Capitulo 15: La Diadema del dictador (Parte 2)

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Genovive

Los sueños golpean nuevamente detrás de mis parpados, pero esta vez la sensación de presión en mi pecho me hace abrir los ojos con rapidez, había alguien sobre mí y la presión de sus rodillas sobre mis costillas era asfixiante, su rostro estaba oculto tras su cabello castaño que caía libremente a ambos lados de su rostro hasta mi pecho, intente gritar, pero solo un leve aullido abandono mi garganta, intente moverme, pero mi cuerpo permanecía rígido e incapaz de obedecerme, ¿Qué estaba pasando?, el pánico se apoderaba de mi con rapidez mientras la chica sobre mi subía su mirada a mi rostro, me encogí en respuesta, estaba acostumbrada a ver criaturas de todo tipo, pero por alguna razón esta me parecía increíblemente aterradora, quizá porque era la primera que se acercaba a mi, su rostro quedó en mi línea de visión y lo que vi despertó un torbellino de emociones en mi cuerpo, la fascinación y la incredulidad peleaban por tomar el lugar del miedo, finalmente la incredulidad le gano a todo lo demás, era una chica, una con una belleza que solo puede describirse como letal y peligrosa, sus ojos por completo negros me miraron y sentí como cada parte de mi cuerpo reacciono en respuesta, pequeñas venas negras se formaban en sus mejillas hasta sus ojos y su boca se entreabrió al mirar la mía, el aire dejó de llegar a mis pulmones mientras sus ojos perforaban los míos en busca de algo, ya no peleaba contra la rigidez de mi cuerpo en cambio todo lo que podía hacer era mirarla hipnotizada, podía sentirla dentro de mi cabeza, pero estaba demasiado exhorta en ella como para que me importara, su piel era de color canela y su cabello castaño tenía uno que otro mechón rebelde rojo, sus ojos se tornaron mas humanos y pude notar que eran cafés con manchas negras, nuestras miradas se encontraron solo un segundo, pero se sintió eterno.

Amaba a Beth ella era calma, serenidad y empatía, era dulce, atenta y maravillosa, pero la cercanía de esta criatura desconocida y aterradora creaba escalofríos placenteros que se esparcían por cada parte de mi cuerpo despertando en mi una necesidad avasallante, empecé a respirar de manera entrecortada cuando acerco su rostro al mío, todos los escalofríos se habían concentrado en un solo incómodo punto que gritaba por atención, ella parecía notarlo hasta podría jurar que la vi sonreír, pero entonces hubo un casi imperceptible cambio en el aire que nos puso a ambas en alerta, ella miró a la ventana y la luz naciente del sol se vio empañada por una especie de neblina espesa y negra que se adhirió a cada espacio de mi ventana, la criatura desapareció instantáneamente y un segundo después también lo hizo la sombra, mi cuerpo me obedeció de nuevo y me senté en la cama preguntándome si lo que acababa de pasar era real o solo una pesadilla más, la niña de las lágrimas negras no estaba sentada frente a mí como cada mañana desde mi llegada del medio oriente lo que me parecía extraño, mi representante pasó por mi a las 9 am y mi rutina de entrenamiento en la mansión rosada empezó, naturalmente sobresalía en cada área gracias Helen pensé, pero mi atención iba en los lazos que conectaban este certamen a la mafia, por lo que me hice amiga de todas las favoritas y abrí mi camino hacia el ticket dorado, si no llamaba la atención entraría por contactos, los días pasaban entre ejercicios, dietas, ensayos y entrevistas, mis perfiles falsos estaban llenos de seguidores y el rostro que Helen había creado para mi estaba ahora en grandes vallas de comerciales por toda la ciudad, en cierto modo Helen tenia razón la belleza era poder, pero también lo era la inteligencia por lo que durante los tres meses de entrenamiento me mantuve atenta a todas las señales y fue así como note que hombres extraños ingresaban de vez en cuando a nuestros ensayos examinándonos con detenimiento, no podía hacer contacto con nadie en casa y estos tres meses sin saber de Beth estaban empezando a pasar factura, la extrañaba, sobre todo en las noches cuando las pesadillas me invadían sin piedad, la niña de las lágrimas negras volvió a aparecer cada mañana, sin embargo la criatura intrigantemente hermosa no había vuelto y por alguna razón me sentía decepcionada al respecto, vivir en la mansión era una experiencia demandante , los entrenadores eran implacables, era difícil admitirlo, pero me sentía de vuelta en el cuartel, solo que en lugar de golpes recibía atún y lechugas de almuerzo, las sombras y la extraña ceniza que caía del cielo permanecían intactas y mi cerebro empezaba a trabajar en teorías al respecto, sabía mucho sobre el mundo humano, había sido entrenada para ser un arma letal, pero el otro mundo era un completo enigma para mi, y el no poder entenderlo me generaba una sensación de vulnerabilidad, tenía que empezar a cambiar las reglas del juego.

Herederos Del Infierno #1 EvangelyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora