Capítulo 13

381 26 0
                                    

- POV Naim -

Gastamos la primera mañana entre las sábanas de su cama. Para cuando queremos darnos cuenta son las dos de la tarde y no hemos ido a comprar. Suerte que sus padres tienen varias cajas de macarrones y espaguetis en la despensa.

Después de comer salimos a comprar, me enseña un poco el pueblo de camino al único supermercado que hay. Me sorprende ver la cantidad de gente que hay por la calle, pensaba que sería el típico pueblo fantasma de montaña.

Decidimos que esta noche haremos una tortilla de patatas con cebolla, así que vamos a por los ingredientes; poco nos cuesta coincidir en la comida de mañana: arroz con verduras. De desayuno cogemos una caja de cereales de chocolate y un cartón de bebida vegetal de avellanas.

—No te olvides del pan y los tomates.

Sonrío al ver que Chloe también se come la tortilla de patatas acompañada de una rebanada de pan con tomate.

Frunce levemente el ceño cuando me ve coger una caja de preservativos.

—Íbamos a pasar dos noches, así que solo traía un par —me justifico mientras una amplia sonrisa tímida inunda su rostro—. Contigo todo se sale de lo que tengo establecido como normal hasta ahora.

—Coge dos.

Abro los ojos como platos al ver que lo dice en serio mientras me aseguro de que he cogido la caja de doce unidades.

—Diablos, señorita —mi tono intenta sonar más serio de lo normal.

Ella se ríe.

—Está claro que no somos una noche de sexo y si te he visto no me acuerdo —se muerde el labio inferior con nerviosismo—. Desde que te conozco no he quedado con nadie más.

No puedo creerme lo que voy a decir, y si alguien me pregunta lo negaré, pero creo que merece saberlo:

—Me atraes demasiado como para dejarte escapar —le robo un beso—. Así que tampoco he estado con ninguna otra.

—Entonces necesitamos las dos cajas —se acerca y la coge ella misma—, tarde o temprano las usaremos.

Tengo que admitir que esta chica me encanta. Su forma de ser es única.

De camino a casa, aprovecho cualquier momento para darle un golpecito con el brazo y desviarla del camino. Ella se ríe mientras protesta e intenta empujarme a mí sin éxito. En una de esas, ella choca con un chico.

—¿Chloe?

—¡Nath, cuánto tiempo!

El chico se acerca a darle dos besos.

—¿Has venido con Inés?

—No.

—Voy camino a la cantina, he quedado con Toni, ¿quieres venir?

Ese chico habla demasiado rápido, dando por hecho que Chloe no puede venir con otra persona que no sea Inés, y para colmo ni siquiera se ha dado cuenta de mi presencia.

—En realidad, he venido con él —Chloe retrocede dos pasos y toca mi brazo con su mano izquierda.

Nath frunce un poco el ceño.

—¿Nos conocemos?

Me alegro de haber cogido la gorra y las gafas de sol.

—Es la primera vez que vengo —me encojo de hombros mientras rezo para que no me reconozca.

—Otro día quedamos, seguro que Inés se alegrará de veros —se despide nerviosa mientras se asegura de que no soy fácilmente reconocible en estos momentos.

Una canción para sanar su corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora