Capítulo 46

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- POV Naim -

Entreabro los ojos al sentir la luz del sol sobre mis párpados. Olvidé cerrar la persiana, y la luz del amanecer se filta a través de las finas cortinas blancas. La respiración de Chloe es lo único que perturba el silencio de la habitación.

Apoyo la cabeza sobre mi mano mientras observo cómo Chloe duerme plácidamente. El halo de luz matinal realza los suaves rasgos de Chloe, la hace parecer un ángel. No puedo evitar sonreír al verla tan tranquila.

Su cabello se esparce sobre la almohada como un fino manto oscuro. No puedo evitar acariciar su mejilla tras retirar el mechón que cae sobre ella. Beso su frente con ternura al ver que sus largas pestañas se alzan levemente mientras sus ojos luchan por seguir cerrados. Beso la comisura de sus labios y ella sonríe. Sus ojos se abren lentamente dejando ver esos dos orbes jade que me tienen enamorado.

Chloe bosteza y parpadea varias veces mientras estira sus brazos. Acaricio el dorso de su mano derecha y deslizo la caricia a lo largo de su brazo, continúo por el lateral de su cuerpo, dibujando su figura, hasta acabar en su cadera. Ella sonríe con picardía y se incorpora para alcanzar mis labios.

—Buenos días, princesa.

—Buenos días —vuelve a besarme—. ¿Qué hora es?

Giro levemente para ver el enorme reloj que decora la pared.

—Las nueve menos cuarto.

Chloe gruñe mientras sale de la cama.

—Tengo que irme, o no llegaré al examen de las diez.

Salgo de la cama para preparar café. Cuando sale ya vestida y peinada, me roba la taza de las manos y se la bebe en un santiamén.

—¿Quieres que cenemos?

Sonrío mientras asiento. Si me hubiera dado dos segundos más, se lo hubiera propuesto yo. Quiero hablar con ella.

Bajo su atenta mirada, agarro mi casco de moto y las llaves.

—Vamos, te llevo a la universidad.

Su sonrisa es como la de una adolescente emocionada por ir al concierto de su ídolo.

Llegamos a las diez menos cuarto, apenas hay gente en la entrada, así que me tomo la libertad de quitarme el casco para besarla y desearle suerte.

—¿Luego me pasas la dirección del restaurante?

—Mejor te paso a buscar en coche a tu casa, ¿a las siete y media te va bien?

—Me va genial —me da otro beso antes de adentrarse en el campus.

Una canción para sanar su corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora