedaras para siempre conmigo. Sin embargo, soy consciente de que tienes una vida, un novio.
Me siento a su lado, agacho la cabeza y empiezo a jugar con los dedos.
—¿Tienen problemas Joan y tú? —prosigue bajito, y sé que no es por miedo a que bebé Gael se despierte.
—No son problemas como tal, solo que... no estoy segura de lo que siento.
—¿Es por Emil?
A la mención de su nombre, todo en mí se desestabiliza. Odio que mi vida estaba yendo muy bien y que pude fijarme en alguien más, pero volví a verlo y todo se desmoronó.
Después de nuestro encuentro, no dejo de pensarlo ni de soñar con un beso suyo. Mi piel lo reclama a tal punto que no he podido pasar tiempo con Joan. Es algo desesperante.
—Creí que estaba superado.
Un suspiro profundo sale de Gala y me agarra las manos.
—León me dijo que los vio hablando en la clínica, y que ustedes transmitían una conexión indescriptible. Él está convencido de que habían creado su propia burbuja en ese momento.
Me duelen sus palabras y el hecho de que quizás está en lo cierto.
—No puedo hacerle esto a Joan, Gala, sabes lo lindo y paciente que ha sido conmigo desde que nos conocimos.
—Sí, aunque no te recomiendo que estés con él solo por agradecimiento.
—Le debo mucho.
Las palabras salen de mi boca con pesar al darme cuenta de que, en el fondo, acepté estar en una relación con él por lo que ha hecho por mí y mi negocio.
Conocí a Joan cuando me mudé, es mi vecino, y me dio una bienvenida cálida. Lo necesitaba, más porque había cosas del residencial que no conocía y que él con mucha paciencia me enseñó.
Pero su amabilidad no se quedó ahí, me ayudó en varias ocasiones con el negocio y hasta se ofreció a ser mi socio para que la tienda virtual creciera. Lo hizo, mucho, tanto así que pude abrir un local mediano que administramos entre los dos.
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Eres tú 2 © [Saga Tú: Libro 4] (Completa)
RomanceDespués de una dolorosa ruptura, Leah y Emil toman caminos diferentes para rehacer sus vidas. Él debe enfrentarse a los demonios que quieren dominarlo mientras trata de enterrar los sentimientos, pero un reencuentro con ella pondrá en peligro su re...