De vuelta al castillo note que los ángeles rodeaban la academia, la iglesia de las sombras y el castillo, había demasiado silencio en las calles y mi humor empezó a caer en niveles peligrosos, trate de mantenerme fría mientras entraba a los terrenos del castillo, con mi mirada fija en la puerta mientras subia los escalones, al llegar al último abrí la puerta y Gedrick me devolvió una mirada severa.
–Debemos explicar a la citadela lo que está pasando, todos están tomando posiciones de defensa y esperan tus órdenes para avanzar– me informo, estaba molesto podía notarlo, no era el único que no disfrutaba estar rodeado de ángeles pensé, pero aun así solo asentí.
–Los capitanes y estrategas están reunidos en el salón, solo faltan los hermanos Lee, pero imagino que tienen órdenes distintas–dijo, y yo volví a asentir de manera automática
–¿Hay algo que deba saber Blackmoon?– me pregunto, la mirada de sospecha estaba implícita en su rostro, me conocía demasiado bien, era inútil intentar mentirle, lo mire fijamente hasta que mis ojos fueron por voluntad propia a sus labios, la ansiedad y la impaciencia empezaban a hacer estragos en mí, necesitaba sentir que tenía todo bajo control, pero todo y todos estaban muy lejos del lugar al que pertenecían.
–Voy a cambiarme– dije incapaz de separar mi mirada de sus labios, la suya en cambio fue directamente a mi vestido y supe que estaba logrando quebrar mucho más que la voluntad de los soldados de blanco, pero aun así sus brazos seguían cruzados sobre su pecho y a no ser por el gris tormentoso en sus ojos sería imposible adivinar si también me deseaba, respire frustrada al ver su inmóvil y frio cuerpo frente a mí, mientras el mío hervía por dentro ante su mirada como de costumbre. Fije mi mirada en las escaleras y me dirigí a ellas esquivándolo, una vez en mi habitación me puse el uniforme de patrullera, todavía me faltaban 4 años para poder ser considerada centinela, pero debido a la desaparición de mi padre Góspel y Gedrick acordaron hacer mis entrenamientos a tiempo completo para poder culminar en 1 año, Gedrick era mi tutor designado y era despiadado, me llevaba al borde en cada rama de mi entrenamiento, la resistencia física y agudización de mis sentidos los trabajos conmigo desde pequeña, por lo que ya había aprobado la prueba del primer ciclo que consistía en evaluar y desarrollar las técnicas de defensa y combate; los demonios éramos capaces de ser tan fuertes como los hijos de la luna roja, pero Gedrick me enseño que no solo se trata de fuerza, en el combate debemos poder leer a nuestro oponente, y es ahí donde nuestros sentidos innatamente agudos deben ser perfeccionados. A los 10 años ya era capaz de escuchar en un radio de kilómetros, así como ver a través de la oscuridad más espesa o la luz más brillante, podía también distinguir formas a kilómetros solo por las ondas sonoras, podía oler las emociones de cada criatura existente y leer cada gesto de su cuerpo anticipando cada movimiento, podía también diferenciar el olor característico de cada persona o criatura. El éter puro en mis venas también era una ventaja que Gedrick me enseñó a usar, desde mis 16 soy capaz de controlar cuanta esencia emanan los poros de mi piel, y a través de solo mi esencia puedo controlar criaturas con mentes moldeables como los humanos y algunas criaturas del Reino turquesa, el segundo ciclo está dedicado a la estrategia militar, nuestro cerebro es entrenado para ser capaz de captar y procesar la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible, nos enseñan cada pilar que debemos tomar en cuenta antes de la toma de decisiones o incluso antes de crear un plan de ataque o defensa. Taylor siempre fue el primero en este ciclo, apenas iniciando creo y propuso una reforma en el sistema de defensa del reino, que era casi impenetrable, sin embargo mi padre lo descarto con rapidez, pero apenas Góspel tomo el control lo aplico y el porcentaje de fugas disminuyo en un 80%. Éramos capaces de saber que criaturas de nuestro reino salían de él, con qué propósito y donde estaban en cada momento, el otro 20% eran casos aislados que recibian ayuda de alguna hija de la luna ambar. El tercer ciclo estaba dedicado al estudio de historia y conocimiento a fondo sobre cada criatura existente en cada reino, sus dones y su rango, y por supuesto como evaluar si representa un riesgo para nuestro reino y de ser así como afrontarlo, mi tio Bael se me encargo de enseñarnos a Góspel y a mi cada detalle de cada libro existente al respecto por lo que también había eximido la prueba de este ciclo. El último ciclo estaba destinado a llevar al límite tu cuerpo en cada rama de tus dones, cuerpo, mente y espíritu eran diariamente puestos a prueba, la finalidad de este ciclo era desarrollar al máximo el potencial de cada criatura y crear en ellas resistencia y resiliencia ante cualquier escenario, incluyendo torturas o secuestros; desde los 16 mi tio Bael se dedicó por completo a reforzar mis dones de control mental, pero aun hoy era el que representaba el mayor desafío para mí, las emociones y recuerdos de las personas me abrumaban y era muy difícil concentrarme en lo que deseaba buscar, con Paige tuve suerte, tal vez también ayudo el hecho de que mientras estaba inconsciente no me encontré con ninguno de sus recuerdos y en su cerebro no había el caos de emociones al que estaba acostumbrada, era solo esa imagen de ella frente al roble azul que no dejaba de rondar por mi cabeza.
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Herederos Del Infierno #1 Evangely
FantasíaDurante siglos los cinco reinos que sobrevivieron fueron sometidos bajo el mando de la energía oscura que nos rodeaba impidiéndonos ir más allá de nuestras fronteras, pero hace 200 años todo empezó a cambiar, la energía negra parecía reducirse mostr...