Capitulo 8: La sangre Azul

5 1 0
                                    

Maya 

El portal se abrió y el Reino turquesa me recibió con su de costumbre embriagador paisaje, las hadas volaban de un lado a otro alrededor del pequeño rió atravesando las cascadas mientras jugaban con el agua que lograban retener, la entrada al reino turquesa era libre en todo momento, pero apenas pisabas tierra neutral los patrulleros hacían una extensa revisión para descartar una potencial amenaza, las armas quedaban en su poder y en todo momento debías tener un collar de contención que no permitía usar nuestros poderes contra las hadas, dicho collar junto al campo magnético que separaba el punto de control del resto del Reino fueron regalos del Profesor Bael a las hadas para asegurar que siempre se mantengan a salvo mientras nuestras criaturas o las de cualquier otro Reino exploraban el denominado paraíso.

Los patrulleros me miraron con un rostro inexpresivo mientras me hacían la revisión de rutina y me colocaban el collar, una vez lista atravesé el campo magnético y como de costumbre todas las hadas detuvieron su vuelo para mirarme con curiosidad, caminé despacio mientras algunas pequeñas hadas se acercaban a saludarme y otras volaban en dirección al bosque para esconderse, el profesor Bael me ordeno desde mi primer día en la academia estudiar a fondo el Reino turquesa, Por lo que durante cuatro años he venido con regularidad lo que me ayudo a descubrir muchas útiles herramientas que pensaba utilizar para conseguir mi objetivo.

Las hadas me guiaron riendo hasta el castillo dentro del bosque hogar de la princesa blanca, una de las tres hijas de la sibila, Ash siempre había sido amable y generosa con todas las criaturas, su amor y respeto por todos los seres vivos era palpable, ella era la personificación de la paz y la sabiduría. A pesar de no haber heredado el poder de la premonición como su madre, Ash era infinitamente sabia y bondadosa, pero debía ser cuidadosa, si Ash sospechaba que la información que necesitaba pondría en peligro a cualquiera perdería instantáneamente la confianza que tarde años en construir.

Las pequeñas hadas abrieron la puerta aun riendo y me arrastraron dentro del castillo e instantáneamente mi mirada se topo con Ash

—Maya, Sabia que vendrias—aseguro antes abrazarme, sonreí de manera automática y ella se separó enseguida.

—Sabía que vendrías— algo en su rostro encendió mis alarmas, su sonrisa jamás llego a sus ojos, su piel estaba más pálida de lo normal y ojeras cubrían gran parte de sus ojos, parecía muy cansada, sin embargo, no podía oler nada, ella escondía a la perfección sus emociones de mí.

—Ash— salude asintiendo con mi cabeza

—Layla no está— me informo mientras volvía a ocuparse en las distintas variedades de plantas sobre su mesa, Ash era el alma del bosque, Su magia elemental era la tierra por ello todo lo que en el florecía era gracias a ella, sus hermanas eran layla y Genovive, conocí a layla antes que a Ash, la magia elemental de layla era el agua por lo que su hogar estaba debajo del rio, en mis primeros meses de excursión me estudio con mucha curiosidad mientras yo recolectaba tanta información como me fuera posible, pero después de casi 6 meses finalmente se animó a hablarme.

Es cierto que no puedes sentir nada dijo interponiéndose entre una especie de mariposa con alas de colores neones y yo, no estaba acostumbrada a lidiar con criaturas como ellos siempre tan felices y con tanto color, era simplemente abrumador para mis sentidos, dude un segundo, pero mis órdenes eran claras debía mezclarme, y según lo que había aprendido ser siempre honestos era la mejor manera de ganar su confianza

Si fue todo lo que dije

¿Qué piensas de mi reino? me pregunto y yo evalué mis opciones, su lenguaje corporal me indicaba que sabía que respuesta esperar, sería inútil intentar engañarla.

Herederos Del Infierno #1 EvangelyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora