Evangely
Las paredes a mi alrededor lucen sucias y la pintura parece resquebrajarse en cada punto, los niños corren en todas las direcciones con ropa demasiado grande para sus pequeños cuerpos, pero no parecen notarlo, los gritos de los pequeños se mezclan con los gritos que parecen provenir del piso superior, el olor del miedo inunda con rapidez el recuerdo pero, willow jamás subió a ese piso por lo que no tengo acceso a él, me enfoco entonces en la pequeña niña cuyo cabello fuego parecía envolverla, parecía concentrada en un punto específico del pequeño jardín, por lo que me acerque para tener mejor visión de lo que llamaba tanto su interés, condenados del reino de las mareas se mezclaban entre los niños mirándolos con pesar, cada reino poseía sus propios condenados, en el reino de las sombras eran las almas que no lograban superar el bosque, en el reino de fuego eran los humanos marcados con el sello de humo y en el reino humano, eran aquellas almas que decidían no irse del reino para proteger a sus refugiados como ángeles de la guarda, lo que no sabían era que debían permanecer aquí incluso después de que su refugiado muriera, por lo que después de un tiempo se volvían almas erráticas que con frecuencia terminaban siendo una amenaza para los humanos y cuando lo hacían era nuestra hora de intervenir, estas almas sin embargo parecían aun estar acompañando y protegiendo a los pequeños niños.
Willow a su vez parecía estar buscando algo o a alguien entre ellos, incluso podía ver la ilusión en sus ojos, cada día a la misma hora se sentaba en el mismo lugar esperando ver a alguien que jamás llego, su lindo rostro fue perdiendo la esperanza con el pasar de los días, y fue entonces cuando un mes antes de la fecha designada como su cumpleaños willow se despertó notando que algo en el aire era muy diferente, pude ver como su pequeño cuerpo temblaba intentando sacudir la extraña sensación, era medianoche y los pasillos estaban oscuros y desolados, sin embargo la luz del despacho de la directora del orfanato estaba encendida y voces salían de él, parecían estar discutiendo acaloradamente
–¡No tenemos presupuesto para otra niña Eleanor!–afirmaba una voz masculina
–No tenemos opción, ningún otro orfanato del país quiere recibirla– respondió la directora
–¡pues que la saquen del país!– exclamo furioso
–¿te estas escuchando?, es solo una niña– respondió la directora igualando el tono de voz del hombre
–las monjas y sus ridículas supersticiones, ¿de donde demonios vamos a sacar comida para la pequeña? –dijo resoplando
–Del mismo lugar del que sacamos la de todas las demás, además las adopciones han mejorado mucho este mes, la chica es pequeña, hermosa y tierna, no pasara mucho tiempo con nosotros- le aseguro y el hombre suspiro furioso en respuesta
–haz lo que quieras Eleanor, al final del día será tu plato de comida el primero del que prescindiremos– dijo saliendo y azotando la puerta tras él lo que provoco que la pequeña willow se escondiera en el salón contiguo.
La pequeña temblaba incontrolablemente pero, la escena que acababa de presenciar no era la razón, la pequeña niña que estaba sentada frente a ella lo era, mi atención fue por completo a la pequeña niña que estaba hecha un ovillo en la primera mesa del salón, en efecto era hermosa, un tipo de belleza imposible de encontrar en el mundo humano, pero a diferencia de lo que había dicho la directora no había en ella ningún rasgo de ternura, de hecho el solo estar cerca de ella lograba que willow fuera invadida por los escalofríos, el cabello de la pequeña niña era incluso más rojo que el de willow; mientras el cabello de willow parecía inclinarse por el cobrizo, el de la pequeña niña era tan rojo como la sangre humana. La pequeña niña levanto la mirada cuando noto la presencia de willow y sus ojos extremadamente azules nos tomaron por sorpresa a ambas, su cara estaba surcada de pecas y su expresión era de absoluta tristeza lo que termino por bajar la guardia de willow, solo podíamos verla a través de la escasa luz de la luna que entraba por la ventana, pero aun así era bastante claro que la pequeña no era humana, willow se acercó a ella mientras yo la seguía despacio y mientras más cerca estaba de la pequeña más obvio era para mí el olor que desprendía su piel, era tenue pero inconfundible éter pensé, mi cerebro trabajo con rapidez en los detalles, habían asentamientos de hijos de la luna roja en diversos lugares del planeta humano, pero sus ojos y el olor de su piel hacían imposible que fuera uno de ellos, por otra parte los hijos de la luna roja respetaban y honraban sus lazos de sangre, jamás dejarían en una situación tan vulnerable a ninguno de los suyos, por otra parte estaban los hijos de la luna plateada, sus asentamientos en la tierra humana eran muchos menos ya que no podían alimentarse de los humanos, sin embargo la cantidad de éter en su sangre era muy concentrada para ser de cualquier otra luna que no fuera la nuestra, la pequeña era una sangre oscura, pero ¿porque estaba aquí?, los sangre oscura no tenían permitido salir del reino hasta que se graduaran de la academia, e incluso entonces eran visitas guiadas a menos que fueran a la academia de centinelas, entonces podían venir libremente a misiones de reconocimiento o recolección, pero ese no era el caso de la pequeña, por lo que solo quedaba una opción, era una triada, la de mayor edad que había reconocido hasta ahora, mi instinto me llevo a evaluar todo a mi alrededor mientras esperaba que en cualquier momento los serafines aparecieran para llevársela, pero no lo hicieron.
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Herederos Del Infierno #1 Evangely
FantasiDurante siglos los cinco reinos que sobrevivieron fueron sometidos bajo el mando de la energía oscura que nos rodeaba impidiéndonos ir más allá de nuestras fronteras, pero hace 200 años todo empezó a cambiar, la energía negra parecía reducirse mostr...