Capítulo 40

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Leah

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Leah

Desde muy temprano pedí el alta. Emil se encargó de todos los papeleos, el pago de la clínica y nos dejaron libres casi al mediodía.

Gala llamó para informarme que León se deshizo de la niñera. También que la habitación estaba lista y preguntó qué me apetecía comer. No quise indagar más sobre el asunto de esa mujer y no fue necesario ya que me contó todo una vez llegué.

Ella ha estado muy emocionada porque me quedaré en su casa.

Han pasado cuatro días y se ha esmerado en hacerme sentir bien, lo cual agradezco muchísimo.

Aun así, deseo estar en mi lugar junto a Emil y nuestro bebé, no me importa si el espacio es reducido y no hay las comodidades que Gala me ofrece.

—¿Te apetece té caliente? —pregunta mientras entra a la habitación.

—Sí, muchas gracias.

Agacho la mirada y le paso los dedos por la carita a Elliot, quien se está quedando dormido.

—¿Emil no ha llegado? —inquiere una vez deja la bandeja con la taza humeante sobre la mesita de noche.

—No.

—Solo se aparece en las noches...

—Él tiene mucho trabajo —la interrumpo—. Además, está yendo a su doctor.

Gala se sienta a mi lado y hace Ademán de quitarme al niño, pero no cedo.

—Considero que no está cómodo aquí. —No le respondo porque tiene razón—. Pero debe hacer un esfuerzo, es por tu bien.

—Lo está haciendo, Gala —defiendo de inmediato—. Emil debe trabajar, y más ahora que estoy indispuesta.

—No te alteres, Leah. Toma el té que se va a enfriar.

Me quita al bebé de los brazos, le da un beso y lo acuesta en la cuna.

Resoplo y hago lo que me pide, aunque se me han quitado las ganas. Lo que me ha dicho no deja de reproducirse en mi mente y, por primera vez desde que estoy aquí, me siento sola.

No quiero sobrepensar, pero Gala tiene razón en algo: Emil solo viene a dormir.

Como si de una invocación se tratara, él entra a la habitación y sonríe cuando posa su mirada sobre mí.

—Hola, Gala —saluda a mi amiga.

—Emil, ya me iba.

Sale del cuarto de inmediato.

—Amor, ¿cómo te sientes? —pregunta cuando avanza y me da un beso en los labios.

—Bien...

Agacho la cabeza sin dejar de remover el té.

Eres tú 2 © [Saga Tú: Libro 4] (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora