Tres

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Joaquín comenzó contando desde su época de universidad hasta como llego ser una estrella de los musicales y también como solista.

Al principio de su universidad siguió dedicándose a las obras de la escuela, hasta que lo invitaron a un personaje no tan importante pero logro destacar con su voz y con sus habilidades de baile.

El mismo productor de aquella obra lo llevo a la mano, hasta obtener su primer protagonista que fue un completo éxito en taquillas, de ahí obtuvo su primera propuesta de trabajar con una disquera.

Lanzo su primer disco con tan solo veinte años, no fue un fracaso, pero tampoco le fue bien, asi que decidió esforzarse mas en sus canciones y con ayuda de su padre su segundo disco fue mucho mejor.

Asi continuó sus siguientes tres años, entre muchas obras de teatro, varios discos más y por supuesto también varios premios.

Todo parecia perfecto, hasta que recibió la llamada de su madre para informarle que su padre habia sufrido un infarto, fue de inmediato al hospital pero ya habia fallecido.

Todo el proceso del velorio y el proceso de cremación, fue como algo surrealista, no podía creer que su padre habia fallecido, a pesar de que ya vio su cuerpo en el ataud.

Al salir de le cremación, cayó en cuenta del fallecimiento de su padre y simplemente salió corriendo, tomo su auto y condujo a quien sabe donde, aunque en el fondo de su mente sabía perfectamente a donde iba, al lugar donde se sentía seguro o mejor dicho la persona.

— Mi padre fue alguien increíble y no puedo creer que ya no esté para mi, estar contigo me hace olvidarme un poco del dolor —murmuró el castaño, con lágrimas cayendo en sus mejillas.

— Me alegra ayudate, pero no creo que debas olvidar el dolor, sino aprender a vivir con él, sabes que siempre estaré para ti —dijo Emilio acariciando la mejilla contraria, intentado limpiar las lágrimas.

— Lo sé, ahora tu cuéntame ¿qué pasó  en estos años? ¿Y tu abuela? —intrigó Joaquín reacomodandose en el sofá para estar mas comodo.

— Falleció hace casi dos años, la cuide hasta su último aliento, tras su fallecimiento no soporte el estar en su casa sin ella, asi que me mude a aquí, solo mantengo su casa en buen estado —murmuró Emilio con un semblante tristre.

Asi es Emilio no pudo seguir al castaño, porque su abuela lo necesitaba, solo lo tenía a él ya que su padre falleció cusndo era niño, asi que solo eran los dos. A pesar de que ella le pidió que se fuera, él se negó, no podía abandonar a la única persona que estuvo para él siempre, debia quedarse y asi lo hizo.

Los últimos meses con su abuela fue difícil, la demencia habia aumentado aun mas, por lo que a veces ni si quiera lo reconocía, bueno si lo reconocía pero como su padre, lo cual era mejor que ser un completo desconocido.

Aun en sus pocos momentos de lucidez no dejaba de darle consejos y pedirle que en cuanto falleciera fuera a buscar a Joaquín, pero simplemente no lo hizo porque aquella tarde que se despidieron el castaño le prometio que volvería por el y decidió esperar a que cumpliera esa promesa.

Por lo que los últimos cinco años de Emilio se baso en escuela, cuidar a su abuela, poner su taller, trabajar demasiado, superar la muerte de su abuela y continuar trabajando.

— Eres increíble —susurró Joaquín, levantándose para sentarse en las piernas del contrario, quien lo tomo de la cintura.

Emilio no respondió, simplemente se inclino para besarlo suavemente o al menos eso fue al principio ya que aquel beso se volvió aun mas intenso, jugueteando con sus lenguas, mientras acarician el cuerpo contrario.

La Euforia De Enamorarse  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora