La Euforia De Enamorarse

Cuatro

En cuanto llegaron a la casa de Emilio, el castaño se bajo de la motocicleta mirando seriamente al contrario, quien intentó tomarlo de la mano, se dice tomarlo de la mano porque de inmediato lo evito pegando su mano a su cuerpo.

— ¿Por qué le dijiste a mi madre donde estaba? ¿Acaso no pensaste en preguntarme? — intrigó Joaquín mostrando su molestia?

—  No lo sé, ayer mientras te duchabas recibí una llamada, pensé que era tu padre, pero cuando contesté era tu madre, se escuchaba tan desesperada, me dijo lo de Roberto y simplemente no pude mentirle de que no estabas aquí — admitió el rizado intentando tomar de nueva cuenta las manos del contrario pero de nuevo lo impidieron— Lo lamento demasiado, jamas fue mi intención molestarte, no vuelvo a hacer nada sin consultarte.

— Sabes que jamás me llevé tan bien con mi madre, no tengo nada en contra de ella y la quiero demasiado, pero no la quiero ver. Al fallecer mi padre, mientras estábamos esperando la cremación simplemente comenzó a hablar qué debía seguir mi vida, como si no hubiera perdido a mi cómplice, maestro y a mi padre. —dijo con sus ojos llorosos, haciendo el mayor esfuerzo para no llorar—  En cuanto termino la cremación tome las cenizas de mi padre y conduje hasta aquí, ella está más preocupada por mi carrera que de mis sentimientos — agregó justo antes de recargar su cabeza en el pecho del rizado para abrazarlo mientras lloraba.

— Perdón, de ver sabido jamás le hubiera dicho donde estabas, puedes quedarte conmigo y así no podrá encontrarte — susurró una vez que el llanto bajo la intensidad, aun repartiendo caricias en la espalda contraria — Anda vamos adentro — pidió.

Subieron a la casa de Emilio, donde se sentaron en el sofá para dejar que el castaño se calmara por completo, tras unos minutos de silencio el de los ojos mieles decidió hablar.

— ¿Cómo es que mi madre te marcó? ¿Acaso tienes contacto con ella? —intrigó algo dudoso.

— Por supuesto que no, sabes que jamás fui de su completo agrado — dijo Emilio, realmente jamás lo trató mal pero se notaba su disgusto por que tuvieran algo— Todos estos años estuve en contacto con tu padre, el fue también como un padre para mi. Cuando nos despedimos, días después regreso al pueblo para darme la carta de aceptación de la universidad que está en el pueblo de a lado y con una enfermera que cuidaría a mi abuela en lo que iba a clases, también me ayudo a conseguir el cinema una vez que cerro y por lo tanto a comenzar el taller— agregó con sus ojos llorosos, aun no logra aceptar que Roberto haya muerto.

— No tenía idea, ahora entiendo por que mi papá siempre hablaba de ti como si te acabará de ver, me alegro que tuvieras su apoyo — murmuró Joaquín con una sonrisa, besando suavemente la mejilla contraria.

— Tú padre era una gran persona, de eso no tengas duda, venía a verme cada vez que podía y siempre convivía con todos los del pueblo, el es muy querido aquí, se que a los demás les gustaría hacer un homenaje a Roberto — comentó el rizado con una sonrisa nostálgica al recordar aquellos momentos, aun así decidió no entrar en muchos detalles.

— Se que el amaría un homenaje donde hubiera música, esa era su felicidad — murmuró Joaquín con una sonrisa de si quiera imaginarlo, no podía evitar sonreír.

— Entonces hagamoslo, hagamos un homenaje a tu padre, podría ser en Boss la cafetería que tanto amaba, podriamos cantar en su honor, sabes que jamás fui muy fan de hacerlo, pero el lo merece— dijo Emilio, sonriendo al ver asentir muy emocionado al contrario.

— Me gustaría mucho que hiciéramos eso — admitió con una gran sonrisa.

El rizado asintió tomo de la nuca al contrario para darle un suave beso, el verlo sonreír tan emocionado, le encanta.