Fanboy Draco Malfoy Convinces Harry Potter to Marry Him

Capítulo 3: Bastos y helados-Draco intenta luchar contra un anciano

Draco estaba en la nube nueve. Estaba sacando a Harry en su primera cita. Claro que era una cita doble con sus padres, pero era apropiado que tuvieran un chaperón. Mientras hacían fila, se maravilló de la mano de Harry en la suya. Encajan como dos piezas de rompecabezas.
"Harry, ¿sabes qué sabor vas a obtener?" Harry se volvió y lo miró como si tuviera cuernos saliendo de su cabeza. Solo había sucedido una vez y todavía culpaba a Vince por no decirle que se suponía que no debía beber el té de su abuela.
"¿Puedo tener algunos?" Draco vio a su padre mirarlo por el rabillo del ojo.
"¡Por supuesto que puedes, Harry! ¡Es mi regalo!" Harry todavía parecía confundido mientras leía todos los sabores.
"A Draco le encantaba el sabor de la cerveza de mantequilla. Es similar al caramelo", dijo su madre. Draco se volvió para fruncir el ceño hacia ella por interrumpir su conversación. Ella solo le guiñó un ojo. Dándose la vuelta, le dijo al hombre detrás del mostrador "¿dos cucharadas de aliento de dragón, por favor, y para ti, Harry?" Observó cómo Harry jugueteaba con su camisa antes de decir "una bola de cerveza de mantequilla, por favor". Draco metió la mano en el bolsillo de los pantalones y sacó la cantidad adecuada de dinero antes de llevar a Harry a una mesa. Ignoró el arrullo de su madre sobre su actitud y sacó una silla para Harry. Sus padres pronto se unieron a ellos con su postre. Le dio un mordisco y observó cómo Harry hacía lo mismo.
"¿Quieres un bocado mío Harry?" Parecía inseguro mientras veía el humo salir del helado de color verde.
"¡No te preocupes! No hace calor, en realidad es menta" Intercambiaron cuencos, cada uno recibiendo un bocado de los dulces del otro.
"Entonces, Harry, ¿sabes en qué casa vas a estar?"
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Harry estaba bastante seguro de que estaba soñando. ¡No podía creer el día que estaba comiendo y ahora estaba comiendo helado de verdad! Dudley siempre podía comer helado, pero a Harry nunca se le permitía probar un solo bocado. Draco no había dudado en compartir el suyo e hizo que su pecho se agitara. Sus padres estaban hablando entre los dos, pero no se había perdido las miradas que le habían dado cuando lo presentaron por primera vez. Era obvio que amaban a su hijo, pero Harry aún los mantenía a la vista. No permitiría que nada lastimara a su nuevo amigo.
"¿Casa?" Harry sintió que se había estado repitiendo todo el día y odiaba que su amigo pensara que era débil.
"¡Tu Casa de Hogwarts! Una vez que lleguemos a Hogwarts, ¡nos clasificaremos en una de las cuatro casas! Comes con tu casa y vas a clase con tu casa". Draco explicó. "No lo sabrás hasta que llegues allí, pero probablemente estaré en Slytherin" El Sr. Malfoy habló al otro lado de la mesa "Ambos padres estaban en Gryffindor" Harry no sabía lo que era un Gryffindor, pero tampoco conocía a sus padres,
así que solo asintió antes de comer más de su helado.
"Padre, por favor deja de meterte en mi cita con mi amada" Draco miró a través de la mesa. Harry se acercó a Draco, listo para protegerlo si era necesario. El Sr. Malfoy solo suspiró mientras la Sra. Malfoy se reía a carcajadas.
"Sí querido, deja de interrumpir la cita de nuestro Draco" "Bueno, cada vez que terminen en tu cita, podemos ir a buscar tus varitas"

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El apellido de soltera de Narcissa Malfoy era Black. El Mundo Mágico conocía la famosa Locura Negra. Era diferente en cada miembro negro. Su hermana Bella estaba simplemente loca. Demasiados cruicio de su amo habían podrido aún más su cerebro. Narcissa era muy protectora con su familia. En el momento en que vio a Lucius en el tren a Hogwarts, se había enamorado. Su padre obligándolo a tomar la marca oscura tampoco la había detenido. Si Harry Potter no había detenido al Señor Oscuro, Narcissa ya había planeado envenenar su té. Lastimar a su amado esposo todo el tiempo no le sentaba bien. El punto era que ella haría cualquier cosa por su familia. Observó a los niños caminar frente a ellos, con las manos aún pegadas. Había notado ciertas señales alrededor de Harry que la preocupaban. Ella investigaría y si sus preocupaciones eran correctas, destrozaría el Mundo Mágico. Después de todo, ese era su futuro yerno y a nadie se le permitía lastimar a su familia.

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Draco podía ver a su madre tramando algo en la esquina de Ollivander's Wand Shop. Decidió no preocuparse por eso. Su padre la convencería de que saliera de su frenesí. Vio a Harry mirando a su alrededor a todas las diferentes varitas antes de ponerse rígido, mirando a la derecha. ¡Draco siguió su mirada y vio a un anciano mirándolos! Qué escalofrío. Movió suavemente a Harry a su otro lado más alejado del pervertido.
"Bienvenido a la familia Malfoy y al Sr. Potter. ¡Qué interesante!" Vio a su madre y a su padre saltar cuando el anciano comenzó a hablar. Parecía que había querido asustarlos. ¿No tenía modales? Le dio a la mano de Harry un suave apretón por señalarlo. Harry le dio otra sonrisa y juró que estaba teniendo una caries porque su esposo era tan lindo. Se volvió hacia el Sr. Ollivander, habiéndose perdido todo su discurso y dio un paso adelante.
"Yo iré primero, señor", tenía que asegurarse de que no haría nada sospechoso. Veinte minutos después, tenía una hermosa varita de espino. Se volvió para sonreírle a Harry y su sonrisa solo se hizo más amplia cuando Harry le devolvió la sonrisa.
"¡Usted es el siguiente, Sr. Potter!"
Observó cómo la pila de varitas casi llegaba al techo. Harry comenzaba a parecer cada vez más preocupado ya que ninguna de las varitas coincidía con él.
"¡No te preocupes, Harry! Si no encuentras tu varita aquí, es culpa del Sr. Ollivander por no tener ninguna disponible. ¡Siempre podemos tener uno personalizado hecho para ti!" Draco dijo en voz alta, su voz resonando en la tienda.
"¡Draco! ¡Tienes suerte de que el Sr. Ollivander esté en la parte de atrás o te disculparías por palabras tan groseras!" Madre siseó, su rostro frunció el ceño.
"Pero Harry querido, Draco tiene razón. ¡Si no encuentras uno, haremos que alguien venga a la mansión!"
Harry asintió con la cabeza cuando el Sr. Ollivander regresó con una caja. Parecía dudar en entregarlo, pero lo hizo. Observó cómo pavos reales de diferentes colores bailaban alrededor de la habitación. Dando un grito, recogió a Harry y lo hizo girar.
"¡Felicitaciones Harry! ¡Sabía que encontrarías uno!" Se deleitó con la risa que Harry soltó antes de dejarlo suavemente en el suelo.
"¡Curioso! Muy curioso"
"¿Qué es curioso, señor?" Preguntó Harry, todavía sonriendo.
"Esa varita es la varita de hermano de You-Know-Who. El núcleo es th-" Draco no dejó que el hombre terminara.
"¿Cómo te atreves? ¿Cómo te atreves a mencionar a esa persona frente a mi prometido? ¿Estás tratando de molestarlo?" Draco escupió las palabras, una mueca de desprecio plantada firmemente en su rostro. No sabía cómo luchar, ¡pero defendería a Harry hasta su último aliento! Tirando de su puño hacia atrás, la mano de Harry en su hombro fue lo único que lo detuvo.
"Pero Draco, ¿no sé quién?"

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Harry nunca había tenido a nadie que lo defendiera antes. Observó cómo todos en la habitación se volvían y lo miraban. Inmediatamente se arrepintió de haber dicho algo, nunca fue algo bueno cuando él era el centro de atención.
"Sr. Potter, ¿qué quiere decir con que no sabe quién?" Harry pensó que el Sr. Malfoy era agradable pero un poco aterrador.
"Todo el mundo sigue diciendo You-Know-Who, pero no sé quién es" Draco lo agarró de las manos y le preguntó "Harry, ¿cómo te quedaste la cicatriz en la frente?"
"Bueno, pensé que era por un accidente automovilístico, pero el Sr. Hagrid dijo que mis padres fueron asesinados, así que no sé cuándo habrían tenido tiempo de conducir un automóvil".
"¿Un accidente automovilístico? ¿Quién te dijo tales tonterías?"
"Mis parientes señora"
Observó cómo el Sr. Malfoy pagaba por sus varitas mientras Draco le daba al Sr. Ollivander otra mirada desagradable.
Lo llevaron a un restaurante de aspecto elegante y se sentaron en una habitación privada. Draco siguió sosteniendo su mano mientras el Sr. Malfoy comenzaba a explicar la Primera Guerra Mágica. Harry estaba hirviendo.
Su tía le había dicho que sus padres eran perdedores, la misma escoria de la sociedad, ¡pero eran héroes! Personas de todo el mundo sabían sus nombres y los sacrificios que hacían. Podía sentir su magia arremetiendo pero no la detuvo cuando las luces parpadearon en la habitación. De repente, Draco lo estaba abrazando. A Harry no le gustaba que la gente lo tocara. Por lo general, eso no era un problema porque nadie realmente se desvivía por tocarlo, pero descubrió que no le importaba cuando era Draco.
"¡Lamento que no supieras sobre este Harry! Te lo habría dicho yo mismo, si lo hubiera sabido" Draco parecía increíblemente culpable.
"Está bien Draco, es triste, pero me alegro de estar contigo cuando me enteré".
"Muy bien chicos, se está haciendo bastante tarde y Harry necesita llegar a casa", anunció de repente la Sra. Malfoy.
"¡Madre, Harry viene a casa con nosotros!" Draco declaró con firmeza. Observó cómo el Sr. Malfoy se pellizcaba el puente de la nariz mientras dejaba escapar otro suspiro.