Emil
La felicidad del nacimiento de mi hijo se ha opacado con la llegada de Sebastian. Me es imposible describir todos los sentimientos negativos que él despierta en mí, cómo la impotencia me carcome porque no quería verlo.
Cuando desperté del desmayo, pensé que había sido una pesadilla, mas no fue así. El bastardo sí hizo acto de presencia y sigue esperando a que salga para hablar conmigo.
—¿Cómo te sientes? —pregunta Leah, quien le está dando el pecho al bebé.
Me incorporo y avanzo hacia la cama, después me siento a su lado. Le paso los dedos con delicadeza por el pelo de Elliot, unas hebras finas, oscuras y abundantes.
—Estoy bien, amor.
Me observa con tristeza, así que desvío la mirada.
—Puede que sea hora de que te enfrentes a él —dice bajito.
—No lo sé...
—Bueno, solo si te sientes preparado.
No le respondo, y es que considero que nunca estaré en disposición de escuchar a ese hombre. Aun así, también es inevitable.
—No lo estoy, pero puede que sea necesario.
La miro cuando siento su mano en mi cara.
—Tienes el derecho de negarte, Emil.
Asiento a sus palabras, después le doy un beso en la frente. Acomoda al bebé dormido en la cama junto a ella y se recuesta.
—Tengo sueño, amor —continúa en medio de un bostezo—. Ve, Gala llegará en cualquier momento.
—Solo será por esta noche, hermosa —digo a la vez que uno nuestros labios de manera sutil—. Desde que termine de hablar con él, vendré a dormir con ustedes.
Leah sonríe mientras me acaricia el pelo que me cae de la frente. Unas ganas inmensas de llorar me invaden y deseo que este momento sea eterno. No se lo he dicho, pero la crisis que me dio me ha puesto a pensar en la muerte. Otra vez.
Ahora más que nunca temo por mi salud, y mañana mismo visitaré al doctor para que analice mi caso. Quiero que sea sincero conmigo, ya que era mamá la que se encargaba de hablar con él.
—Te amo con mi alma, Leah.
Ella me observa con los ojos bien abiertos, puedo notar la preocupación reflejada en sus facciones.
—Yo también te amo, Emil.
—Tú y Elliot son lo más bello que me ha sucedido, nunca lo olvides.
—Emil...
Le agarro las manos y las llevo hacia el pecho, justo donde se encuentra mi corazón.
—Si algo me llega a pasar, no dudes que estaré contigo dondequiera que me encuentre.
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Eres tú 2 © [Saga Tú: Libro 4] (Completa)
RomansaDespués de una dolorosa ruptura, Leah y Emil toman caminos diferentes para rehacer sus vidas. Él debe enfrentarse a los demonios que quieren dominarlo mientras trata de enterrar los sentimientos, pero un reencuentro con ella pondrá en peligro su re...