Emil
Hoy, al fin, fui liberado de todos los cargos judiciales. El proceso se había retrasado por los infortunios que acontecieron, pero ya pude decirle adiós a esa parte oscura de mi vida.
León ha estado a mi lado toda la mañana y nos encontramos con Sebastian. Reconozco que no me sentí como antes, solo me dio lo mismo su presencia. Él se mantuvo a una distancia prudente y se lo agradecí.
Ahora mismo, León y yo caminamos hacia el parqueo.
—Yo tengo que ir a la clínica, Emil —dice mi hermano, quien se detiene frente a su auto.
—Muchas gracias por haber venido.
—Sabes que nunca te dejaría solo en esto.
Pone una mano sobre mi hombro y lo palmea.
Asiento, conmovido por el apoyo incondicional que me ha brindado desde que me conoció. Cómo me hubiese gustado crecer con él.
—Emilian, ¿podemos hablar?
Nos giramos ante la pregunta de Sebastian.
—No presiones...
—Puedo manejarlo, León —lo interrumpo y él me mira como si me hubiese vuelto loco—. Unos minutos, tengo cosas que hacer —aclaro.
Mi hermano me observa, dudoso, después suspira y susurra que lo llame si necesito algo. Se despide de Sebastian y se retira.
—Gracias, hijo...
—No me llames así, por favor —pido mientras me froto la sien—. Dime qué es lo que pretendes y trata de que sea importante porque es la última vez que hablaremos.
Hay algo en su mirada que me da a entender que no está de acuerdo con lo que dije, sin embargo, hace un ademán con la cabeza y me señala la salida.
Soy el primero en avanzar, aunque escucho sus pasos detrás de mí. En la acera, me alcanza y caminamos uno al lado del otro sin ningún rumbo.
—¿Y bien?
—Estoy sopesando mis palabras, Emilian —responde de inmediato—. Sé que sería muy pretencioso de mi parte si te pido que me perdones.
No le contesto, y es que no tengo idea de qué decirle. Estos días he hablado con Leah y hemos llegado a la conclusión de que debemos seguir adelante. Dejar atrás todo lo malo que nos ha pasado para enfocarnos en nuestra nueva vida.
No obstante, se me hace difícil, casi imposible, emitir esas palabras. Siempre estaré marcado por lo que me hizo, el daño fue irreversible.
—Lo es —digo al fin—, pero puedes estar tranquilo porque, por lo menos, estamos teniendo esta conversación.
—Soy consciente de eso, Emilian.
Me detengo y él hace lo mismo de modo que quedamos frente a frente.
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Eres tú 2 © [Saga Tú: Libro 4] (Completa)
RomansaDespués de una dolorosa ruptura, Leah y Emil toman caminos diferentes para rehacer sus vidas. Él debe enfrentarse a los demonios que quieren dominarlo mientras trata de enterrar los sentimientos, pero un reencuentro con ella pondrá en peligro su re...