— Hola hijo, lamento interrumpir pero escuche ruidos y vine a ver si se trataba de ti, no pensé encontrarte comiéndote la boca con Emilio —dijo Liliana.
— No sabía que vendrías —susurró el castaño más que apenado— Es más ¿qué haces aquí? Yo te hacia con tu hermana —intrigó.
— Quería darte una sorpresa tú primo me trajo, pero la sorpresa me la lleve yo al ver que no estabas. Así que decidí entrar a la casa y acomodar mis cosas — murmuró la señora.
— Salí con Emilio, no pensé que fueras a venir mamá, tu tienes la culpa por no avisarme—dijo Joaquín.
— Como sea entremos, hace frío — murmuró Liliana entrando a la casa.
Los jóvenes se miraron unos segundos antes de entrar, encontrándose a la señora sentada en el sofá, señalandoles los lugares frente a ella, los cuales tomaron sin reprochar.
— Después de ese incómodo momento, donde los vi prácticamente comiéndose y a Emilio tocando el trasero de mi hijo, me gustaría hablar con ustedes, bueno en especial con Emilio — dijo Liliana.
— ¿Yo? —intrigó el rizado sonrojandose, ¿le había agarrado el trasero a Joaquín? Definitivamente se siente como adolescente que encontraron en una situación comprometedora.
— Sí, tú jovencito, supongo que si se comen la boca de tal manera ya son novios ¿no? —preguntó la señora, con un semblante serio.
— Mamá, te conté que no estamos dando una oportunidad, no nos presiones , sabes que yo le hice mucho daño —intervino Joaquín.
— Lo sé, pero eso no implica que no pregunte que intenciones tiene con mi hijo, tú papá hubiera hecho lo mismo —dijo Liliana.
El castaño iba a intervenir de nuevo pero el rizado lo detuvo.
— Es muy entendible su preocupación y créame que voy muy enserio con Joaquín. Lo amo, me costo mucho confiar en él, pero ahora lo hago estoy seguro de volverlo a intentar y puede estar muy segura que pronto seremos novios —murmuró Emilio entrelazando su mano con la del castaño, quien le sonría ampliamente.
— Para mi eso es suficiente, les deseo mucha felicidad a ambos, ahora vamos a comer lo que trajeron del supercado — murmuró levantándose del sofá para buscar en la bolsa qué quedó en la mesa— Parece que planean emborracharse, me agrada —agregó sacando las botellas de vino.
Joaquín se levantó para ayudar a su madre a servir las copas de vino y por supuesto para vaciar las botanas en algunos platos, para regresar a la sala.
— Quiero proponer un brindis, por ustedes y que sean muy felices — murmuró Liniana con una gran sonrisa.
— Por nosotros — dijeron los jóvenes al mismo tiempo, chocando suavemente las tres copas.
Así comenzó una pequeña reunión entre ellos tres, donde platicaron, rieron y por supuesto tomaron prácticamente dos botellas de vino entre los tres. Pasando las doce de la noche fue que Liniana se levantó para irse a dormir.
— Buenas noches a ambos, hace mucho no me divertía así — susurró antes de desaparecer por las escaleras.
— No la veía así de feliz desde la muerte de mi padre — dijo el castaño.
— Me alegro que se la pasara bien, pero debo irme — murmuró Emilio.
— Por supuesto que no, ya tomaste demasiado, además aceptaste quedarte a dormir conmigo — murmuró el ojimiel, aunque al no verlo muy convencido continuo— Anda, ¿Acaso no extrañas abrazarme mientras dormimos? —intrigó haciendo un puchero.
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La Euforia De Enamorarse
FanfictionFoleskelt un pequeño pueblo que se volvió testigo de una historia de amor. Emilio se quedo en aquel pequeño pueblo, en espera a que regresara, tal como se lo prometio hace cinco años.